La República

Rafael Céspedes, “el dominicanito” que transformó a Hugo Chávez y lo hizo presidente de Venezuela

El apodado “dominicanito”, como le conocieron en Venezuela por varios años, continuó diciendo que el hecho de Chávez confiará en él para “cualquier movimiento o decisión” ayudó a que las cosas salieran bien al final

Céspedes fue el cerebro detrás en convertir a Chávez de un "militar golpista" a una "figura presidencial"Jorge Martínez / LD

En abril de 1999, Hugo Chávez asumía la presidencia de Venezuela, donde se mantendría hasta su deceso en 2013, tras ganar las elecciones en diciembre de 1998 al obtener un 56.20% de los votos.

Detrás del éxito de esa primera victoria electoral del “comandante Chávez” estuvo el asesor político Rafael Céspedes, que de acuerdo con sus declaraciones durante una entrevista con LISTÍN DIARIO, al momento en que asumió la campaña el líder venezolano se encontraba debajo en las encuestas por alrededor de “cuatro puntos”.

“Lo primero fue aprendermelo a él, número uno, y número dos aprenderme el país, qué es lo que el país tiene, qué es lo que necesita, qué es lo que está aspirando. Estaban aspirando a un cambio definitivamente, un cambio total, un cambio drástico”, expresó Céspedes.

Tras aprenderse el comportamiento y las aspiraciones del pueblo venezolano, Céspedes señaló que el siguiente paso de la estrategia debía ser un cambio de imagen en Hugo Chávez, buscando transformar al “militar golpista” de 1992 en una figura presidencial.

“Lo primero que hicimos fue cambiar la imagen de aquel coronel golpista, intentamos y creo que lo logramos, convertirlo en una figura presidencial y es a partir de esa figura presidencial, comenzar a vender lo que era un sentimiento nacional. Chávez vestía como coronel, de civil y lo primero que hicimos fue anular toda esa ropa de color verde, color caqui. Logramos, casi obligado porque fue un pleito, hacerle crecer mínimamente el pelo. Logramos que me aceptara un cambio en el cutis, porque tenía muchas manchas”, fue explicando Céspedes.

Continuó detallando que luego comenzó a trabajar en los gestos que hacía Chávez al momento que se le hacía una pregunta sobre un tema que “le incomodara” y buscar la manera de transformar la misma en “algo positivo”. Céspedes indicó que el entonces candidato presidencial hacía gestos con el rostro, que eran unos tics, que mostraban “su desagrado”, aun cuando la respuesta que daba a la pregunta fuera la correcta.

“Comenzamos a trabajar el lenguaje corporal que era muy brusco, hacía unos ademanes que asustaban y entonces comenzamos a sentarlo y a tirarle preguntas molestosas para ver cómo reaccionaba, él tenía un tic sobre todo y estaba molesto y entonces hicimos unos ejercicios para lo cual usamos el jefe de seguridad de cada brigada esperando para cuando él hiciera eso él se lo hiciera saber. Entonces cuando ya teníamos control de eso, dije "ok ahora vamos a convertir eso en una sonrisa", porque eso no es evitable, o sea, los tics cuando son psicológicos casi imposible evitarlo o controlarlo, pero tú lo que hace es que lo transformas y entonces completamos y se veía como una sonrisa”, indicó el asesor político.

Céspedes continuó explicando que por igual comenzaron a trabajar en que Chávez mostrará ante las cámaras que su mano dominante era la derecha y no la izquierda como lo era en realidad, ya que el “95% de las personas lo veía como una anomalía”. Con eso y con los gestos controlados, el equipo decide “lanzarlo a las calles” para comenzar a ganar terreno con relación a su rival.

El apodado “dominicanito”, como le conocieron en Venezuela por varios años, continuó diciendo que el hecho de que Chávez confiará en él para “cualquier movimiento o decisión” ayudó a que las cosas salieran bien al final.

“Lo que yo dijera, eso era y a Chávez, donde él iba le decían, mire vamos a toser y él les preguntaba tu hablaste con Céspedes; si Céspedes dice que no es que no y final, final... es que Chávez lo que quería era ganar, no tenía el deseo de hacer lo que él quería que pasa mucho en Latinoamérica a eso”, exclamó.

Céspedes indica que aunque “su trabajo profesional” trajo muchos frutos a la victoria electoral de Chávez fue la “deslumbrante” actuación en campaña de quien en las elecciones de 1998 recibiría más de 3.6 millones de votos en su favor.

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