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Vender cerdo en el asueto navideño, una tradición familiar que pasa de una generación a otra

Desde distintas provincias del país llegan juntos, padres con hijos, primos, sobrinos y vecinos cercanos que son socios, para ubicarse en el mismo espacio en el que sus clientes fijos anualmente saben que los van a encontra.

Cerdo asado en uno de los puestos de venta en el Gran Santo Domingo.

Cerdo asado en uno de los puestos de venta en el Gran Santo Domingo.Raúl Asencio

Que se venda cerdo asado en cada esquina durante el asueto de Navidad y Año Nuevo, especialmente en el Gran Santo Domingo, es una tradición tan dominicana como repetitiva, que además se ha dado el lujo de traspasarse de una generación de familia a otra.

Durante Nochebuena y Nochevieja, la capital se convierte en una congregación, y desde distintas provincias del país llegan padres con hijos, primos, sobrinos y vecinos cercanos, que se ubican en el mismo espacio en el que sus clientes anualmente saben que los van a encontrar. Un lugar que a la mayoría les fue heredado por sus padres.

“Tengo desde los ocho años, treinta en total, viniendo todos los años a vender cerdo 24 y 31. Empecé con mi mamá, ella falleció y ahora yo lo sigo”, afirmó Ingrid Montero, quien llegó desde La Vega y junto a su hijo de 15 años todos los años toma el mismo lugar en la avenida Anacaona, en la cercanía del Parque Mirador Sur.

Como Ingrid, hay muchos que recibieron como legado de sus padres asar puercos a la vista pública y venden decenas de libras de carne, con años mejores que otros.

Las ventas

Este año, las valoraciones de ventas de estos comerciantes fueron positivas.

“Trajimos diez cerdos y ya hemos vendido cuatro. La venta está buena, pero esperamos que en la tarde siga subiendo para no llevarnos nada para atrás”, contó Idaliza Ascencio, al ser abordada durante horas de la mañana de ayer, quien refirió que de no venderse, normalmente se daña la carne que queda.

Los mercaderes, sean del interior o de la misma capital, sacaron de siete y hasta diez marranos, y sobre las 10:00 a.m., de los entrevistados, el que menos había despachado había vendido 2 cerdos y medio.

“Si nos ponemos a comparar con años anteriores, este nos ha ido excelente, y eso que todavía es temprano. Pero ha habido años que todo lo que hemos traído toca llevárselo para atrás”, aseguró Miguel Cruz, quien a las 11:00 A.M. ya había vendido cuatro cerdos de 10.

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