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La JCE gestiona documentos para ciudadanos “invisibles”

El sector de Cienfuegos hay muchos niños y adultos no declarados.

El sector de Cienfuegos de Santiago hay muchos niños y adultos no declarados.ld

La Junta Central Electoral (JCE) ha realizado diversas acciones para proporcionar documentos de identidad a los residentes de distintos sectores de la ciudad de Santiago.

Una fuente cercana a la JCE, informó a Listín Diario que se han realizado varios operativos en Cienfuegos, instalando unidades móviles, para facilitar la obtención de documentos a quienes aún no los poseen, incluyendo visitas a las escuelas y barrios.

Indicó que a pesar de estos esfuerzos, la respuesta por parte de la población ha sido limitada, principalmente debido a la falta de información y promoción sobre los servicios disponibles.

La fuente señaló que la JCE está en proceso de planificar un proyecto piloto en Cienfuegos, con el objetivo de mejorar la cobertura y eficiencia en la emisión de documentos.

Varios requisitos

En cuanto a los requisitos para la declaración tardía, explicó que varían según el caso, pero los más importantes son la cédula de los padres, documentos que justifiquen el nacimiento, ya sea por el hospital o por el juzgado de paz.

Explicó que, si una persona no está registrada y la madre no tiene cédula o tampoco está registrada, o si los abuelos no están registrados, se podría llevar a cabo el procedimiento para poder declarar a los hijos, aunque los requisitos pueden variar.

Para menores de 16 años, es esencial presentar la cédula de la madre y documentos que certifiquen el nacimiento, como una certificación del hospital o del juez de paz.

Para los adultos mayores de 16 años, los requisitos son similares, aunque pueden variar según la situación específica del solicitante. Para aquellos mayores de 60 años con cédulas antiguas, el proceso es más ágil, requiriendo solo el acta de defunción en caso de que los padres estén fallecidos.

La JCE también ha implementado procedimientos para casos especiales, como la certificación eclesiástica para personas mayores, cuya información es difícil de verificar de otras maneras.

La institución busca minimizar los costos y facilitar el acceso a los documentos necesarios, adaptando los requisitos a cada situación individual

Otros datos

La Constitución dominicana puntualiza que cada persona tiene derecho a ser registrada inmediatamente después de su nacimiento y a recibir un nombre.

Sin embargo, este y los tantos derechos que acarrea obtener un acta de nacimiento, les han sido vulnerados a decenas de niños y ahora adultos que no están declarados en el distrito municipal de Santiago Oeste.

Listín Diario realizó un recorrido por el sector de la Emboscada de Rafey o Emboscada de Cienfuegos, donde un equipo de periodistas conversó con al menos 10 personas sin documentos, cuyos hijos y nietos están en la misma situación.

Lucía Almonte, quien nació y ha vivido toda su vida en el barrio, asegura que son al menos 100 los niños que no cuentan con un acta de nacimiento en la comunidad y muchísima “gente vieja también”.

Los invisibles

Nathanael llegó hasta sexto curso. Hasta aquí se lo permitió la escuela bajo la palabra de la Junta de Vecinos, ya que no tiene documentos. Veintidós años después y con un hijo, él todavía sueña con terminar el bachillerato y estudiar para ser chef profesional. “Yo quisiera estudiar, pero dime”, expresó con ojos llorosos y con un monton de interrogantes.

Cuenta que trataron de hacer las gestiones para obtener sus documentos, pero su mamá tampoco tiene acta de nacimiento y su padre falleció. Su hijo, fue declarado solamente por la madre del menor.

Ivelise del Carmen tiene 4 hijos de 17, 16, 10 y 9 años, todos sin declarar. Ningún miembro de esta familia cuenta con un seguro médico, acta escolar o ayudas del gobierno, a pesar de vivir en condiciones precarias.

Narra que su hijo de 17 años se quedó en tercer grado de básica, ya que le dijeron que sin documentos no podía continuar. La niña, que entró de 11 años a la escuela, sin alfabetizar, no sabía leer ni escribir, hoy ya con 16 años está en cuarto curso de básica.

Sin embargo, ella y sus dos hijos más pequeños que aún cuentan con la edad de escolaridad, corren el riesgo de no poder continuar sus estudios tras haberse mudado aquí desde Dajabón. En los centros educativos del entorno no los reciben sin actas de nacimiento, por lo que todavía no están inscritos para el próximo año escolar que está a la vuelta de la esquina.

Doña Rosa, de 59 años, tampoco está declarada, así como sus tres hijos y sus dos nietas de 18 y 19.

Falta de ayuda

Son muchos los adultos que no tienen acceso a las ayudas del gobierno, seguro médico, acceso a la educación o la forma de conseguir un trabajo digno por el hecho de no portar una cédula de identidad. De igual forma, a estas personas no se les permite ejercer su derecho al voto.

La principal actividad económica de esta zona se basa en “bucear” en las toneladas de basura del vertedero de Rafey, recolectando elementos reciclables. Los niños, en su mayoría no declarados, tienen pocas probabilidades de ir a la escuela y allí encuentran la forma de ganarse la vida.

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