La República

Santero

"Santero", longevo término "callejero" que muchos desconocen

Especie de Altar utilizado por aquellos que practican la Santería /Archivo Listín Diario

La semana pasada estuvo bastante movida, varios sucesos violentos y judiciales acapararon la atención de la ciudadanía, sobre todo el caso que envuelve al hijo del comunicador Vincent Carmona (Dotol Nastra), Wesly Carmona (El Dotolcito), quien junto a otros dos jóvenes es acusado de participar en un asalto a mano armada donde murió Joshua Omar Fernández Decena.

El suceso que se había manejado de manera sigilosa durante un mes, al salir a la luz ha destapado una caja de pandora que con el pasar de los días sigue arrojando nuevos elementos a la investigación.

Uno de los elementos que más ha captado la atención de las personas que siguen el caso fue la declaración dada por Luis Brito (Luis), otro de los acusados en la muerte de Fernández Decena y quien insinuó que “el Dotolcito” era una especie de cabeza maestra en el grupo de tres, bautizándolo con el mote de “Santero”.

Este terminó, el cual no es para nada nuevo callejeramente hablando causó basta curiosidad las personas que no se manejan en el denominado “bajo mundo”, en otras palabras la mayor parte de la población.

Esta palabra si bien podría definir a “aquella persona que cree o práctica la “santería”, (creencia religiosa de raíces afrocubanas que se sincretiza con la religión católica)”, a nivel callejero adquiere un matiz muy distinto a lo definido por la Real Academia de la Lengua Española (RAE).

En el argot popular callejero, esta palabra (santero) se usa para referirse a aquel individuo dedicado a realizar trabajos de logística y ubicación de personas que por lo general ostentan gran poder adquisitivo o liquidez económica. A esta persona se le bautiza como un “santo”.

La misión del "santero" es proporcionar toda la información recolectada sobre el “santo” a las personas que requieran de sus servicios, en muchos casos criminales o delincuentes asalariados que terminan despojando al “santo” de sus pertenencias o quitándoles la vida, dependiendo del encargo.

Por lo general este tipo de personas es de gran confianza de los malhechores que casi siempre requieren más de una vez de este servicio.

Aunque no se sabe a ciencia cierta por qué se empezó a utilizar para referirse a ese tipo de personas, el término no es exclusivo de República Dominicana, en países como Puerto Rico, España y otros de habla hispana también es utilizado con el mismo sentido.