Gascue, un patrimonio arquitectónico en ruinas

Dirigentes de la Junta de Vecinos de Gascue, encabezados por Bienvenida Castro, cuando conversaban con el equipo de Listín Diario.

Dirigentes de la Junta de Vecinos de Gascue, encabezados por Bienvenida Castro, cuando conversaban con el equipo de Listín Diario.JORGE_MARTINEZ

El sector Gascue, Distrito Nacional, posee un patrimonio arquitectónico invaluable, el cual no se está preservando de ninguna manera. Cada vez son más las casas patrimoniales que se destruyen completamente; este y otros males están provocando que en un futuro no muy lejano, se pierda el encanto que ha caracterizado la zona por décadas.

Este fue el primer sector urbano fuera de las murallas de Ciudad Nueva, su nombre le hace honor a Francisco Gascue, quien en 1735 se estableció en el lugar.

Así como Francisco, la clase alta empezó a emigrar de Ciudad Nueva y se estableció en Gascue, esto debido a la sobrepoblación que había y brotes de epidemias que estaban afectando a los ciudadanos.

Le solían llamar “La ciudad jardín”, por la gran vegetación que distinguía la localidad, no obstante, aunque actualmente el sector goza de una gran cantidad de árboles, es notable la intensa tala que se producido para nuevas construcciones de edificios, parqueos o locales comerciales.

La construcción de nuevos edificios, más allá de ser un bien para la zona, se ha convertido en un contribuyente directo a la destrucción de casas emblemáticas, muchas de las cuales pertenecieron a grandes personajes del país.

Una de las preocupaciones de los locales, es el no respeto a los parámetros de seguridad que llevan están nuevas edificaciones, asegurando que muchas de estas construcciones violan las normas establecidas.

Árboles centenarios han sido derribados sin ningún tipo de sanción o respeto a la conservación del Medio Ambiente, todo esto para edificar nuevas viviendas.

A través de los años, el entorno se ha caracterizado por su tranquilidad, la paz y poco ruido que resaltan a Gascue de otros sectores capitalinos, pero en la actualidad el temor de sus habitantes es que se pierda esa esencia de “comunidad”.

“La construcción de edificios en el sector no es nueva, solo que si nos fijamos en la forma que eran construidos antes, eran muy distintas a las construcciones de ahora en términos de utilización del espacio, así como de preservación de las áreas verdes”, dijo Tomás Hubier, residente del sector.

Anteriormente, se construían viviendas de menos niveles, con el propósito de tener un control de las familias que se establecían en el lugar, a diferencia de ahora donde no se toma en cuenta las consecuencias que podrían causar.

“Más que como un ilusión y preservación arquitectónica, que también son necesarias, el tema de la construcción sin un planeamiento real, lo que ubica es carencias dentro de la comunidad, cuando destruyes una casa para hacer un edificio donde vas a tener 15 apartamentos, se dificulta el tránsito en el espacio. Donde transitaban uno o dos vehículos, ahora serán 15 o más”, expuso Hubier.

El aumento de viviendas ha traído insuficiencia eléctrica en el sector, produciéndose apagones con más frecuencia, así como la fallas con el agua potable en cuanto a las tuberías.

Lugareños definen Gascue como “un sector de abuelos”, a raíz de que reside una gran cantidad de personas mayores.

“No es un asunto de modernizar o no, sino de hacerlo bien para que se preserve la calidad de vida de los del sector”, agregó.

El descuido también ha ido tomando fuerza en la populosa localidad, ya que 14 casas se encuentran abandonadas y deterioradas, generando un contraste que puede ser triste.

En la calle Cervantes, se observa una vivienda de dos niveles con una estructura antigua, la cual ha sido dejada a su suerte mientras la suciedad se apodera de su exterior.

Según los vecinos, la propietaria de la vivienda sufrió un accidente en su casa, al ser una persona anciana, se trasladó hacia Estados Unidos donde sus hijos. Ante esto, la propiedad ha sido forrada por arbustos, desechos y mugre.

Casa patriótica

Residencia de Manuel de Ovín Filpo, uno de los conjurados del atentado contra Trujillo el 30 de mayo de 1961.

Residencia de Manuel de Ovín Filpo, uno de los conjurados del atentado contra Trujillo el 30 de mayo de 1961.JORGE_MARTINEZ

En la calle Casimiro de Moya nos encontramos con otra vivienda pintada de amarillo y rodeada de pequeños árboles con aspectos similares a la anterior, la situación suele ser penosa. Tiempo atrás, esa morada perteneció a Manuel de Ovín Filpo, uno de los héroes del 30 de mayo de 1961.

De Ovín Filpo, fue el encargado de fabricar los cartuchos de municiones, los que fueron hechos con cojines de rodamiento, esos fueron utilizados en el ajusticiamiento del dictador Rafel Leónidas Trujillo.

“Manuel fue quien recortó las escopetas para el atentado contra Trujillo”, afirmó Hubier.

La casa donde este héroe nacional residió no posee ni una placa que identifique la permanencia del español en la vivienda.

“Esto era lo más lindo que tenía Santo Domingo, ha ido decayendo, a eso se le atribuye el cambio de personas. Ya no viven sus pilares ahí, aunque algunos se mantienen”, agregó.

Más adelante de la vivienda, también está una antigua casa que era utilizada por la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), actualmente para lo único que es utilizada es para que los miembros de ese gremio usen su espacio como parqueo, porque la edificación está arrabalizada y desaliñada.

