un programa colapsado
Ligia Amada Melo: El programa Inglés de Inmersión ha perdido su norte
Los objetivos principales, la rigurosidad y los valores que caracterizaban el programa Inglés por Inmersión, del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), se han ido perdiendo en el proceso, afirmó ayer la extitular de esa cartera, Ligia Amada Melo.
La exministra durante el período 2004-2016, consideró que las actuales autoridades del MECyT deben centrarse en rescatar y darle fortaleza a este programa que había sido creado como una oportunidad de desarrollo para jóvenes de escasos recursos.
“Exhorto a las actuales autoridades, al actual ministro (Franklin García Fermín), a que se empapen sobre cómo fue estructurado el programa. Sobre sus objetivos y la forma en la que debe funcionar. Este es un programa que hay que preservar”, declaró Melo al hacer referencia a las deficiencias en la funcionalidad del programa Inglés de Inmersión.
Educar a los pobres
Ligia Amada, también miembro de la dirección política del partido Fuerza del Pueblo, detalló paso a paso cómo y por qué nació la iniciativa del Inglés de Inmersión, que en estos momentos es objeto de críticas por los propios actores del sistema, alumnos y maestros.
Indicó que el programa se inició al asumir como ministra en el año 2004, mediante una mesa de trabajo en la que se determinó que una de las competencias más débiles de los egresados de las universidades dominicanas era el dominio del inglés.
“Nos encontramos esta debilidad y formamos una mesa de trabajo para diseñar un plan con varios especialistas norteamericanos y uno puertorriqueño, y ya en marzo del 2005 empezamos con el plan piloto en Santiago, Puerto Plata y Santo Domingo”, refirió la profesora Melo.
Terminado el período de prueba, el ”Programa de Inglés de Inmersión por la Competitividad”, como inicialmente se llamó, se expandió por la mayoría de provincias del país, respaldado por el interés de brindar una posibilidad cercana y accesible para aprender la lengua anglosajona a jóvenes de escasos recursos a los que les pareciera atractivo y tuvieran la intención alcanzar metas como la realización de maestrías fuera del país. Para aquel entonces, se había estructurado para que la mecánica de funcionalidad fuese de cuatro horas al día de clases gratuitas, así como libros y cuadernos de estudio, con la diferencia de que en la actualidad abundan las quejas sobre retrasos y faltas en la entrega de los materiales de trabajo.
“El actual ministro nunca ha tenido un acercamiento conmigo para preguntarme cómo funciona el programa, cuáles fueron los objetivos fundamentales con los que se creó; que lo primero que debe haber es pluralismo político”, indicó Melo.
La exministra refirió que para sus años de trabajo se graduaron 118,000 estudiantes en esta beca de inglés que era impartida con maestros que constantemente recibían talleres de preparación y soporte, y contaban con materiales, un software traído desde la India en el que realizaban cine foros, diálogos, canciones y actuaciones de teatro.
A día de hoy, la realidad que cuentan quienes se forman, es muy dispersa.
El trato al profesorado
Ligia Amada indicó que mientras fungió como titular del MESCyT, el gabinete que le acompañaba era consciente de las fortalezas de los maestros, quienes poseían capacidades probadas para fungir como directores de centros o regionales y nacionales,
por lo que la lucha por mantenerlos para ellos era tan firme como los reiterados aumentos de sueldo.
“Nosotros sabíamos que a esos maestros, que estaban muy bien calificados, no los podíamos dejar ir, por eso vivíamos en una lucha constante para retenerlos y a cada tanto les subíamos los sueldos porque ellos podían exigir”, afirmó la exministra, quien sugirió a García Fermín que considere tomar la misma decisión ante los despidos de maestros del Inglés de Inmersión, una de las principales razones del déficit.
En múltiples centros se ha denunciado una ausencia de profesores y existencia de sobrepoblación estudiantil, que ha irrumpido en las clases diarias, a lo que afirmó que esto es una consecuencia de que la política se haya tomado a Educación Superior y los técnicos calificados hayan sido desplazados por favoritismos.
“Despidos masivos, que no fueran nada si el nuevo personal que se planta estuviera calificado, pero no lo está y esa es una de las razones por la que se ha desgarrado el programa”, implicó, señalando además que quienes se van voluntariamente es por la ausencia de un salario justo.