SIN PAÑOS TIBIOS
Hacia un Hub Logístico mundial
Ayer, con la presencia del presidente Luis Abinader, se dio inicio a la cumbre “Dominican Republic Logistics Summit”, un evento organizado por la Dirección General de Aduanas, la Asociación de Navieros de República Dominicana y el Comité Nacional de Facilitación del Comercio, en el que participaron instancias reguladoras y supervisoras del comercio y actores vinculados a la cadena de trasportación, almacenamiento y distribución de mercancías y cargas, a nivel nacional e internacional; así como potenciales inversionistas que –al igual que el gobierno–, visualizan a República Dominicana como un gran Hub Logístico mundial que pueda satisfacer los más altos estándares de operación, gestión y regulación, y que pueda aprovechar sus ventajas competitivas, que son muchas.
En efecto, no es sólo la cercanía de nuestras costas a las de Estados Unidos –el mayor mercado de bienes y servicios del planeta (nearshoring)–,sino también nuestras ventajas estructurales (puertos multimodales, aeropuertos, carreteras, telecomunicaciones, infraestructura física y energética de base, etc.); sociales, en razón de que el clima de estabilidad política garantiza seguridad jurídica a los negocios y favorece la generación de riquezas y empleos; institucionales y operacionales, porque el país cuenta con un marco normativo (Ley de Aduanas No. 168-21 y su Reglamento No. 755-22) ajustado a los más altos estándares de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Organización Mundial de Aduanas (OMA); y –lo más importante–, la voluntad política de concretar esta visión de futuro en el menor tiempo, y de la mejor manera posible.
Desde inicios de su gestión, el director de aduanas, Eduardo Sanz Lovatón, ha sido enfático y diligente en torno a la necesidad de crear las condiciones estructurales, técnicas y jurídicas que faciliten la concreción de este nuevo paradigma; porque, en efecto, convertir a República Dominicana en un Hub Logístico mundial va más allá de crear condiciones para nuevas oportunidades de negocio, y obedece a una concepción más profunda del desarrollo, esa que apuesta a nuestro potencial físico, institucional, social, y a nuestro capital humano, para dotar al país de un nuevo motor económico para las próximas décadas.
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