desalojo prometido

En La Ciénaga no saben si los llevarán al Nuevo Domingo Savio

Los moradores están seguros de que el mes de diciembre no terminará sin que el Nuevo Domingo Savio sea formalmente inaugurado.

Cuando el Nuevo Domingo Savio está a punto de inaugurarse, la gente de La Ciénaga teme no los alojen en él.

Cuando el Nuevo Domingo Savio está a punto de inaugurarse, la gente de La Ciénaga teme no los alojen en él.Listin Diario

Entre las calles del Nuevo Domingo Savio, antigua La Ciénaga, en el Distrito Nacional, el murmullo de la pronta entrega del proyecto que renovará completamente el lugar, cada vez tiene más fuerza.

Los moradores están seguros de que el mes de diciembre no terminará sin que el Nuevo Domingo Savio sea formalmente inaugurado, una idea que apoyan varios ingenieros contratistas que trabajan apresurados, lo que sostiene la pregunta: ¿Qué pasará con aquellos hogares ubicados a la cercanía del río Ozama, que fueron marcados para desalojar, y continúan en sus mismos sitios?

Aunque el plan no solo abarca la transformación de La Ciénega, con el saneamiento de la ribera del Ozama y otros detalles, sino también parte de los sectores Gualey, Los Guandules, Maria Auxiliadora, Guachupita y La Zurza, es en el primero donde está la mayor intervención, y también luce más avanzado.

“Nada más se oyen los murmullos. Una fecha y después otra, pero no hay seguridad de cuándo verdaderamente van a entregar, aunque dicen que es ahora el 20 de diciembre… Uno lo que se pregunta es qué van a hacer con esa gente que tienen las casas marcadas y aún no las han movido”, expresó Ana Pérez, residente de La Ciénaga. Son varios los hogares de familia que tienen numeraciones, colocadas por la Unidad Ejecutora para la Readecuación de Barrios y Entornos (Urbe), porque el espacio en el que están ubicadas irrumpe con los planes de ampliar las calles y la habilitación de las instalaciones deportivas, parques, así como áreas comunes y comerciales.

“Solamente sabemos que vinieron y marcaron aquí, que nos iban a desalojar por el proyecto, pero no hemos vuelto a saber nada, ni cuándo, ni si de verdad nos van a sacar de aquí. Nada”, refirió una de las afectadas.

Contraste

Desde las vistas aéreas, resulta llamativo cómo una de las orillas del Ozama ha sido despojada y la mayoría de las viviendas están a una distancia prudente del él, lo que evitaría futuras inundaciones por la crecida del arroyo.

Mientras, a la otra orilla lucen amontonadas las casas de zinc, en las mismas posiciones y condiciones de siempre: vulnerables frente al contaminado torrente.

Están contentos

Pese a esto, en lo que los distintos equipos de contratistas del Estado se esfuerzan por culminar con lo que parecen detalles ínfimos de la gigantesca obra, los residentes del Domingo Savio celebran los beneficios que consideran que desde ya ha llevado para el barrio.

“Este barrio ha dado un cambio del cielo a la tierra. Tengo mi vida entera aquí y con el corazón en la mano te puedo decir que esto no es lo mismo”, expresó Amarilis Mateo, quien reside en una de las casas con las que abre el barrio y se encuentra de frente a la cabeza del proyecto.

Según la señora Mateo, la misma gente se ha empezado a organizar y entiende que la basura es lo primero que no deben lanzar al Ozama. Asimismo, los comunitarios están de acuerdo con el hecho de que, al haberse ampliado la calle principal, se han reducido o eliminado los tapones en La Ciénaga y a su vez, los accidentes.

“Esta calle no se podía transitar porque era demasiado estrecha. Ahora no, ahora es gigante… Lo que sí te puedo decir, es que no sólo la principal debería ser ampliada, también para allá dentro”, manifestó Ramón López, un vendedor de pescado.

Según relataron varios trabajadores en el área, donde lucen máquinas para trabajos pesados y algunos trabajan diariamente hasta muy tarde de la noche, tienen fechas para entregar hasta el 16 de diciembre.

“Ya lo que estamos haciendo son detalles finales. Nosotros estamos encargados de terminar el túnel y estamos pautados para entregar para el 16 de este mes”, refirió Brownie Pineda, uno de los obreros.