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La salud mental de jóvenes: Historias que cada año se quedan en cifras

Según los datos registrados por la Oficina Nacional de Estadística, en República Dominicana en 2020 se registraron 597 suicidios y el año siguiente la cifra fue de 670.

EN RIESGO. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dedica el Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora el 10 de octubre, a niños, adolescentes y adultos jóvenes, preocupada porque los tratornos mentales comienzan en la mayoría de las personas antes de los 14 años. El suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes con edades entre 15 y 29 años, mayormente por depresión.

Salud mental en los jóvenes un tema que amerita atención .lD.

Su temor a buscar ayuda, pese a sentirse peor cada día, contribuyó a que perdiera la batalla contra un enemigo que ataca cada año a miles de adolescentes en el mundo. El joven de 21 años se sintió al mismo tiempo incapaz de sacar las fuerzas que les sugería a otras personas que tuvieran para lidiar con los estresores de la vida.

Como él, cada año cerca de 703,000 personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo, según la Organización Mundial de la Salud, colocando con esto al suicidio como la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas.

Con estas alarmantes cifras se esperaría que las acciones para enfrentar los temas de salud mental tuviesen un papel protagónico para buscar una solución definitiva a la problemática.

Sin embargo, las historias de los que pierden la batalla continúan siendo números en una burbuja que pronto podría explotar.

Las historias siguen siendo cifras que poco mueven a la reflexión, pese a que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante el 2012 se quitaron la vida cerca de 800 mil personas en el mundo, colocando la tasa de suicidio en 11.4 por cada 100 mil habitantes. En el caso de América Latina y el Caribe fallecieron por esa causa alrededor de 65,000 en ese año.

Según los datos registrados por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y  publicados en el Anuario de muertes y accidentes y violentas del 2022, en República Dominicana en el 2020 se registraron 597 suicidios y el año siguiente la cifra fue de 670, mientras que durante el año 2022, 609 personas habían perdido la batalla contra la salud mental.

Estadística de suicidio publicada en el Anuario de muertes accidentales y violentas del 2022

Estadística de suicidio publicada en el Anuario de muertes accidentales y violentas del 2022Fuente externa

Aunado a esto, el centro de asistencia telefónica “Cuida tu Salud”, del Ministerio de Salud Pública, cerró el año 2023 con 7,455 llamadas, en su mayoría de jóvenes de entre 21 y 29 años. 

Según los datos suministrados por el centro, el 64% de las llamadas estaban vinculadas a la depresión, el 50% a la ansiedad e ideas suicidas con un 11%.

Las historias de jóvenes que cada año se convierten en cifras han sido de preocupación, incluso para los especialistas en temas de salud mental.

En ese sentido, la psicóloga Dorka Jáquez manifestó que en la actualidad la juventud enfrenta grandes desafíos, ya que según la profesional muchos de estos están encerrados en su habitación recibiendo un constante bombardeo de información que no pueden manejar emocionalmente.

“Realmente la juventud hoy en día tiene grandes desafíos, porque en lugar de sentarse a conversar con sus padres están encerrados en una habitación, con un celular en las manos, con todo tipo de información y que muchas veces no la manejan emocionalmente porque no tienen en sus manos las herramientas que necesitan para hacerlo… hay mucho bombardeo”, explicó Jáquez.

De acuerdo con la especialista, entre los 15 a 22 años los jóvenes son más vulnerables de padecer de alguna condición de salud mental. 

“Es la mayoría de pacientes que veo con situaciones más críticas”, señaló.

Buscar ayuda al parecer se ha tornado cada vez más difícil, pues el joven aparte de que no comprende qué le está pasando, tiene que lidiar con los cuestionamientos de quienes deberían ser su principal fuente de apoyo: la familia. El miedo los invade, la sociedad lo minimiza y ellos deciden callar.

