Educación

El libro de Lajara Solá

Su profunda visión sobre el futuro de estas instituciones armadas en un tiempo de rápidas transformaciones aporta insumos de valor

Kharla ceballos y Homero Luis Lajara Solá

Es muy grande el trabajo de orfebrería institucional que requiere la sociedad dominicana para terminar de cincelar su democracia.

Todavía quedan piezas sueltas que necesitan ser colocadas en su justo lugar en el rompecabezas del sistema para que funcione sin los reumatismos políticos que han demorado su concreción en las últimas seis décadas.

Si bien los fundamentos del Estado democrático han quedado plasmados en nuestra Constitución y, en alguna medida, acreditados en el ejercicio de los poderes públicos, queda aún un amplio trecho para convertirlos en doctrina de vida y de cultura en nuestro país.

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Sin esos cimientos, el edificio del sistema democrático podrá estar erigiéndose sobre una plataforma maleable, quebradiza y sumergible.

Esta preocupación, en esencia, es la que subyace en el fondo de estos ensayos en el vicealmirante (r) de nuestra Armada, Homero Luis Lajara Solá, escritos a lo largo de diez años, para evitar que una ruptura con la historia y con el pasado reciente debilite el objetivo de proteger la institucionalidad, vale decir, el conjunto de pilares morales, jurídicos y éticos que trazan el perfil de una nación organizada.

Sincronizar este entramado de reglas, tradiciones, deberes y derechos, a fin de que la democracia cumpla su papel de garante de las libertades del hombre, como individuo y como ciudadano, ha sido el requisito sine qua non de las claves que aporta su autor en una línea de enfoques coherentes sobre esta problemática.

El término “pruebas de fuego” se ajusta a la descripción de esa realidad, pues en verdad la forja de la institucionalidad ha tenido que cumplirse sobre la base de un buen aprendizaje de las lecciones de la historia y el mejor acoplamiento de sus experiencias.

Lajara Solá se esmera en esclarecer puntos ciegos de nuestra historia y, a la vez, en señalar los errores y desaciertos que han causado una visión distorsionada de esos hechos.

Sabe entroncar los pasajes gloriosos de las luchas por la independencia, la soberanía y la fortaleza institucional de la nación con las realidades del presente, haciendo ver donde es preciso revalorizarlos y aplicarlos para que no caigamos en retroceso.

Con fuerte sabor a patria destilan estos ensayos, fruto de su formación militar e intelectual y, sobre todo, de experiencias adquiridas en el manejo de delicadas funciones al servicio de la sociedad.

Lajara Solá

El certero habito de anotar en una bitácora personal estas experiencias y contextualizarlas con acontecimientos puntuales le ha permitido mantener viva la historia y saberla interpretar.

El mayor volumen de los contenidos de esta obra está centrado en los resultados de este aprendizaje, y gracias a este dilatado monitoreo y estudio de la realidad dominicana, que no se queda congelado en hechos del pasado, la obra que nos ofrece hoy se convierte en una espléndida síntesis de los desafíos que aún tenemos que afrontar para salvar la patria de peligros latentes.

Como director del Listín Diario, cuyas páginas acogen estos periódicos ensayos del vicealmirante (r) Lajara Solá, me siento muy identificado con el objetivo didáctico que procura su autor que, creo, comparten todos los dominicanos de sensibilidad patriótica.

En el transcurso de una década, la narrativa de Lajara Solá ha ido depurándose de tal forma que sus escritos, sintonizados con las preferencias de los lectores de la nueva generación, han logrado altas audiencias porque no apabullan con datos y citas históricas, sino con un mensaje social y humanístico, fácil de comprender y asimilar en pequeñas dosis.

Más allá del autor preocupado por la institucionalidad de su país, apreciamos un hombre que también hace gala de su fuerte vocación militar para trasmitir a sus colegas de armas los principios cardinales que deben respetar y hacer cumplir los cuerpos armados en este contexto.

Su profunda visión sobre el futuro de estas instituciones armadas en un tiempo de rápidas transformaciones aporta insumos de valor para alentar a entrar en la modernidad, sin ser ajenas a los procesos de mejoramiento de la calidad de vida y los buenos comportamientos de la sociedad.

Me siento muy complacido de saludar, mediante estas líneas, este nuevo esfuerzo literario e intelectual del querido amigo y hermano Lajara Solá, cuyas ideas e inquietudes conozco casi al dedillo gracias a las amplias discusiones y reflexiones que compartimos a menudo, respetándonos mutuamente en nuestros puntos de vista y visiones sobre el presente y el futuro de la sociedad dominicana.