Serie Especial/Gesta del 24 de abril y guerra patria
Relatos de duros combates junio 1965
PARTE II
Derrotadas las fuerzas militares de la base aérea de San Isidro y tomada la fortaleza Ozama, sus jefes militares ya habían solicitado intervención de tropas norteamericanas. El 28 de abril en la noche llegaron las tropas de las ochenta y dos compañías que dirigía el general Bruce Palmer.
El coronel Caamaño junto con los militares constitucionalistas se establecieron por varios días en un edificio de la calle Pina con Canela y desde ahí dirigió las tropas que enfrentaron al invasor. Los partidos 14 de Junio, PRD y MPD empezaron a formar los comandos de combatientes para luchar contra las tropas americanas. Se había creado una zona de seguridad que iba desde la calle Pasteur hasta la avenida George Washington. Recuerdo que después que los americanos empezaron a estrecharle el cerco a los constitucionalistas y por eso me mudé a la casa de un tío ubicada en la calle Danae para estar dentro del perímetro del gobierno constitucionalista.
En mayo hubo muchos enfrentamientos militares. A mediados del mes llegó el coronel Rafael Fernández Domínguez, líder original de la gesta del 24 de abril, quien junto a otros patriotas quisieron tomar el Palacio. Sin embargo, la mayoría le aconsejó que no era prudente, pues adentro estaban los militares del bando contrario y en la calle 30 de Marzo estaban los americanos. Lamentablemente, el 19 de mayo trataron de entrar al Palacio, pero perecieron en la lucha.
A finales de mayo, el coronel Caamaño me pidió que le llevara a su madre y a su hermana a la embajada de Chile. Me sentí muy honrado por la confianza depositada en mi persona y procedí a trasladar a doña Nonín y su hermana a la embajada que en ese entonces estaba ubicada en la calle Moisés García con César Nicolás Penson.
Ya en el mes de junio hubo un gran enfrentamiento los días 15 y 16. El 15 de junio las tropas norteamericanas quisieron tomar la zona constitucionalista y recuerdo que hubo muchos enfrentamientos y ataques de mortero y uno pernotó en el edifico Copello y otro en las oficinas del coronel Manolo Bordas ubicado en la calle Santomé esquina Conde. Fue un día terrible de enfrentamientos donde murió el comandante Daniel Riviere, del cuerpo de Rana, así como muchos civiles, combatientes y tropas americanas. Sin embargo, se pudo contener el avance de las tropas invasores gracias a la resistencia que presentaron los militares constitucionalistas junto con los combatientes de los distintos partidos.
Hubo mucho orgullo del pueblo que participó en esa lucha y recibió el apoyo de la mayoría de los países del mundo. En esta gesta se demostró la fortaleza del pueblo dominicano defendiendo su soberanía.
Luego vino un período de relativa calma. Empezaron a llegar cientos de jóvenes de todo el país a integrarse a los comandos. A finales de julio, el coronel Manolo Bordas nos decía que el gobierno tenía problemas de abastecimiento de municiones y armamentos; así como de alimentos por la cantidad de nuevos jóvenes que se integraban a la Zona Colonial en los distintos comandos.
Comenzaron las negociaciones políticas para buscar una solución o entendimiento entre los constitucionalistas y la OEA que representaba la Fuerza Interamericana de Paz. Claramente, esta fuerza fue creada por los mismos americanos para disfrazar la intervención y evitar que se dijera que era unilateral.
En el mes de agosto, el amigo Ventura Garrido y el suscrito nos encontramos en la calle Conde esquina Sánchez con el señor Héctor García Godoy, ex canciller del gobierno de Juan Bosch, y quien estaba junto a Leopoldo Pérez Sánchez. Cuando nos saludamos me pidió que lo llevara a ver a José Francisco Peña Gómez, pues quería entrevistarse con él. Accedí a su solicitud y lo llevamos a la segunda planta del edificio del teatro Santomé.
En el encuentro con Peña Gómez, Héctor García Godoy nos dijo que los americanos querían que él fuera el presidente provisional y que Caamaño lo había rechazado dos veces. Por tal razón, según nos indicó, acudió donde Peña Gómez porque la única manera en que aceptaría la presidencia era si contaba con el apoyo del PRD y del gobierno de Caamaño. Además, prometió sacar a los militares de Wessin de la aviación y que el vicepresidente podría ser del PRD. Peña Gómez le agradeció sus buenas intenciones, pero le dijo que lamentablemente no podía ayudarlo.
Cuando nos marchamos del encuentro con Peña Gómez, le pedí a Héctor García Godoy su teléfono y le expresé que lo íbamos a ayudar. Acto seguido, Ventura Garrido y yo nos dirigimos a la casa de Manolo Bordas y en el trayecto nos encontramos con don Ramón Vilapiola y juntos nos reunimos con Manolo Bordas y Luis Lembert.
Cuando le relaté lo sucedido Manolo dijo “este es el candidato que debe apoyar el gobierno y el PRD”. Luego de analizar esta situación nos preguntamos quien podría convencer a Caamaño de cambiar de opinión y apoyar a Héctor García Godoy. Entonces decidimos llamar a Juan Bosch para que llamara al coronel Caamaño.
