Embajador Josué Fiallo se despide de su misión en la OEA
Aunque mi rol aquí culmina, mi corazón y mi compromiso con las Américas permanecen inquebrantables
Josué Antinoé Fiallo
El embajador Josué Fiallo se despidió el miércoles como representante permanente de República Dominicana ante la Organización de Estados Americanos, durante su intervención en la sesión ordinaria del Consejo Permanente realizada el Washington.
Fiallo dio un emotivo discurso en el que agradeció la acogida recibida por los representantes de ese organismo, también a su familia y a su país.
"Inicio mis palabras agradeciendo al presidente Luis Abinader y a nuestro canciller, don Roberto Álvarez, por la confianza depositada en mí para estar al frente de la misión permanente de nuestro país durante estos cuatro años", dijo.
El texto está dirigido a la presidenta del Consejo Permanente, Embajadora Audrey Marks, representante Permanente de Jamaica; a los representantes Permanentes e Interinos de los Estados Miembros; Secretario General, Luis Almagro y al secretario General Adjunto, Néstor Méndez.
“Cada uno de ustedes ha dejado una huella en nuestro corazón y en nuestras mentes. Gissel y yo estamos profundamente agradecidos de sus distinciones para con nosotros, por dejarnos formar parte de sus vidas y de compartir tantos momentos agradables e inolvidables. Hemos construido un lazo indisoluble que nos unirá siempre”, expresó.
Instó a sus colegas a mantener encendida la antorcha de la unidad y la solidaridad.
“Mientras cierro este capítulo representando a mi nación, no parto con las manos vacías. Voy enriquecido con recuerdos inolvidables, sabiduría adquirida y una renovada confianza en el prometedor destino de las Américas. Les insto a todos ustedes a continuar esta noble tarea, a mantener encendida la antorcha de la unidad, cooperación y solidaridad”, manifestó Fiallo quien ocupa la posición desde el 2019.
Agrega que aunque se aleja, su compromiso con el multilateralismo y con la grandeza de la región de las Américas persistirá.
“Con profunda gratitud y un sentido de responsabilidad inquebrantable, sigo adelante, sabiendo que represento no solo a un país, sino a una familia, a una comunidad, a una identidad que resuena en mi corazón y en mi alma.
Al salir por esta puerta, lo hago con la certeza de que he sembrado semillas de cambio, de progreso y de entendimiento. Aunque mi rol aquí culmina, mi corazón y mi compromiso con las Américas permanecen inquebrantables. Que los vientos de unidad y cooperación siempre soplen a favor de nuestras naciones”, expresó el diplomático.