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¿Es Abinader un buen presidente?

Introducción

Evaluar la gestión de un presidente requiere un análisis imparcial y fundamentado en datos concretos. Luis Abinader asumió la presidencia de la República Dominicana en un contexto desafiante, marcado por la pandemia del COVID-19 y retos estructurales como la informalidad laboral, la calidad de la educación, y la percepción de inseguridad. Este artículo examina su gestión en comparación con líderes de la región, centrándose en la calidad del gasto público, logros y desafíos, para responder objetivamente a la pregunta: ¿Es Abinader un buen presidente?

1. La calidad del gasto público: un enfoque comparativo

La calidad del gasto público se mide por su eficiencia en transformar recursos en beneficios tangibles para la población. Durante la gestión de Abinader, el gasto público se ha distribuido de la siguiente manera:

Educación:

Abinader asignó el 4% del PIB al sector educativo, cumpliendo con la ley. Sin embargo, los resultados no reflejan esta inversión: persiste un déficit de 7,000 aulas y bajos puntajes en evaluaciones internacionales. En comparación, México invierte un 4.5%, con mejores resultados relativos, mientras que Argentina destina un 5.5%, destacándose en inversión pero enfrentando problemas similares en calidad.

Salud:

Con solo un 2.9% del PIB destinado a salud, la República Dominicana enfrenta limitaciones en su sistema de atención. En la región, Argentina lidera con un 9.5%, mientras que México y El Salvador asignan entre 2.5% y 3.4%, enfrentando desafíos comunes.

Infraestructura:

La estrategia de Abinader se ha centrado en pequeñas y medianas obras para generar empleo y estimular la economía. Aunque efectiva en el corto plazo, carece de grandes proyectos estratégicos como los megaproyectos de México o las reformas estructurales necesarias para sostener el crecimiento.

Deuda pública:

La deuda nacional representa el 63% del PIB, y el 25% del presupuesto se destina al pago de intereses. Esto reduce el espacio fiscal para inversiones en áreas críticas. En comparación, El Salvador (77%) y Argentina (98%) tienen situaciones más graves, mientras que México (47%) mantiene un margen más controlado.

2. Logros de Abinader

Recuperación económica post-pandemia:

La economía creció un 4.5% en 2023, impulsada por el turismo, las zonas francas y la inversión pública. Esto lo coloca entre los países con mejor desempeño económico en la región.

Transparencia y lucha contra la corrupción:

Abinader permitió investigaciones judiciales , desvinculó funcionarios cuestionables logrando un avance en la percepción de transparencia.

Control de la inflación:

La inflación se mantuvo estable en 6.5% en 2023, contrastando con niveles alarmantes en Argentina (120%) y desafíos en otros países de la región.

3. Áreas de mejora y desafíos pendientes

Educación:

Los recursos asignados no se han traducido en mejoras significativas. Esto señala problemas de planificación y ejecución.

Seguridad ciudadana:

La percepción de inseguridad sigue siendo alta (73%), con pocos avances en la reducción de delitos. Líderes como Bukele han logrado resultados tangibles en este ámbito mediante políticas más agresivas.

Dependencia económica:

Aunque el turismo y las zonas francas son pilares económicos, su contribución fiscal es baja, limitando los ingresos del gobierno para proyectos estratégicos.

Deuda pública:

El alto porcentaje del presupuesto dedicado al servicio de la deuda limita las posibilidades de nuevas inversiones en infraestructura y servicios esenciales.

4. Comparación regional: la posición de Abinader

México (Andrés Manuel López Obrador): Alta inversión en megaproyectos como el Tren Maya, pero con sobrecostos y poca transparencia.

El Salvador (Nayib Bukele): Foco en seguridad pública con éxito en la reducción de violencia, aunque con inversión limitada en sectores como salud y educación.

Argentina (Javier Milei): Ajustes fiscales drásticos que reducen la inflación, pero incrementan la pobreza y sacrifican servicios básicos.

En este contexto, Abinader destaca por su moderación y enfoque equilibrado, aunque persisten retos significativos en áreas clave como educación, salud y seguridad.

5. Conclusión: ¿Es Abinader un buen presidente?

Luis Abinader ha demostrado ser un presidente que prioriza la estabilidad económica y la transparencia. Su gestión destaca en comparación con líderes regionales por un enfoque más moderado y pragmático, evitando polarizaciones extremas. Sin embargo, su desempeño en áreas sociales clave, como educación, seguridad y la evasión fiscal limita su impacto general.

En términos generales, Abinader puede ser considerado un presidente competente que ha manejado bien las crisis de salud , económicas y políticas inmediatas. No obstante, para consolidar su legado, deberá abordar de manera más efectiva los problemas estructurales que frenan el desarrollo a largo plazo de la República Dominicana .

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