El calor extremo daña más rápido los vegetales y frutas
Un vendedor reveló que para finales de junio tuvo que desechar 60 cajas con un aproximado de 13,000 guineos, porque se habían dañado por el calor. Perdió unos 30,000 pesos dominicanos, con los que desechó.
No había iniciado bien el verano, y ya el calor de República Dominicana y la temperatura llegó a pronosticarse en junio hasta a 35 grados celsius. Pero así como a las personas se les sugiere tomar mucha agua, y usar ropa fresca en épocas calurosas, hay un aspecto que en ocasiones no es tomado en cuenta. Este calor también afecta alimentos como frutas y vegetales que están usualmente expuestos al sol.
Tanto en el Mercado Nuevo de la Duarte, en el Distrito Nacional, como en sus alrededores hay aspectos que les caracterizan: el gran cúmulo de basura o mini vertederos improvisados donde tiran los desechos que ya no les sirven; el hedor a basura y a alimentos podridos, y la gran cantidad de vendedores de aquellas frutas y vegetales que se cosechan o plantan en tierra dominicana, estando en algunas ocasiones bajo el sol candente y sin ninguna cobertura, provoca que se echen a perder más rápido y afecten el bolsillo de los vendedores.
Ramón María Jiménez tiene quince años vendiendo guineos fuera del mercado de la Duarte. A diario compra decenas de cajas que vienen directamente de la provincia Valverde, Mao, en el noroeste de República Dominicana. Comienza a abrir el negocio a las 3:00 de la mañana, pero pese a esto, el calor intenso acaba arruinándolos.
Cuando están en mejores condiciones, los vende a cinco pesos la unidad, pero al día siguiente ya estarían a unos tres pesos cada uno.
Cada semana tiene pérdidas de fruta y también económicas. Para finales de junio, tuvo que desechar 60 cajas con un aproximado entre 12,000 y 13,200 guineos, porque se habían dañado por el calor. Perdió unos 30,000 pesos dominicanos, con los que desechó.
En su caso, cubría bajo un pedazo de cartón algunas cajas que contenían la fruta, pero lo usual es que las guarde en un garaje, que también es de por sí muy caliente.
Pasa igual con Siliana Castillo, quien desde las 4:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, abre su puesto fuera del mercado. En su caso solo vende ajíes y tomates. Sus compradores han disminuido porque es común que se dañen rápido por el calor. A diferencia de Ramón, Siliana los tiene expuestos en el sol, sin nada que los cubra.
Explicó que a veces estos vegetales vienen dañados desde el campo, y que eso hace que el calor los desvanezca más rápido. Ella vende una ‘pilita’, o un poco de estos vegetales a un precio mínimo de 30 pesos.
Halen Cedeño tiene 27 años trabajando en el mercado de la Duarte. Era un negocio de su padre, a quien acompañaba desde adolescente.
Cedeño aseguró que ahora el calor es peor que nunca y, aunque está en un área techada del mercado, las elevadas temperaturas siguen afectando los productos que comercializa. Estos van desde lechugas, perejil, coliflor y fresas, esta última fruta siendo una de las más afectadas, porque en un principio están expuestas al frío de las montañas de Constanza, en La Vega, y luego pasan al calor de la capital.
Con relación a la lechuga, tiene que comprar mil libras diarias, porque se dañan ante tanto calor. Nelson Ortega, quien es vendedor de mangos en el mercado, es otro de los afectados. Todos los días compra entre 15 y 20 cajas de esta fruta.
Expresó que se dañan más rápido por el calor actual, por lo que opta por colocarlos bajo una lona para mantenerlos frescos por más tiempo.
Por otro lado, Rafael Polanco, otro de los vendedores, no recomienda almacenar estos productos en un cuarto frío o en hielo, porque luego cuando se saquen, se dañarán más rápido.
¿Cómo puede afectar la salud?
De acuerdo con la nutrióloga María Matos Terrero, las altas temperaturas pueden acelerar el proceso de maduración de frutas y verduras, lo que puede reducir su vida útil, causando la evaporación de agua de estos alimentos, llevándolos a deshidratarse y perder su frescura y textura.
Por lo que, según explicó, la exposición prolongada al sol de estos alimentos puede causar la pérdida de ciertos nutrientes, como las vitaminas C y A, que son sensibles a las altas temperaturas.
Esto hace que crezcan las bacterias y hongos, lo que puede resultar en la pérdida de los productos, alterando el sabor y la textura de las frutas y verduras, haciéndolas menos atractivas para el consumo.
Para minimizar estos efectos es importante almacenar frutas y verduras en lugares frescos y refrigerarlos adecuadamente, cuando sea necesario.
Jorge Tallaj, coordinador académico de la Escuela de Ciencias Naturales y Exactas de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), agregó que cada hortaliza o fruta será afectada de manera diferente.
El calor extremo acelera la respiración de los tejidos, y otros procesos metabólicos como la maduración, lo que puede resultar en una vida útil más corta para estos alimentos.
Esta historia fue publicada con el apoyo de la Beca de Periodismo de Justicia Climática del Caribe, de Climate Tracker y Open Society Foundations.