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TESTIGO DEL TIEMPO

Abinader y las reformas

os bancos no tienen dinero, son “intermediarios financieros” entre quienes necesitamos, y los súper ricos a quienes les sobra. Cuando la banca internacional le presta a los países pobres usa dinero de los multibillonarios mundiales, como Bill Gates, George Soros y Luis Abinader, entre muchos otros.

Los gobiernos toman dinero prestado a nombre de sus pueblos, que muchas veces ignoran totalmente en qué se gastó la plata, no importa, están obligados a pagarla. Para asegurar la plata de los súper ricos, existe el Fondo Mafioso, perdón, quise decir Monetario Internacional (FMI).

Ninguna nación ha resuelto sus problemas financieros siguiendo las recetas del FMI; no importa, están obligados a seguirlas. El presidente Abinader impondrá una “reforma fiscal” para pagar los intereses de la deuda que su gobierno contrajo, no sabemos en qué los gastó, pero debemos pagarla. Abinader sigue endeudándonos, ignoramos en qué gasta esos fondos, pero todos debemos pagar más impuestos para cubrir el servicio de la deuda contraída con los súper ricos. La deuda es un mecanismo de control, mayor endeudamiento significa que más nos controlan los súper ricos, los gobernantes más irresponsables endeudándonos, nos entregan al capital internacional.

Cuando los pueblos se niegan a pagar los impuestos que demanda el gobierno para pagar la deuda que nadie sabe en qué se gastó, vienen las protestas. Salvador Jorge Blanco, padre político putativo de Abinader, ordenó disparar contra una protesta en abril del 1984. Todavía nadie sabe, a ciencia cierta, cuantas personas murieron.

En 1989, hubo otra matanza en Venezuela cuando el pueblo protestó una “reforma fiscal”. Abinader impondrá la suya, como Jorge Blanco, pero espera resultados diferentes. Endeudar a los pobres, para esclavizarlos en la pobreza mientras enriquecen más a los súper ricos es legal, pero absolutamente inmoral, rotundamente despreciable y profundamente inhumano.

Jorge Blanco quizá actuó por ignorancia, Abinader no, como especialista en “ingeniería financiera”, sabe exactamente lo que hizo, tenía un claro objetivo, actuó deliberada, premeditada, y calculadamente.

Al final pagaremos los impuestos, pero Abinader pagará un alto precio político.