bomberos
Los rostros de las heroínas del siniestro en San Cristóbal
Todas son madres, hijas o esposas que cargan con la carga de equilibrar su profesión, elegida por vocación, junto a otras profesiones
Bajo el ardiente sol del mediodía, o bajo una fría llovizna, entre los escombros, y las cenizas, así trabaja de forma incansable la brigada femenina del cuerpo de bomberos de San Cristóbal. Desde el día uno de la fatídica explosión ocurrida en el municipio cabecera de dicha provincia, se han mantenido en pie de lucha y de cara ante el peligro.
Con sus pesados trajes amarillos y sus cascos, más grandes que sus cuerpos, las bomberas controlaron el fuego, junto a sus homólogos de esa provincia y otras. Se mantuvieron en “la zona cero”, en la búsqueda constante de la recuperación de cuerpos.
Pero además del peso de sus trajes de bomberas, tarea que hacen en su mayoría como voluntarias, todas son madres, hijas o esposas que cargan con la carga de equilibrar su profesión, elegida por vocación, junto a otras profesiones.
Pues entre este grupo de mujeres hay contadoras, enfermeras, chefs o arquitectas, demostrando que las mujeres pueden “ser lo que quien ser” y más.
La segundo teniente, Jennifer Cubilete, narró las funciones de este grupo de féminas, quienes revestidas de valentía acudieron al llamado de auxilio de un escenario de terror, consumido por las llamas y el espeso humo que emitía el epicentro de la explosión.
“Somos un grupo de mujeres que hacemos lo mismo que hace un hombre”, indicó Cubilete, al tiempo de agregar que están capacitadas en cuerdas, rescate, búsqueda y “todo lo que tiene que ver con bomberos”.
Estas mujeres describen este trabajo como “una vocación de servicio”, pues dejan en claro que una remuneración económica, no es la razón por lo que trabajan, pues, en su mayoría, lo hacen de forma voluntaria.
Con rostros cansados, las mujeres han trabajado de forma ininterrumpida, además de pequeños descansos, durante los cuatro días en el lugar, cuando recibieron la voz de alerta y solicitaron la activación de protocolos para dirigirse al lugar de la explosión, que ha dejado una cifra de 27 fallecidos e incontables daños materiales en la azcona comercial del centro del municipio.
“Se descansa un poco, pero se vuelve a la faena otra vez”, expresó Cubilete con una sonrisa.
El equipo está formado por unas 14 mujeres sancristobalenses, quienes entrenan para reforzar sus habilidades, todos los fines de semana.
“Llegó el tiempo para que reconozcan a los bomberos, que reconozcan a las mujeres bomberas, lo mismo que hace un hombre, hace una mujer bombera” sostuvo la teniente.
Sin embargo, las féminas coinciden en que esta tragedia, ha dejado una huella imborrable en su carrera como bomberas, pues entre los demás incendios que les ha tocado vivir, afirman que este ha sido el más devastador de presenciar y de contar.
“También estamos muy conmovidas por lo que está pasando. Tenemos el mismo dolor de los familiares, de los fallecidos, de las pérdidas materiales, tanto como las humanas. Nosotras casi no podemos dormir”, afirmó Teresa Lachapelle, quien lleva siete años ejerciendo esta noble labor.
Salarios justos
Aunque la mayoría de las mujeres del cuerpo de bomberos de San Cristóbal trabajan por pasión a lo que hacen, solicitan a las autoridades un trato más justo, no solo con ellas, sino también a todo el personal de emergencias.
Cubilete, aunque labora como voluntaria, indicó que las que trabajan como bomberas permanentes cobran un salario de 10 mil pesos.
“Lo que yo quisiera es que se sacara un seguro para el voluntario, que los bomberos tengan un seguro. Los bomberos no tienen un seguro bueno de salud, y un seguro de vida, para que si pasa algo, sus hijos por lo menos tengan algo”, indicó Cubilete.
Las féminas solicitan una aplicación de términos de trabajo más justos, para el personal que, en momentos de calamidad, acuden a las zonas de peligro, arriesgando sus vidas, por las de los demás.