Arroyo Lebrón: Receptor de cadáveres y contaminación
Los moradores de Brisas del Lebrón, en Los Alcarrizos, precisamente el más cercano sector al paseo del río, reconocen las maldades que este ha ocasionado en su comunidad y al menos cinco cadáveres de niños y adultos han sido encontrados en su área de afluencia.
El arroyo Lebrón pasó de ser un atractivo para la recreación de los moradores de los municipios de Pedro Brand y Los Alcarrizos, a un sinónimo de contaminación y desgracia.
En los últimos 15 años, al menos cinco cadáveres de niños y adultos han sido encontrados en su área de afluencia, algunos por ahogamiento, debido a crecidas desmesuradas de las aguas, y otros con evidentes signos de ser víctimas de una muerte provocada.
Los moradores de Brisas del Lebrón, en Los Alcarrizos, precisamente el más cercano sector al paseo del río, reconocen las maldades que este ha ocasionado en su comunidad, convirtiéndose en cómplice de calamidades sin esclarecer, como la del más reciente cuerpo inerte avistado en el arroyo, que fue encontrado por comunitarios del Kilómetro 18 de la Duarte en el mes de diciembre.
“Lo que uno puede pensar es que psicópatas, personas sin conciencia, se aprovechan de que este es un sitio que está arrabalizado, solo, y entonces comenten sus fechorías y como ellos saben que nadie los está mirando, vienen y terminan aquí”, afirmó Edward de Aza, presidente de la junta de vecinos de Brisas del Lebrón.
Los cadáveres del Lebrón
El 21 de diciembre del año pasado, comunitarios de Los Alcarrizos reportaron a las autoridades policiales de la zona que habían hallado a un difunto en el arroyo.
Aunque aún se desconoce nombre del mismo, y motivos detrás de su muerte, todo apunta a que habría sido asesinado y, en búsqueda de deshacerse de él, sus victimarios fueron a parar al Lebrón.
Una de las cosas que lamentan con mayor ímpetu los comunitarios de las demarcaciones con las que comprende el afluente, Pedro Brand, en La Guáyiga, y Los Alcarrizos, en Palmarejo-Villa Linda, es que este no sería el primer caso de este tipo.
“Verdaderamente, en los últimos 15 años han habido por lo menos cinco casos de muertes que tienen que ver con el río. En una ocasión se ahogaron dos jóvenes y casos como el de ahora han habido varios también, pero por razones que uno no sabe, no se dan a conocer”, afirmó el líder comunitario de Brisas del Lebrón, quien además aseveró que se desconoce con exactitud las fechas o condiciones de las otras coyunturas.
Ante la alerta y preocupación de los residentes, las autoridades locales han indicado que trabajan para afrontar la situación y determinar si existe algún patrón o conexión entre los diferentes casos.
Esto, sin mencionar el deplorable acontecimiento de mayo de 1996, con el hallazgo en el mismo lugar de los restos del niño de 12 años José Rafael Llenas Aybar, quien fue asesinado de 34 puñaladas por su primo Mario José Redondo Llenas.
Cuando se desborda
“Cuando sube, lo único que nos queda por hacer es resguardarnos porque no hay para nadie”, contó Carmen Rosa, quien residen hace 14 años en Brisas del Lebrón, un barrio aparentemente vírgen en el que ni siquiera las calles muestran síntomas de algunas vez haber sido asfaltadas.
Según declaró Rosa a periodistas del Listín Diario, cuando recién se mudó a la comuna, el arroyo Lebrón aún era utilizado, tanto como balneario, como sitio de pesca, e incluso en sus orillas se producían distintos víveres de los que se abastecían a montones decenas de personas en el lugar.
Desde hace aproximadamente cuatro o cinco años, inundado en basura y desechos de todo tipo, dejaron de bañarse en las contaminadas aguas que desembocan en el río Isabela, una de las fuentes principales de abastecimiento de la capital, y aproximadamente esa es la misma cantidad de tiempo desde que empezó a desbordarse.
“Empezó a desbordarse y nosotros cada vez nos sentimos más asustados. Vivimos a la expectativa cada vez que llueve y varias comisiones de nosotros hemos ido a la Caasd (Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo) y al Indrhi (Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos)”, indicó la que también es secretaria de la vecindad, al detallar como dos ingenieros los han visitado, pero sin aportar una solución certera al desvió del Lebrón.
Lo que detalla el conglomerado social es que con anterioridad el río tenía otra ruta, pero con el pasar del tiempo se ha empezado a acercar cada vez más a la cercanía del espacio en el que hacen vida.
“Cuando llueve, el sube por todas estas calles a buscar lo que no se le ha perdido, porque él no pasaba por aquí, esto no es sitio de él, y todo lo que encuentra se lo lleva”, alegó Nelson Soriano, al junto que mostraba imágenes en las que se podía apreciar hasta que alto ascendía el agua.
Camas, neveras, estufas, muebles, objetos de uso personal y todo lo que se encuentre en su camino se lo ha llevado el Lebrón.
Sus últimas ocasiones fueron en noviembre y diciembre del año pasado, cuando un total de 107 familias perdieron todo.
Una solución
Lo que han pedido a las autoridades es que el arroyo sea saneado, profundizado para que al subir no deba tomar tierra hacia afuera, y, además, redirigido hacia su cauce.