Estructuras impositivas que funcionaban en el pasado
En nuestra República Dominicana, en el pasado no tan reciente, todavía se recuerda, algunos con mucho humor y otros con pánico, la implantada práctica militarista sobre políticas públicas.
Nos referimos a algo tan sencillo, como el que, para entonces, los gobernadores de provincias eran militares; que a los hospitales (no así el caso de las maternidades, que llevaron de nombre Altagracia), ni por justicia o lógica se le puso el nombre de un renombrado médico, si no el de un general.
¿De dónde viene que el jefe del agua, encargado de repartirla entre los parceleros o productores agrícolas, lleve de título “Cabo de agua? ¿Y que actúe hasta con la misma jerga militar a las anteriores?. También, se recuerda el famoso mulo de apodo “Coronel”, oriundo de Las Terreras, que tuvo lo osadía, igual a la de un humano, de morder la mano al cobrador de impuestos cuando éste la extendió, sí se quiere, en señal de protesta.
El colmo fue que los policías municipales eran los recaudadores de las rentas municipales. Pero, más que tétrico fue ver a policías municipales en puntos estratégicos estacionados para gravar las cargas de pequeños o infelices productores que tuvieron esa fuente como único medio de vida de subsistencia.
En ningún lugar del mundo, no importa cuando sucede, o sucedió, se grava la actividad agrícola, sino, todo lo contrario, el Estado la incentiva.
En el caso de Azua, en la zona urbana hubo, por lo menos, tres policías municipales. Es posible que fueran más, de nombres Eusebio Pérez Patricio, Obdulio Marchena y Peña, oriundos de La Cuchilla, y otro de puesto en lo que hoy es el populoso barrio San Antonio, de San José de Ocoa, al que los habitantes le llamaron “La Aduana”.
Este tema merece un comentario por separado. Es necesario comentar también que el primer gobernador que tuvo Azua fue el general Antonio Duvergé y el hospital de asistencia púbica se llamó general Luis Pelletier.
Los llamados puntos estratégicos o aquellos lugares que hoy se les llamarían "puntos expresos" fueron el camino antiguo de El Barro, específicamente en la zanja del conuco de don Vidal Méndez ; un segundo en la entrada al pueblo por la carretera de Pueblo Viejo, frente a la casa de familia del don Goyo Barias y la popular rezadora doña Celestina Pérez, por cierto, abuela del hoy crítico de artes, el erudito Guillermo Odalis Pérez Nina, un tercer punto próximo al puente Las Yayitas, y un cuarto punto era el colocado en la única vía de comunicación con San José de Ocoa, que era parte de la provincia de Azua cuando eso, digamos entrando por Las Charcas.
Es bueno destacar también, que los maestros nacionales Guillermo Díaz y Luis Amaury Díaz son nietos del expolicía municipal Eusebio Pérez Patricio, y que el poeta Otto Oscar Milanese es nieto de Obdulio Marchena, así como la poeta Ana Marchena Segura, quien es su bisnieta.
Durante las dictaduras, en especial la de Trujillo, se vivió con un modelo de estructuras impositivas en República Dominicana, que en ocasiones pareció que el tributo se pagaba de manera compulsiva. En lo que respecta solo a los impuestos directos, como el de Sobre Beneficios, en todas sus versiones.
El de la Cédula y hasta el de Sobre La Renta en su pura esencia, el sujeto pasivo o contribuyente lo sintió así.
En Azua, en el tiempo cuando fue la madre del Sur o metrópolis, el tributo de nombre Rentas Municipales proveniente de distintos lugares de su territorio, se amasaba en el Ayuntamiento con la garantía de que a nadie se le ocurría desviar su uso.