SIN PAÑOS TIBIOS

¡Visitemos la Feria del Libro!

“Esto no es un libro. Quien lo toca está tocando a un hombre”, dijo Whitman en el prefacio de Hojas de Hierba; y es que el deseo de trascender a través de las palabras ha sido un signo de civilización desde Gilgamesh -en los albores de Sumer-, hasta los 2.2 millones de libros que se editan anualmente.

La internet hizo que, a principios del milenio, algunos a sentenciaran que estábamos “viviendo en el ocaso de la civilización del papel”, y con espanto reaccionaron los medios vinculados a la industria editorial, y todos entonces nos hicimos la misma pregunta: ¿sustituirá el libro digital al físico? La pregunta sobre el futuro soporte se mantiene todavía vigente, aunque la misma ya se había formulado antes a lo largo de milenios; que si tablillas de barro o piedras; papiros o lino; pergamino o papel; físico o digital.

Olvidemos el soporte y centrémonos en el protagonista del momento -el libro-, o más bien en el evento que lo celebra y nos congrega, la XXV Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2023 (FILSD), dedicada a la escritora Jeannette Miller, con Israel como país invitado; un evento de diez días que finaliza este domingo, e incluye actividades culturales, charlas, conferencias, presentaciones de libros - entre otras -, y que se constituye a nivel nacional en el evento cultural más importante.

Más allá del inevitable matiz político subyacente, año tras año todas las ferias han sido objeto de críticas ¡y lo extraño sería que no fuera así!, ya que un libro nos convida no sólo a leerlo, sino a reflexionar, haciendo que surja la crítica como hija natural de la dialéctica, y, a través de ella contribuimos a mejorar un evento que nos duele a todos, porque es de todos.

De esta FILSD hay que resaltar de manera notable su nivel de conceptualización, diseño, organización y puesta en escena. Esta feria ha puesto al libro y a los lectores como sujeto y objeto de la misma, y en ella se destacan sus pabellones, stands, programa de actividades culturales y la resignificación de los museos de la plaza como centros de proyección cultural, sin desmedro de la seguridad, el respeto al medio ambiente y un largo etc.

Con esta edición de la FILSD el Ministerio de Cultura eleva la apuesta de convertir a Santo Domingo en un referente regional de la cultura. Toca pues saludar y felicitar el trabajo realizado, tanto por la ministra como por el equipo que la ha acompañado en hacer de esta feria un evento hermoso y bien organizado, que hay que celebrar y que vale la pena visitar y disfrutar, porque “Para todo hay un libro”.