Cine y género
“Plantadas”, un retrato de rebeldía de la mujer cubana
Las mujeres latinas, y la cubana entre ellas, son poco sumisas, más exigentes, decididas, corajudas y emprendedoras. Tienen la lengua muy larga y cuando siguen una idea, saben cómo defenderla
La personalidad irredenta y la fortaleza de carácter destacan a la mujer latina en general, y a la cubana en particular. Las féminas del Nuevo Mundo son, por así decirlo, poco sumisas, más exigentes, decididas, corajudas y emprendedoras. Tienen la lengua muy larga y cuando siguen una idea, saben defenderla.
El estreno en Santo Domingo del filme “Plantadas”, de los realizadores Lilo Vilaplana y Camilo Vilaplana, obliga a la reflexión. Lilo Vilaplana es un consagrado realizador, multipremiado por sus teleseries y películas. Su hijo, Camilo, hereda la vocación de su progenitor: tiene mirada propia y talento.
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La mejor novela escrita en Cuba en el siglo XIX (mal llevada al cine), “Cecila Valdés” (Cirilo Villaverde, 1839), no es una simple historia de amor entre una mulata y un blanco de clase alta que muchos autores y cineastas de otros pueblos han intentado readaptar a sus realidades. Tanto el libro como la película, representan la libertad de elección de la pareja; esa ruptura de fronteras y tabúes dentro de una sociedad racista donde la mujer siempre supo darse su lugar y abrirse paso en medio de la discriminación y el machismo.
En el cine, Humberto Salas integró tres relatos en “Lucía” (1968). Plasmó tres momentos de la historia de Cuba donde la mujer pasa de la ingenuidad a la rebeldía para imponer su personalidad aún frente a circunstancias que la condenaban a ser un objeto más. El tema del tercer relato de este filme fue recreado, en otro contexto, por Pastor Vega en su “Retrato de Teresa”. Y como peculiaridad, el mismo protagonista masculino (Adolfo Llauradó) de aquella historia encarna al recio machista de la cinta mencionada. “Retrato de Teresa” es otro de los pocos filmes sobre el tema del machismo y la discriminación de la mujer. Sin embargo, no abundan en la cinematografía cubana el tema de la rebelión femenina en el terreno de la política.
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Hay ejemplos de mujeres cubanas heróicas, y para muestra un botón.
La madre de Antonio y José Maceo, doña Mariana Grajales, no claudicó a la hora de enviar a sus hijos al campo de batalla.
Alrededor de su figura se difunden anécdotas y frases que los distintos actores de la historia reproducen, a veces sin mucha fidelidad. Se sabe que ella, su esposo y todos sus hijos se integraron a las filas mambisas. También es célebre el pronunciamiento a su hijo Marcos, recogido por Emilio Rodríguez Demorizi en su libro “Maceo en Santo Domingo”: «Y tú, empínate, porque ya es hora de que te vayas al campamento y que pelees por tu patria igual que tus hermanos».
Ella fue combatiente en Majaguabo, y antes de partir la guerra, le hizo jurar a su prole: «... juremos libertar la Patria o morir por ella».
Tal vez fue por ello la frase que escribió José Martí al conocer su muerte: «Es la mujer que más ha conmovido mi corazón».
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En distintos períodos de la mal llamada “República mediatizada”, la mujer cubana fue maltratada, encarcelada y torturada por defender sus ideas. Durante los gobiernos de Gerardo Machado, Ramón Grau San Martín, Carlos Prío Socarras y Fulgencio Batista, se nombraron en la Policía Nacional y en el Ejército a oficiales de mano dura a la hora de apresar, torturar o maltratar a la mujer.
Quienes se destacaron más en este propósito fueron batistianos, sobre todo un general y dos coroneles encargados en asesinar sin distinguir cuestiones de género.
El peor de todos fue el general Pilar García. También participaban los coroneles Esteban Ventura, y Conrado Carratalá. Serían encargados de ordenar y participar en el apresamiento y vejámenes a las féminas.
En el período de la Revolución Cubana, algunas actoras del nuevo gobierno como Haydee Santamaría, se quitaron la vida por sus propias manos. Y surgieron otras figuras contrarias al nuevo régimen que, según ellas denuncian, no fueron tratadas como seres humanos.
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El guion, incluye personajes variopintos de aquel contexto, que defienden el lado de la vida al que pertenecen.
El casting atrajo a actrices y actores valiosos que viven al Sur de la Florida, así como a un equipo técnico adecuado. “Plantadas”, una obra coral donde tres historias concluyen en una sola.
El secreto de “Plantadas” no admite interrogantes: la efectividad de su guion, su cámara esmerada y su valentía. Inaugura un nuevo tipo de tema en el cine cubano.
Guion y fotografía tienen mucho que ver con la efectividad de esta cinta. Los directores se han empeñado en cuidar otras técnicas de la puesta en escena como la música, la banda sonora, el vestuario, el maquillaje, la tramaya y el cuarto de edición, donde se ordenaron fotogramas y selección de escenas. La banda sonora es diversa, precisa y contiene encantamientos. En ciertas escenas fue seleccionada por sus dimensiones de contraste. Por ejemplo, en escenas tristes, los temas son alegres, y viceversa. Eso permite que el espectador sienta las muertes menos tenebrosas y más deseosas de cumplir el legado de quienes ofrendan la única vida que tendrán.
Desde las bocinas colocadas frente a las celdas para maltratar los tímpanos de las reclusas con himnos favorables a determinada ideología, hasta los solos de saxofón de Arturo Sandoval, se aprecia un trabajo meticuloso, una lección de apoyo para esas imágenes de damas irredentas que prefieren apagar su juventud que traicionar lo que creen.