superación
Rosa alcanza maestría a base de fe y esperanza
Sin embargo, esta condición no ha impedido que la joven alcance metas que a personas en plenas facultades les son complicadas alcanzar.
La vida de Rosa Paccagnella Capuzzo, de 28 años, no ha sido fácil desde su llegada al mundo.
La joven criminóloga ha tenido que enfrentar una serie de obstáculos debido a la osteogénesis imperfecta (trastorno genético en que los huesos se fracturan con facilidad), que le dificulta su motricidad.
Sin embargo, esta condición no ha impedido que la joven alcance metas que a personas en plenas facultades les son complicadas alcanzar.
Paccagnella Capuzzo, a corta edad, ya cuenta con una licenciatura en Derecho y una maestría en Criminología, este último título le fue otorgado el pasado sábado en la 75ta graduación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Para llegar a donde está, la hoy experta en criminología recorrió un férreo camino cargado de barreras que por momentos le quitaron motivación, pero su fuerza de voluntad y disciplina no la dejaron desistir en la búsqueda de su sueño.
La historia de Paccagnella Capuzzo inicia en 1995, cuando nació, a partir de esa fecha hasta ahora se ha mantenido batallando con la osteogénesis imperfecta, trastorno que la ha llevado al quirófano en más de diez ocasiones por fracturas óseas en varias partes de su cuerpo en especial las piernas.
A pesar de su fragilidad en los huesos, la oriunda de Gazcue (sector de esta capital), no se detuvo y luego de muchos rechazos en centros educativos, fue acogida a los siete años en el colegio “Hermanas Carmelitas”, donde terminó sus estudios primarios y secundarios.
“En mis inicios, las escuelas no nos aceptaban por la condición, bajo el alegato de que no sabían cómo nos iban a tratar, hasta que encontramos una escuela privada (Hermanas Carmelita) que sí nos aceptaron y ahí yo pude culminar mis estudios, porque de lo contrario no habría podido estudiar”, explicó.
Durante sus estudios sufrió una serie de fracturas que ralentizaron la culminación del bachillerato, pero con el apoyo incondicional de sus padres pudo concluir su primera etapa de formación académica.
“En ese proceso a mí me tuvieron que operar más de 10 ocasiones, intervenciones que ralentizaron mi proceso de educación secundaria, pero gracias a mi madre, padre y familia que son excepcionales me costearon todo y pude sobrepasar los quebrantos y terminar mi bachillerato”, manifestó la joven. En esa parte de su vida tanto ella y su hermano, quien también padece del mismo trastorno, empezaron a ver la vida con otra perspectiva que les ayudó a lidiar con todo tipo de personas.
Ya con una edad más madura y concluido el bachillerato, ella decide inscribirse en la PUCMM, a cursar su carrera, ya que es una academia que aporta a la formación con alto grado de inclusión.
Ella agradece a sus padres
Padecimiento.
“Yo, en lo personal, quiero resaltar a mi madre. Para mí, ella es mi soporte, mi todo al igual que mi papá. Les debo todo”, dijo. Al mismo tiempo recordó que gracias a la pronta acción de sus tutores fue llevada a Italia donde fue diagnosticada con osteogénesis imperfecta, distinto al dignóstico de los doctores locales que aseguraban que padecía de osteoporisis.
La joven sugiere que este trastorno sea más estudiado en el país y pide más planes para personas con esta condición.