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Barrio Libertador de Herrera clama por el fin de la delincuencia
Vivir bajo el ala de la delincuencia ha llenado de indignación a los moradores del sector Libertador de Herrera, quienes hasta el momento habían decidido no salir tarde de la noche por miedo a ser víctimas de los malhechores, pero hay quienes manifestaron ya no resistir más y han decidido vender sus casas sintiéndose “desamparadas” ante la situación.
Uno se esos letreros de “Se Vende” estaba colocado en la casa del dirigente comunitario Jorge David Duvergé, quien sufre de diabetes y con una herida en la pierna, vendada e introducida en una funda, indicó que ya ni siquiera los taxis quieren ir hasta su casa. .
“Yo soy una persona operada y me atracaron hace un mes, no se apiadaron de mí y se llevaron los cuartos, el celular, los papeles del médico, todo (…) que hago con poner denuncia si a Buenos Aires le hace falta policía. Nos sentimos desamparados, huérfanos los dirigentes comunitarios”, puntualizó Duvergé.
Cansado de vivir bajo esa situación, abogó por el establecimiento de un destacamento policial en el sector, ya que para poner una denuncia tienen que trasladarse hasta el de Buenos Aires, donde considera que allí el personal tampoco da a vasto.
En las concurridas calles del sector, los residentes conversaban bajo una mañana con un cielo nublado, agradeciendo porque las lluvias no causaron estragos en sus viviendas. Sin embargo, al tocar el tema de la inseguridad el semblante les cambió y el tono cálido de sus voces se tornó agitado, pues aunque el tema parece ser un secreto a voces el miedo a sufrir represalias se apoderó de muchos.
No fue el caso del comerciante Raúl Germán de la Cruz para quien las noches se han convertido en un toque de queda y la luz del día representa un alivio para sus temores. Bajo la situación Germán de la Cruz se ha limitado a realizar tareas sencillas como ir al mercado y vive amparado en su puerta de hierro, el único mecanismo de defensa para su colmado.
“Hay tengo esa puerta de hierro desde que veo que oscurece que no hay nadie yo la pongo, me quedo hay hasta que creo que se pueda y luego me encierro, eso me ha librado de ser quizás una víctima”, afirmó De la Cruz.
Asimismo, indicó que aunque él no ha sido una víctima, semanalmente se encuentra con la noticia de alguien que saliendo de su casa para su trabajo es interceptado por los antisociales y en algunos casos han llegado al maltrato físico.
“Aquí mucha gente que se desplazan a su trabajo a tempranas horas siempre son asaltados, mayormente los lunes y los sábados. Yo a veces quiero ir al mercado y tengo que esperar que se aclarezca, que sea bien de día por que la seguridad no esta buena por aquí”, dijo De La Cruz, quien tiene 8 años con su establecimiento.
Otros que sostuvieron no la han tenido fácil en estos tiempos son los motoconchistas, quienes han establecido horarios para salir a trabajar, procurando no salir muy temprano a las calles, ni quedarse hasta tarde.
“En esta zona del Libertador de Herrera los atracos son diarios… esto no se duerme aquí adentro. Los motoconcho tienen que esperar a las 7 de la mañana para poder trabajar porque si no lo atracan también'', aseveró un ciudadano que se dedica a esta labor y que por miedo prefirió permanecer en el anonimato.