Policia Nacional
Agente PN ultimado en La Cuaba deja una niña recién nacida y un niño de 5 años
William Encarnación murió a manos de unos presuntos delincuentes la noche del domingo 3
Una niña, de apenas cinco días de nacida y un niño de cinco años de edad quedaron en la orfandad tras la muerte a tiros del raso de la Policía Nacional William Encarnación, en un hecho ocurrido la noche del domingo, según contó el lunes su madre, Juana Irma Ramírez, de 45 años, a Listín Diario.
Encarnación se dirigía a su hogar a bordo de una motocicleta, ubicada en el sector Pedregal, La Cuaba, municipio Pedro Brand, hasta que fue sorprendido por los presuntos malhechores. De momento, esta es la versión que la familia ha manejado y que ha compartido a este diario.
Durante el incidente, que se tornó en un breve enfrentamiento, Encarnación, de 27 años, le disparó a uno de ellos, identificado como Juan José del Rosario, de 21 años, quien resultó muerto, de acuerdo con la Policía Nacional.
Irma Ramírez, durante el velatorio en su vivienda, localizada en la comunidad Los Aguacates, en La Cuaba, se enteró de la tragedia gracias a su hermana, quien recibió la noticia de una vecina, que transitaba por el lugar donde ocurrió el hecho.
“Mi hermana vino a buscarme (a la casa) y ahí me pude enterar, pero no sabía nada. Ella (hermana) vino como a las once de la noche”, dijo.
Sin ánimos de valerse por sí misma y con los ojos hinchados de tanto llorar, Irma Ramírez, sentada en una silla de plástico, expresó que su hijo será recordado como "un muchacho muy querido" por sus familiares y amigos.
"Nunca tuve una queja de él. Gracias le doy a Dios, porque lo mejor es saber criar a los hijos", ha contado, al tiempo de destacar los valores que tenía su hijo, fruto de la educación que pudo darle.
“(En la comunidad) era lo mejor: todo el mundo lo quería, porque no se metía con nadie. Nadie puede decir que él era travieso, que le hacía daño a cualquier persona, nada de eso”, siguió la madre, subrayando, además, que lo recordara como “el mejor hijo: ejemplar”.
Encarnación duró alrededor de seis meses en la Academia policial de San Cristóbal, donde se matriculó para la carrera de Magisterio, que no terminó, según declaró su madre.
Jennifer Capellán, esposa de Encarnación, se encontraba sedada desde las 11:00 de la mañana de ayer (lunes) tras enterarse de su fallecimiento, según ha contado otra tía a este diario.
“Era buen sobrino, buen hijo, buen hermano, buen padre, buen esposo, buen amigo, o sea, yo no tengo de dónde decir nada de ese muchacho, ni yo ni nadie. Era un muchacho sumamente ejemplar, social con todo el mundo en su trabajo. Le gustaba estudiar, le gustaba trabajar. No tengo nada malo que decir de él”, recordaba Leticia a su sobrino con profunda tristeza, mientras sostenía en su hombro un pañuelo con el que se limpiaba las lágrimas.
William será sepultado en el cementerio de Los Alcarrizos, en el sector La Piña.