TURISMO INTERNO 

Vendedores de Boca Chica y Juan Dolio con el grito al cielo ante baja concurrencia en playas

Varios comerciantes dijeron que se han cerrado dos hoteles en el área para su intervención debido a la baja cantidad de visitantes. 

Panorama de la playa de Juan Dolio, en San Pedro de Macorís, el sábado 26 de octubre, donde comerciantes se quejan de poca incidencia de visitantes.

Panorama de la playa de Juan Dolio, en San Pedro de Macorís, el sábado 26 de octubre, donde comerciantes se quejan de poca incidencia de visitantes.Raul Asencio

Ya el poco tráfico en el peaje de Las Américas lo avisaba. Al parquearse en Boca Chica y el panorama es de poca concurrencia. Los pescadores acaban sus jornadas y los meseros preparan el entorno para recibir a los bañistas, aunque con el grito al cielo porque es octubre y las ventas están en el piso.

Varios comerciantes dijeron que se han cerrado dos hoteles en el área para su intervención y esto incide en el bajo número de turistas, mientras que la playa de Boca Chica  ha sido convertida en un complejo de apartamentos de renta corta. Estos pidieron la intervención de las autoridades para adecuar la zona y hacer de esta más vistosa.

"Ya Boca Chica no es lo que era antes, la gente se está yendo para Juan Dolio u otro lado, porque hay mala fama en esta playa. Nosotros los dueños de negocios tenemos pérdidas, compramos 70 quintales de pescados y se nos queda ahí, tenemos que botarlo", dijo el vendedor, José Rosario "El Brujo".

Rosario le echó la culpa a comerciantes que por sus precios abusivos alejan la clientela, ya sea por medio de la venta de mariscos o el alquiler de las mesas.

En tanto que otros realizan reclamo a la Dirección de Migración,  pues un alto porcentaje de haitianos ocupan los puestos de trabajo en situación irregular; lo cual otros defienden porque dicen que estos son depurados por asociaciones sindicales,  además de dedicarse a cuestiones que el dominicano delega como es vender coco y caña o ser masajistas debajo del sol.

Sin embargo, uno de los vendedores comentó que no tiene documentos, pero sí un uniforme de trabajador de playa que le pone fuera del ojo de las autoridades cuando está en la playa, según señaló.  

A raíz de la reducida cantidad de visitantes, estos comentaron que se debe a la sobrevaloración de los productos y servicios. Por ejemplo,  que al solicitar una mesa se les exige un mínimo de consumo de tres mil pesos y, en otro de los casos, que por estas debían pagar mil pesos solo para tener dónde ubicarse. De ahí que muchos elijan llevar sus propias sillas y comida.

Eso sí, el calor de estos días invita a cualquiera a darse un chapuzón. Los vendedores aclaran las ventas podrían mejorar a medida que se acerque la Navidad, una vez lleguen los "viajeros" y los locales reciban el doble sueldo.

comerciantes de juan dolio se quejan de ventas 

Es mediodía de un sábado caluroso en Juan Dolio, todo se torna en un ambiente familiar de bañistas que le huyen al calor.

Los comerciantes dicen que es temporada baja, denuncian los pocos turistas y la expectativa de que todo mejore en diciembre.

Es normal ver grupos que traen su comida y bebida a la playa, por lo que el único gasto en el área es de mesas y sillas.

Contrario a los exorbitantes precios de Boca Chica, aquí se pueden "cobijar" con el monto de 700 pesos y hacer todo un pasadía.

Es una playa que todavía conserva su entrada a todo público, porque es un destino de elección para los locales. Y los sonidos de bachata nos acercan a eso.

Para quienes gusten de lugares familiares y poca aglomeración, esta playa de San Pedro de Macorís es la ubicación ideal para un fin de semana.