Propuesta nacional para el desarrollo de la minería dominicana

 La minería es una actividad necesaria para el funcionamiento del mundo como lo conocemos. Actividades cotidianas como utilizar un teléfono móvil, encender un bombillo o un automóvil serían imposibles sin los metales indispensables para su producción. Con la tendencia mundial girando hacia la implementación de tecnologías limpias como parte de la transición energética, se estima que la demanda de los minerales de uso intensivo para dicha transición, tales como el hierro, cobre, zinc, litio y tierras raras se triplicará para el año 2030.

Para aumentar nuestros ingresos, requerimos un plan país que nos permita consensuar un modelo de desarrollo minero a largo plazo, ejecutando una reingeniería del sector productivo previo a una reforma integral. Deberá además contemplarse la transformación parcial de los metales extraídos localmente en productos que aporten a la cadena de valor, sirviendo de suministro al sector eléctrico y tecnológico.

Con la finalidad de aprender y replicar las prácticas líderes mineras, podemos tomar como benchmark el caso chileno y sus políticas mineras, su integración transversal del sector en términos de empleos de calidad, ingresos, producción y exportaciones.

De nada sirve crear nuevas instituciones, o pretender que la aprobación aislada de nuevos proyectos resuelve el problema, cuando no contamos con lineamientos estratégicos que sean el norte de las reformas. Quien no sabe el destino al cual desea llegar, poco importa el camino que tome.

Nuestra propuesta es la creación de una política minera sustentable que se constituya en el marco referencial, estableciendo una hoja de ruta al 2050 abordando los retos de la minería nacional, definiendo su estrategia, objetivos, visión y metas, garantizando así un nuevo modelo minero competitivo nacional e internacionalmente.

Es vital que resulte inclusiva, moderna e integral, considerando el ciclo de vida completo de los metales, oportunidades de reciclaje, transformación y exploración de la economía circular de los desechos mineros.

Siendo la licencia social para operar un aspecto neurálgico de la minería, para lograr una participación plena y constructiva de las comunidades sugerimos su inclusión mediante esta política como actor clave dentro del ciclo de vida de los proyectos.

La creación de acuerdos e incentivo para el desarrollo de proyectos de descarbonización para una minería verde resultan de interés. Explorar las sinergias entre minería y sector eléctrico para la transición energética, eliminando la dependencia absoluta de combustibles fósiles en la industria nos ayudaría a abordar la demanda energética, a la vez que presentamos avances tangibles en nuestro compromiso con el Acuerdo de París, bajando nuestras emisiones mediante la descarbonización de nuestros procesos.

La política deberá ser consultada públicamente y consensuada desde el punto de vista gubernamental, empresarial y comunitario, con foco en la institucionalidad, políticas de fomento, desarrollo del sector, relaciones laborales, salud y seguridad del trabajador, perspectiva de inclusión de género, educación STEM, desarrollo de personal local calificado, innovación, transparencia, cadena de valor, aspectos técnicos, comunitarios y evaluación ambiental.

Es nuestra opinión que sólo con un acuerdo de esta magnitud podremos, mediante una reforma significativa abordar las iniciativas que darán forma a la nueva minería dominicana.

Quizás entonces obtengamos como industria la codiciada y elusiva licencia social, cuando los dominicanos concluyamos que no seguimos fiel a la usanza taína de cambiar oro por espejos o en todo caso, por vanas promesas y espejismos de desarrollo.

El contenido de este artículo representa íntegramente la visión personal de la autora.

La autora es ingeniera civil, especialista en gerencia y desarrollo de proyectos, ingeniería geotécnica, gobernanza e ingeniería de relaves. Cuenta con 15 años de experiencia en la industria minera nacional e internacional.

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