Jáquez, quien ejerce como psicóloga desde el 2010 y trabaja en el hospital municipal Los Alcarrizos Uno y en el centro médico Santos Aquino, situado también en ese municipio, entiende que se necesitan programas en que se pueda integrar a la familia, de manera que los padres puedan sentarse con sus hijos, escucharlos y validar sus emociones, generando con esto que los jóvenes tengan la confianza de expresarse.

Las situaciones que más llevan a pedir apoyo en el Centro de Contacto Cuida tu Salud Mental, de Salud Pública, son, tristeza, angustia, ansiedad, insomnio, falta de apetito, enojo, palpitaciones, preocupación constante, ideación suicida y sentimiento de soledad.

Las situaciones que más llevan a pedir apoyo en el Centro de Contacto Cuida tu Salud Mental, de Salud Pública, son, tristeza, angustia, ansiedad, insomnio, falta de apetito, enojo, palpitaciones, preocupación constante, ideación suicida y sentimiento de soledad.LISTIN DIARIO

“Realmente es muy difícil, porque si el joven no tiene el apoyo necesario para el abordaje de lo que él está sintiendo y sentirse validado, va a ser muy muy difícil. Por ejemplo un padre que no tiene la formación adecuada o que tiene su hijo abandonado en una habitación y éste le dice me siento deprimido o no quiero comer, no puedo dormir, el padre va a empezar a criticarlo y cuestionarlo, pero no va a preguntar ¿Qué es lo que está pasando? El joven se bloquea porque es estigmatizado cuando presenta un cuadro”, indicó la psicóloga al ser consultada.

Decidida a no ser una cifra

Para tener una mirada cercana con quienes enfrentan esta dura batalla, una joven que desde hace más de dos años lidia con la depresión y la ansiedad accedió a contar su historia, pero atendiendo a las recomendaciones de los expertos mantenemos su identidad en el anonimato.

“Hablar de salud mental es difícil, yo realmente lo hago porque mi amiga habló conmigo y yo siempre estoy dispuesta a ayudar a quien lo necesite, dentro de mis posibilidades”, así empezó el relato de la joven que, a sus 21 años, ha sufrido alrededor de tres crisis debido a los estragos de la depresión y la ansiedad.

Imagen ilustrativa.

Imagen ilustrativa.Pexels

La chica cuenta que al principio pensaba que era algo normal y que ella podía superar esta etapa sin ayuda, pero narra que lidiar durante meses con pensamientos nocivos en su cabeza fue bastante duro y pronto un suceso le haría reevaluar su situación.

“Terminé una relación de muchos años, tenía con esa persona desde los 16 hasta los 20, o sea cuatro años y cuando termina todos esos cambios me caen fuerte”, expresó la joven al relatar el acontecimiento que le hizo ver que definitivamente no mejoraría sin apoyo profesional.

No obstante, el miedo de involucrar a sus padres en el proceso la hizo dudar y no fue hasta que presentó una crisis que decidió sentarse a conversar con ellos sobre lo que le estaba pasando.

“Fue bastante porque ellos no entendían que existen muchos tabúes, también existe mucha desinformación al respecto, entonces yo necesite llegar a un punto donde yo estaba ya grave para yo poder contarle a ellos”, sostuvo la joven.

Aturdida y confundida, pero con una contundente frase “si no es ahora cuando” decide acudir al Hospital Docente Dr. Francisco E. Moscoso Puello en busca de ayuda y de poder recuperar su estabilidad emocional. 

Allí descubrió que su padecimiento tenía nombre y apellido.

“Mi mamá empezó a acompañarme al psicólogo y mi papá no es que lo entiende del todo, pero al menos lo sabe”, indica la dueña del relato.

Durante dos meses la protagonista de esta historia acudió todos los días desde El Palmar de Herrera hasta el Moscoso Puello, pero otro dilema se le presentaba: costear las pastillas que requería para su tratamiento.

