agresivos

Los limpiavidrios se ocultan y salen en las avenidas de la capital

La agresión a un fotorreportero levantó una nueva ola de repudio a la presencia de limpiavidrios en las calles.

La agresión a un fotorreportero levantó una nueva ola de repudio a la presencia de limpiavidrios en las calles.

Las esponjas empapadas que son lanzadas al cristal delantero de los vehículos por los “tediosos limpiavidrios”, aún continúan siendo parte de los problemas sociales que no saben manejar las autoridades, según transeúntes.

Luego de la agresión a la que sobrevivió un fotorreportero en días pasados al momento de ser herido por limpiavidrios en pleno cumplimiento de sus labores en la vía pública, reporteros de Listín Diario realizaron un recorrido por las avenidas principales para verificar si estos persisten en sus labores.

El equipo visitó las intersecciones de las avenidas 27 de Febrero y John F. Kennedy más frecuentadas por los limpiaparabrisas, donde se logró percibir una baja presencia de estos.

En cambio, en la avenida Máximo Gómez con John F. Kennedy, patrullas policiales estaban custodiando las zonas cercanas a los semáforos para apresar a los que se encargan de “limpiar los cristales”. Cada vez que el semáforo cambió a color rojo, los agentes se movilizaban entre los vehículos para asegurarse de no encontrar ningún joven asediando a los conductores.

El agente policial manifestó a este medio que los componentes policiales tienen órdenes de no permitir esa práctica.

“A todo el que intente limpiar vidrios en las calles más transitadas de la ciudad se va preso. Tenemos órdenes de que se vayan presos todos”, dijo el miembro de la Policía que pidió no revelar su identidad.

Continuando con el trayecto varios kilómetros después, precisamente en la avenida Ortega y Gasset con John F. Kennedy, desde lejos se visualizaba a varios limpiavidrios, a los que se les preguntó qué hacían en el lugar y respondieron que “cumplían con sus responsabilidades”.

“Nosotros únicamente queremos trabajar. Eso que pasó con el periodista fue culpa de unos locos pero, aquí somos respetuosos y organizados”, comunicó Luigi, quien dice necesitar el dinero para poder saldar las deudas del nacimiento de su hija y la enfermedad de su madre.

Choferes angustiados

En cambio, algunos choferes indicaron sentir mucha molestia cuando lavan sus vehículos y “las manos de esos delincuentes la ensucian”.

“Cuando acabó de lavar mi vehículo ni me gusta salir porque estos abusadores ni siquiera preguntan y desde muy lejos tiran el trapo sucio ese”, afirmó Pedro Ramón, mensajero de una empresa, que ha pasado por ese tipo de experiencia.

Asimismo, denunciaron que muchas veces, al terminar de brillar los cristales, solicitan el pago de cinco o diez pesos, pero en caso de no tener hay que prepararse para “protegerse” de una agresión.

“El tema es que ellos se molestan y para demostrarlo tiran piedra o lo que tengan en mano, por eso es que son peligrosos”, señaló José Luis.

Lamentos

Además del camarógrafo herido en la cabeza por una pedrada y tuvo que recibir atenciones médicas, otro hecho que también consterno a la sociedad fue el atentado del cual fue víctima una joven estudiante, a quien un limpiavidrios lanzó piedras a la parte delantera del auto, provocándole heridas peligrosas.

No obstante, estos dos casos no se acercan a la excesiva cantidad de acontecimientos que se contabilizan cada semana.

Medida

En el año 2017, el alcalde del Distrito Nacional, David Collado, anunció la regulación de los limpiavidrios en las principales avenidas de la capital.

Collado determinó en ese momento, mediante un censo, que existían 50 personas dedicadas a este oficio en las avenidas del Distrito Nacional y que ya habían documentado a 33 de ellas.

La alcaldía les ofreció la oportunidad de aplicar para empleos a largo plazo en la dirección de Aseo Urbano y se beneficiarían de los programas de rehabilitación.

Según las opiniones de las personas que conversaron con reporteros de este medio, la resolución 17-2017 solo se aplica en medios mediáticos.

“Eso nada más funciona cuando un limpiavidrios le da a una gente, después de un par de días, se olvida, todo está frío y vuelve y pasa”, dijo José Luis, en coincidencias con los demás entrevistados.