Lágrimas, abrazos y besos en aeropuerto por reencuentros

El Aeropuerto Internacional de Las Américas José Francisco Peña Gómez se vistió este 24 de diciembre de esperanza e ilusión, para los familiares y amigos que vuelven a reencontrarse con sus seres queridos.

Entre lágrimas, besos y abrazos son contadas aquellas historias que, para esta temporada navideña, representan una vez más la unión y el amor que crean recuerdos memorables.

Uno de estos casos es el de Robinson, quien, luego de estar casi 20 años fuera del país, ha vuelto a pisar suelo dominicano para reunirse con su hermana y otros familiares.

“Pasaremos la Navidad en familia”, expresó la hermana entusiasmada mientras abrazaba con nostalgia y cariño a su pariente que llegó al país procedente de Estados Unidos.

Para Robinson, la experiencia resulta emocionante al pensar que podrá compartir, luego de casi dos décadas, una Navidad en familia.

“Quiero hacer de todo, todo lo que no hago allá”, manifestó.

Un reencuentro similar sucedió con otra familia que, por cuestiones de privacidad, no revelaron sus nombres a este diario, pero contaron que tenían más de 10 años sin ver a su hermana y ese día se reunieron todos en la terminal con globos y carteles para recibirla.

“María” también logró ver nuevamente a su hija y nietas luego de estar un año separadas y, aunque pretende pasar 15 días en el país, su hija está convencida de hacerla durar más.

“Amor en el aire”

Algunas historias de amor también se escapan por estos corredores donde, con ramos y carteles, las parejas esperan reunirse una vez más para disfrutar momentos felices juntos.

Isaac y Marie son una pareja que espera pasar su primera Navidad juntos en el país. Es evidente que Isaac ha esperado este día con mucha emoción mientras sostiene un ramo de flores en sus manos y se pasea ansioso por los pasillos de la terminal.

“Obligado la voy a llevar para un campo aunque ella no quiera y me voy a encargar de que se lo goce”, planifica Isaac, queriendo asegurar que su ahora reunida familia disfrute la experiencia completa que ofrece la patria.

Marie deslumbra con su sonrisa de felicidad al saber que tanto ella como su hija se reencuentran de nuevo con Isaac y podrán “estar con su familia”.

Relató que el vuelo fue difícil al estar sola y con sus demás hijos y, aunque lleva una negativa profunda de no ir al campo porque “las calles están horribles”, pretende disfrutar todo el tiempo que pueda esta temporada.

¿Por qué se van?

No es un secreto a voces que muchos dominicanos deciden emigrar de su país a otro más seguro, organizado y con mejores oportunidades de crecimiento, ya sea en el sentido laboral o de estudios.

Ironelis lleva aproximadamente seis meses sin ver a su hijo mayor, quien recibió una beca de estudios en Pensilvania, Estados Unidos, y aunque aclara que fue una decisión difícil el dejarlo ir tan lejos con tan solo 22 años, reconoce que fue una buena elección al final de cuentas.

Sentada en las afueras del aeropuerto con un cartel lleno de mensajes cariñosos para él, esperaba pacientemente el momento en que finalmente pueda abrazarlo y mimarlo como le gusta.

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