El que no haya un tipo de sanción para los propietarios de esas moradas huérfanas de cuidado, es quizás lo que ha causado que siga aumentando la cantidad.

Entre esos, sorprende ver el estado del reconocido Instituto Escuela, el cual fue fundado en 1939 en la calle Crucero Ahrens, frente al parque Eugenio María de Hostos, antiguo Parque Ramfis.

Para 1946, el Instituto Escuela fue trasladado a Gascue, en la calle Hermanos Deligne. La edificación se erigió en lo que había sido la gatera del hipódromo La Primavera, que operaba en el lugar, propiedad de Antonio Abad Henríquez alias don Baba.

Ese instituto que se consagró en la enseñanza de los valores patrióticos y de altos ideales, hoy no es más que un depósito abandonado, con ventanas rotas, pintura desgastada y puertas deterioradas.

La Junta de Vecinos de Gascue, presidida por la comunitaria Bienvenida Castro, ha intentado que el futuro del lugar sea diferente al de almacenar cachivaches, sin embargo, al pertenecer al Ministerio de Educación (Minerd), se les ha imposibilitado la tarea.

“Eso lo tienen como un garaje de guaguas y ahí existen cantidades de aulas grandísimas. Nosotros se lo solicitamos al presidente de la República para que le dieran eso a la comunidad”, indicó Castro.

Ponen un alto

No todo es lamento, la junta de vecinos, de la mano de la Alcaldía, han tratado de poner un freno al derribamiento de las casas colocando multas a quienes demuelan las viviendas patrimoniales.

“Se le impuso una multa económica y se le prohibió construir en el lugar por un periodo de 10 años, el punto es que exista un régimen de consecuencia”, aseguró la señora Castro al relatar uno de los sucesos en los que han tenido que actuar.

Castro, en compañía de Jorge Martínez Navarro y Miguelina Soto, quienes también son parte de la junta de vecinos, explicaron que esa labor se puede tornar dificultosa debido a que hay personas que inician a derrumbar las casas de manera muy sigilosa.

“Ellos inician a tumbar la vivienda por atrás y a veces uno ve la fachada normal y no se percata de que detrás se está construyendo”, apuntó Castro.

Otro programa que han implementado es el de Pinta tu casa, que es costeado por los mismos comunitarios para pintar casas antiguas y tratar de restaurarlas como junta de vecinos.

Aun existen personas que se preocupan o que han podido mantener la esencia de ciertas joyas arquitectónicas, como el Instituto Guimarães Rosa antiguo Centro Cultural Brasil-RD, que es una extensión de la embajada de Brasil, allí se imparten clases de portugués desde un nivel cultural.

Ese centro está directamente relacionado con la historia de Gascue, ya que fue la casa del poeta dominicano Enrique Henríquez, posteriormente, sus sucesores también moraron ahí.

Tomás Hubier narró que la casa llegó a ser un consultorio médico, en dos ocasiones fue utilizada como burdel.

Asimismo, fue utilizada para grabar varias escenas de la película La Fiesta del Chivo.

Antes de que el centro fuera trasladado, la restauración del inmueble fue hecha por las empresas brasileñas Andrade Gutiérrez y Odebrecht. Entonces, a partir del 23 de marzo del año 2009 fue instalado el Centro Cultural Brasil, quienes han mantenido la esencia y preservación del local.

El doctor Jorge Martínez Navarro, biznieto del escultor y educador Leopoldo Navarro, conserva su vivienda tal y como cuando llegó a Gascue desde muy pequeño.

Empero, manifestó que no es tarea fácil costear el mantenimiento del inmueble y atribuye los altos costos a una de las causas de que las personas vendan o abandonen sus hogares.

“Lo que sucede son las situaciones socioeconómicas, son casas muy costosas. Los pilares, por ejemplo, esta casa es mi herencia, pero son tres pisos, cuando se daña un lavamano, al otro día se daña un pestillo, entonces el costo de manejar eso hace que la gente las venda”, expresó.

Al morir las figuras y dueños de casas, los hijos optan por vender y repartir los bienes entre sí. Las casas se venden al mejor postor y muchas veces por los elevados precios no se logran vender.

“El Estado no puede culpar a las personas, si no les ayuda a remodelarla o salir de la vivienda. Hay muchas casas que son patrimonial, donde muchas veces son compradas, pero luego son colocadas oficinas que arrabalizan la localidad y carecen de parqueo”, apuntó Martínez Navarro.

Destacó que, “de nuevo, la ciudad ha tenido que volver a mirar a Gascue”, resaltado que la venta de apartamentos circula en 10 millones de pesos.

“Hay que olvidarse del Gascue bucólico, ya no puedes ver tus vecinos desde la galería de tu casa. Ya eso no existe”, manifestó.

Discotecas al acecho

Un nuevo mal parece avecinarse a Gazcue y es la contaminación sonora, denuncian que han iniciado la instalación de discotecas en el sector que ponen en juego la tranquilidad y paz de los habitantes.

Tras el ruido descontrolado, las quejas van en aumento.

“Como junta de vecinos vivimos vigilantes de lo que sucede aquí, trabajamos constantemente para mantener la esencia de Gascue”, aseveró Bienvenida Castro.

Recalcan que comparado con otras zonas como Piantini o Naco, Gascue aun se encuentra en pañales en cuanto a los centros nocturnos, pero que es algo que no van a permitir bajo ningún concepto.

“Nosotros tenemos un equipo de antirruido, tenemos una cercanía con el procurador de medio ambiente y vivimos haciendo reuniones con diferentes personalidades”, expuso Castro.