SIN PAÑOS TIBIOS

Entre el cambio y la permanencia

Previo al inicio de la partida se acomoda el tablero y en él se ordenan todas las piezas; el rey al centro, a su lado la reina; desplegados al lado de ambos, alfiles, caballos y torres; todos precedidos por una primera línea de peones. El ajedrez es, más que un juego, un mandala del poder, una representación simbólica de su jerarquía, organización y funcionamiento.

Para febrero y mayo falta mucho, pero para que todos los partidos tengan organizadas sus propuestas electorales queda poco. Al margen de lo municipal o congresual -verdaderas expresiones del poder territorial, en donde se valida el caudillismo, pero se reafirman otros vínculos que trascienden lo partidario-, el presidencial es el nivel que importa. En un país donde el presupuesto nacional es el mayor partido y la nómina la ideología dominante, quien lo dirige se erige, más que en taumaturgo, en supremo hacedor de realidades.

Abinader salió de último, pero empezó a acomodar visiblemente su tablero de primero. “No se cambia de caballo mientras se está cruzando un río”, refrán de muchas culturas que en su momento lo hicieron propio Lincoln o Balaguer, cuando se dispusieron a cruzar el rio turbulento de la reelección presidencial; ahora Luis lo asume, aunque pudiera añadirle: “ni mucho menos de silla”.

En su primera actividad reeleccionista, aún sin decirlo formalmente el presidente dio a entender que su candidata a vicepresidente será -nuevamente- Raquel Peña. Quizás para el PLD o la FP definir esa boleta sea más crucial en tanto que, dependiendo de quién la ostente, podría aglutinar esfuerzos y sumar más votos y recursos, pero, en el caso del PRM, la prioridad no es que sume, sino más bien que no reste o divida.

En la lógica del universo de intereses grupales subordinados bajo la sigla del partido de gobierno, Raquel Peña sólo se debe a Luis Abinader, y esa neutralidad la salva, pues no amenaza con restarle a nadie de cara al 28; en la lógica del presidente, su vice constituye uno de los principales activos con que cuenta el gobierno en materia de transparencia, organización, gestión y ejecución de acciones y planes. Al no ser amenaza está a salvo del dardo de los partos interno, y la manera eficiente y transparente con que ha asumido todas sus funciones, suma afuera sin generar ruido dentro.

El poder es simbólico, estético y una imagen vale más que mil palabras… y una fotografía mucho más todavía. Al decir -sin decir- que la lleva de vice, obliga a todos a endosarla y a reforzar la unidad de equipo y el espíritu de cuerpo.

En este ajedrez singular en donde tres reyes se disputarán el juego, ya uno avanzó en su jugada.