SEMANA DE LA INVESTIGACIÓN
Sobreenfriamiento en aulas podría afectar concentración y confort de estudiantes
Esta investigación se llevó a cabo con 414 estudiantes (223 mujeres y 191 hombres) en 39 aulas de cinco edificios del campus de la PUCMM.
El sobreenfriamiento de las aulas de clases puede tener una influencia en el estado emocional y la concentración de los estudiantes.
De acuerdo con un estudio realizado por el profesor de psicoligía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) , Luis Eduardo Garrido, los salones de clase con temperaturas adecuadas podrían contribuir al confort físico, sino el bienestar emocional y la productividad de los estudiantes.
Este estudio se realizó bajo el título “Sobreenfriamiento de aulas universitarias en un clima tropical urbano”, presentado durante la Semana de Investigación de PUCMM 2024.
Esta investigación se llevó a cabo con 414 estudiantes (223 mujeres y 191 hombres) en 39 aulas de cinco edificios del campus de la PUCMM en Santo Domingo, donde las temperaturas oscilaron entre 19.5°C y 27.8°C, con una temperatura promedio de 23.5°C.
Los resultados arrojaron que había una significativa incomodidad por frío en las aulas y que de los 84 estudiantes que reportaron incomodidad térmica, un 85.7% indicó incomodidad por frío y solo un 14.3% indicó incomodidad por calor.
“Si la persona no tiene confort, lo que sea que este haciendo en esos lugares se verá entorpecido… Si es una oficina afecta la productividad, si es un restaurante podrá afectar su negocio”, dijo el investigador.
El 40.4% de las mujeres encuestadas reportó usar ropa adicional, como suéteres o abrigos, en comparación con solo el 18.9% de los hombres.
“Este uso de ropa adicional se interpretó como una estrategia de adaptación al sobreenfriamiento, pero plantea una limitación para el confort térmico, ya que obliga a los estudiantes a realizar ajustes constantes que pueden ser incómodos o inapropiados para el entorno universitario”, indicó.
El investigador se reunió con autoridades de la universidad para evaluar cómo pueden tomar en cuenta los resultados de este estudio y además recomendó que las instituciones evalúen y ajusten sus prácticas de climatización para reducir el consumo de energía y mejorar la satisfacción de las personas.
“Los estudiantes que experimentaron mayores niveles de confort térmico reportaron emociones positivas más intensas, como sentirse más atentos y concentrados, y menores emociones negativas, como estar nerviosos o molestos”, indica el estudio.