Educación

Derechos humanos mediante el lenguaje inclusivo

¡El fin de los estigmas!

Un esfuerzo de comunicación respetando la dignidad de las personas.Listin Diario

María tiene discapacidad visual (no, María es ciega). Pedro tiene discapacidad auditiva (No, Pedro es sordo). Andy tiene la condición de autismo (no, Andy es autista), son tres ejemplos que le dicen a usted que, así como el mundo ha cambiado, se han transformado las sociedades en su búsqueda de derechos humanos. Una forma de hacerlo es poniéndole un ¡alto! a los estigmas.

“El lenguaje tiene poder. Dispensar respeto al referirse a una persona que tiene alguna condición de salud o física, genera un cambio cultural y social que repercute en su bienestar y en el de la sociedad”. Es así como lo ha dicho una y otra vez, Gisela Eusebio, quien pide a los medios de comunicación ser una vía de orientación y ejemplo para lograr el fin de los estigmas a través del uso de un lenguaje inclusivo.

Desde su óptica, los medios son parte importante para lograr el crecimiento en este sentido, ya que muchos dan como bueno y válido los conceptos que publican. “Si ponen los discapacitados, la gente creerá que eso es lo correcto, y no es así. Es persona con discapacidad. Lamento que cuando llamo a un medio, me digan que el término es muy largo”. Al dar cuenta de esto, deja claro que no es correcto usar una palabra porque te convenga cuando detrás de esa conveniencia se están violentando los derechos humanos de la población con discapacidad.

Como presidenta de la Fundación Gissell Eusebio Life Transformer, ha llamado la atención muchas veces para lograr que el lenguaje inclusivo sea una realidad en República Dominicana. “Desafortunadamente, estimo, porque no tengo la constancia, de que sólo un 20 o 25 por ciento de la población utiliza correctamente los términos para evitar discriminación”.

Hay que promover la diversidad funcional, que la gente no vea al otro disminuido porque tenga alguna condición distinta, sino que se respeten sus derechos como seres humanos, no por lo que tiene o padece. “Yo veo que hay países donde nadie se asombra por ver a alguien en sillas de ruedas o con alguna condición. Pero aquí no, en nuestro país algunos prefieren no salir para que no se les queden mirando o para no exponerse a los términos en los que se refieren algunas personas cuando hablan con o de alguien que tiene alguna condición”. Eusebio lo dice, pero sin perder la fe en que seguirá avanzando la cifra de ciudadanos que sí sienten respeto por los derechos humanos. “Porque ese es el trasfondo que hay en todo esto”.

Aunque la gente no lo crea, el uso del lenguaje inclusivo contribuye grandemente a que las personas con discapacidad logren sus derechos y tengan más oportunidades laborales, sociales y políticas. Ella lleva casi 60 años con una discapacidad motora causada por los estragos del polio. Es una de las primeras pacientes (hoy clientes) que atendieron en Rehabilitación. Para Eusebio, ya es tiempo de que se comiencen a cambiar las perspectivas y cada vez más personas se sumen a ponerle fin a los estigmas.

“No es ñoñería”

“A veces cuando en las redes, nos quejamos porque nos llaman discapacitados, algunos comienzan a decir que es ñoñería, que somos de cristal, que esto y lo otro. No es así. Cuando a mí, alguien me trata de forma despectiva, que puede que no lo haga con intención, pero el mensaje llega con una lesión para quienes tenemos algún tipo de condición”. Esta cita es de Cristina, quien tiene una discapacidad motora desde los 14 años. Ya tiene 35 de vida.

Sin victimizar

Gisela Eusebio cita como anécdota, el caso en el que una persona con discapacidad visual se vio envuelta en un asunto de corrupción y muchos decían: “¡Ay, quién lo iba a pensar, mira al ciego!” y se encontraban raro no el hecho de que lo acusaran, sino su condición física. “Ni en casos feos como estos, se debe victimizar a la persona, así como hay personas con discapacidad que hace las cosas bien hechas, puede haber algunas que no lo hagan”.

Voz experta de un sociólogo 

Tal vez las personas creen que cuando dicen ‘aguas negras’ en vez de lo correcto, que es aguas residuales, le faltan el respeto al agua o al lenguaje. “No es así. Lo que hacemos es que satanizamos el color negro, porque ¿qué son esas aguas? Líquido podrido, entonces eso, sin querer se lo atribuimos a ese tono y, como hay personas de color, puede que no se sientan cómodas con ese trato que se le da al término. Lo mismo pasa con la ‘trata de blanca’, es un concepto errado, por la misma razón, y lo correcto es decir: trata de personas”. El dueño de esta explicación es Juan Francisco Ramírez, sociólogo.

Lista de términos correctos

• Persona con discapacidad motora (no tuñeca, cojao, manca, inválida, minusválida, discapacitada, etcétera)

•Persona con discapacidad visual (no ciega, tuerta, invidente...)

• Persona con estrabismo (no visca, ve doble, y hasta cuatro ojo...)

• Persona con discapacidad auditiva y de habla (no sordomuda)

• Persona con discapacidad auditiva (no sorda)

Persona con discapacidad del habla (no muda)

• Persona con autismo (no autista)

• Persona con hipertensión (no hipertensa)

• Persona con diabetes (no diabética)

• Persona con problemas de salud mental (no loca o derremate)

• Adulto mayor (no viejo, de anciano)

• Persona con demencia (no demencia senil. Cualquiera puede padecer, no sólo el adulto mayor)

• Términos compuestos

• Aguas residuales (no aguas negras)

• Personas que viven en la vulnerabilidad (no personas vulnerables, si se refiere a asuntos de cómo vive)

• Pequeños comercios (no pequeños comerciantes)

• Personas de color (no negras)