Los medicamentos de salud mental son muy costosos y lamentablemente los seguros médicos no ofrecen cobertura. Es una triste realidad que tiene este país, por lo menos una caja de los medicamentos que yo ingería que son antidepresivos que traen 30 pastillas me costaba de dos mil y pico de pesos a cuatro mil pesos más o menos y eso solo me daba para un mes”, dice visiblemente indignada.

Afortunadamente logró canalizar sus medicamentos a través de la fundación Ángeles de la Guarda y en noviembre del año pasado se reintegró a su rutina normal, aunque todavía tiene que acudir cada tres meses al psicólogo. 

Señala que a pesar de lo mucho que le costó, está decidida a priorizar su salud mental, alejándose de todo aquello que le resulte tóxico.

Fundación Ángeles de la Guarda

Fundación Ángeles de la GuardaFuente externa

Hay tanto estigma con respecto a la salud mental que la gente tiene miedo de hablar, lo que ha hecho que yo pierda el miedo es yo entender que el control de mi vida lo tengo yo, que yo puedo hablar con los demás de lo que me pasa y que si una persona decide juzgarme y decirme no porque eso es creado por la mente o que eso no existe yo tomarlo que es desde la ignorancia”, concluyó la joven que continúa en la batalla contra una realidad latente en la vida de muchos jóvenes del país: la salud mental.

Actualmente la joven estudia psicología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y afirmó que se encuentra estable y que si bien hay cosas que todavía le cuesta asimilar, como los días en los que se siente muy decaída, deprimida y sin deseos de hacer nada, la diferencia entre el antes y el ahora es que hoy hace lo posible y se esfuerza por enfrentar la situación.

Una deuda pendiente con la sociedad

Para la decana de la Facultad de Humanidades y Educación de La Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), la psicóloga Ivonne Guzmán, el tema tampoco pasa desapercibido y si bien explica que la salud mental no tiene una exclusividad para un ciclo vital, señala la adolescencia como una de las etapas más retadoras que tiene el desarrollo del individuo en el ciclo vital.

Asimismo, la educadora sostiene que durante esta etapa los jóvenes van pasando por una serie de cambios físicos, emocionales y sociales; a esto se le suman las exigencias y demandas que pudieran tener los padres en base a las expectativas que tienen de sus hijos.

“En todas las etapas se puede vivir una enfermedad mental, llama mucho la atención en los jóvenes de 14 a 25 años porque es una de las etapas más retadoras que tienen por esa misma vulnerabilidad de los cambios orgánicos, sociales y cognitivos”, afirmó Guzmán.

La especialista indicó que esta etapa es un periodo crucial debido a que los jóvenes van construyendo hábitos sociales, de empoderamiento y de toma de decisiones, pero cuando se ven afectados por una situación crítica “esto va a generar una eventualidad de malestar mental” y puede entonces asociarse a una depresión, a una ansiedad, a un trastorno de conducta, a un trastorno de la conducta alimentaria, entre otras enfermedades psico-emocionales.

Las historias que se convierten en cifras también disparan las alarmas en la experta e indica que el tema de la salud mental merece más atención, agregando que es una deuda pendiente.

“Yo creo que el tema de la salud mental amerita más atención, nosotros los seres humanos necesitamos sentirnos protegidos, acogidos, sentirnos seguros con las necesidades del desarrollo cubiertas o por lo menos con la esperanza de cubrirse y es una deuda que tenemos pendiente”, aseveró la experta.

No obstante, la psicóloga expresó que la referida deuda no depende únicamente de las políticas públicas que se pudieran generar desde el Estado, sino que la sociedad debe empoderarse y las familias deben considerar la atención que requiere la salud mental.

“No lo podemos ver desde el marco de la culpa, más bien desde el marco de la solución y de la atención, vale más prevenir cualquier situación de salud mental que intervenir, de hecho el costo de la intervención es mucho más alto que el costo de la prevención y como sociedad debemos empoderarnos y hacer conciencia… hay una realidad y hay que poner atención a esa realidad”, aseveró la profesional.

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