Yo llamé a Juan Bosch y muy respetuosamente le informé el ofrecimiento de Héctor García Godoy y, a nombre del grupo, le solicité llamar a Caamaño para convencerlo. El presidente Bosch me contestó que habláramos con Jottin Cury, canciller del gobierno. Luego habló Manolo y le explicó la situación que estaba atravesando el gobierno a lo que Juan Bosch reiteró que llamáramos a Jottin Cury. A raíz de esta respuesta sospechamos que había un enfriamiento entre Caamaño y Juan Bosch.
Continuamos reunidos y comentamos que en ese momento había cierto distanciamiento entre el PRD y Caamaño debido a que el partido tenía una semana que le había solicitado una entrevista y él no había contestado.
Luego Manolo Bordas se puso de pie y nos dijo que iría personalmente a hablar con Caamaño y salió de inmediato a verle. Antes de llegar a su casa visitó a Héctor Aristy en el edificio Panamericano. Cuando Manolo Bordas le contó lo sucedido en la reunión con Héctor García Godoy, Héctor Aristy sobó una ametralladora y le dijo que él y su grupo estaban traicionando al gobierno y que Luis Lembert y yo lo estábamos mal aconsejando. Bordas le contestó que disparara, que él (Héctor) solo quería seguir en el figureo dando declaraciones nacionales e internacionales e imponer su candidato de preferencia. Continuó diciéndole que no se daba cuenta que había que buscar una salida debido a la escasez de municiones y alimentos para seguir combatiendo.
Luego de esta discusión, Manolo se marchó y se dirigió a la casa de Caamaño. En su entrevista no le mencionó el tema de la candidatura de Héctor García Godoy ni el incidente que acababa de tener con Héctor Aristy. Manolo después nos contó que tuvo una conversación cordial y de amistad con Caamaño. Se reciprocaron los sentimientos de amistad como si fueran amigos desde hacía muchos años. Por esa confianza y aprecio, Manolo Bordas le dijo que no perdiera de vista al PRD porque era el partido de su futuro político. Caamaño le preguntó por qué le decía eso, a lo que él le respondió “porque la alta dirigencia del PRD te solicitó una entrevista hace una semana y no la has contestado.” Caamaño reconoció la situación y lo justificó en que había estado afectado de salud y recluido en la casa, “pero mañana a las 4:00 nos vamos a juntar en el edificio Copello”, le dijo.
Cuando regresó Manolo y nos contó de la entrevista con Caamaño, contactamos a Peña Gómez para integrar la comisión en la cual fueron designados José Francisco Peña Gómez, Manolo Bordas, Dr. Ramón Ledesma, Silié Gatón, un compañero apellido Peguero y Marino Villanueva Callot. En la reunión con Caamaño el primero en hablar fue el Dr. Ramón Ledesma quien refirió a los problemas que estaba confrontando el gobierno a causa de la división interna. Cuando terminó de hablar, Héctor Aristy se paró y nos acusó de ser unos traidores del gobierno porque supuestamente queríamos imponer a Héctor García Godoy, “que no es Godoy sino Cáceres, primo hermano del triunviro Ramón Cáceres Troncoso que conjuntamente con Donald Reid fueron derrocados”- expresó.
Manolo Bordas le ripostó y comenzó una discusión entre ambos. Caamaño los separó, mandó a sentar a Héctor Aristy y con cara de mal humor dio un puñetazo en la mesa diciendo “estoy convencido de que la politiquería es más sucia que la bota Yankee”, dijo Caamaño. Hubo un silencio por varios minutos.
Peña Gómez pidió la palabra y dijo que era lamentable que nosotros, que comenzamos muy unidos, estuviéramos en esa situación de división. Para no entrar en detalle, concluyó diciendo “yo, que soy una persona inconfundible, me negaron la entrada a su despacho”. Al escuchar eso Caamaño se asombró. “Sí coronel, a mí no me dejaron entrar como había pasado con otras personas del PRD”, continuó diciendo y tomó asiento.
Ante esta situación, Caamaño volvió a pararse y de una manera pausada declaró que convocaría a todos los partidos y organismos del Estado que apoyan al gobierno constitucional para someter a votación la candidatura de Héctor García Godoy. En agosto fue celebrada la votación y la mayoría votó a favor de Héctor García Godoy y en su contra votaron Caamaño, Héctor Aristy y Jottin Cury. El 3 de septiembre Caamaño renunció con un discurso histórico en la fortaleza Ozama para darle paso al nuevo gobierno provisional de Héctor García Godoy. Tuve el honor de estar presente en la tarima cerca de Caamaño.
Antes de la toma de posesión, las reuniones con Héctor García Godoy se efectuaron en la casa del licenciado Fredy Prestol Castillo, prominente abogado que luego pasó a ser consultor jurídico del gobierno de Héctor García Godoy.
No obstante el resultado, Héctor García Godoy cumplió con lo prometido. Emitió un decreto sacando del país a los militares de la base aérea, lo cual provocó un intento de golpe de estado encabezado por el general Martínez Arana del ejercito. Los americanos lo protegieron pues evitaron que el golpe sucediera, lo que provocó que Rivera Caminero se ofreciera para que lo sacaran a él en lugar de los militares de San Isidro. Luego sacaron a los militares constitucionalistas.
En el acuerdo de Santiago de 1974, el PRD escogió al general Wessin como candidato a vicepresidente. Me sentí muy mal con esta decisión ya que todavía estaban abiertas las heridas de los familiares de aquellos militares y civiles muertos por las tropas del general Wessin, responsable del derrocamiento del gobierno constitucional de Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963.