Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Entrevista inédita del general Elías Wessin sobre la Guerra de Abril

Avatar del Listín Diario
Listín DiarioSanto Domingo, RD.

El general Elías Wessin y Wessin fue entrevistado por un medio digital de Miami, Florida, en 1995, 30 años después del estallido de la Guerra del 24 de abril de 1965, en la que destacó su participación en la revuelta y señala, como razón importante de la movilización, a Juan Bosch.

“Juan Bosch chocó con todos los poderes fácticos de la época”, expresó Wessin y Wessin, quien comandaba el Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), y dando su versión de los hechos, dijo que su campamento “enfrentó a un grupo de desertores y civiles marxistas que se denominaban constitucionalistas”.

1) ¿General, cuál fue su participación en los acontecimientos de abril del 65?

Asumí lo que entendía era mi responsabilidad como militar dominicano. La República, la democracia y la libertad son conceptos amplios definidos por la misma Constitución de 1963, y el gobierno de Bosch la violó antes del Golpe de Estado, propiciando un régimen que nos iba a llevar a una dictadura al estilo cubano. Lamentablemente, la clase política conservadora de entonces no supo hacer la transición después de la deposición del gobierno de Bosch.

Llegamos al 24 de abril de 1965 y mi campamento de 1,000 soldados, el Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), enfrentó a un grupo de desertores y civiles marxistas que se denominaban constitucionalistas.

2) ¿Pudieron haberse evitado los acontecimientos de abril de 1965?

Bosch pudo haberse consagrado como Presidente si tan solo hubiera ordenado el desmantelamiento de las 42 escuelas de adoctrinamiento marxista-leninista que funcionaban en diferentes gobernaciones y liceos públicos del país. De la misma manera, si hubiera tomado acciones concretas en contra de los campamentos de entrenamiento guerrillero que operaban en cañaverales y campos aislados. Él recibía los informes de inteligencia con lujo de detalles.

3) ¿Cómo usted juzga la participación de ambos bandos en esos acontecimientos?

La infiltración llegó a extremos graves y algunos grupos de militares fueron sonsacados unos ingenuamente, otros motivados por la revolución cubana y la influencia de La Habana. Caamaño al principio ni siquiera estaba en eso, tuvo Montes Arache que irlo a sacar de una Embajada donde se había asilado, en cambio Fernández Domínguez actuó imbuido de buena fe, aunque desde nuestra perspectiva equivocado.

No había un mando organizado en el lado rebelde, por eso se dieron muchos a la tarea de saquear, violar y matar. Desde nuestra óptica fue una lucha armada por la libertad y la democracia que hoy vivimos vs. un régimen socialista al que aspiraban los grupos circundantes a Bosch radicalizados.

4) ¿Acepta usted la denominación de constitucionalistas para quienes pelearon del otro bando?

La izquierda radical se apoderó de un nombre que para nada le luce. Lo que menos respeta un marxista y si es leninista menos aun, es una Constitución democrática. Ellos luchan por las “dictaduras con respaldo popular”, pero se salen de la mentira para esconder sus verdaderas intenciones. Reconozco que nos adversaron hombres y mujeres, los menos, que verdaderamente creían en el libre juego de las ideas, pero nadie podía asegurar que ellos iban a ser los triunfadores, como no lo fue Huber Matos, ni Gutiérrez Menoyo en Cuba.

5) ¿Tras 30 años cree usted que es necesaria una reconciliación entre los bandos participantes?

Políticamente la reconciliación se produjo en el 1974 cuando fui candidato Vice-presidencial del Acuerdo de Santiago. José Francisco Peña Gómez fue un hombre noble y avanzó hacia la socialdemocracia, él fue capaz de motorizar esa reconciliación y esa es la que cuenta. Hay sectores minoritarios de la izquierda desfasada, con excepción de algunos dirigentes del MPD, que continúan con sus insultos y falacias en torno al 65, con ellos, que además no creen en Dios, es muy difícil, por no decir imposible.

6) ¿General, hubo muertos de lado y lado, valieron la pena tantas muertes?

Nadie quiere que haya muertos, pero en una guerra son inevitables. Nosotros desde el principio decíamos por Radio San Isidro que nadie se acercara a los objetivos militares que se habían trazado en el reducido teatro de operaciones. Eso se llama tirar por la borda un principio militar que es “el factor sorpresa”, sin embargo, nosotros lo hacíamos para evitar pérdidas de vidas inocentes aun arriesgando las vidas de nuestros soldados. Quisiera que alguien me diga si eso no habla bien de nuestras motivaciones.

Quiero aprovechar para aclarar una falacia histórica que una mente racional pondrá inmediatamente en su justa dimensión: del CEFA solo murieron 13 soldados, dígame usted ¿o eran nuestras tropas supermanes o se han exagerado las cifras y las supuestas batallas del 65? Del lado de San Isidro no había paredones de fusilamiento, los cadetes que fueron apresados, muy bien pudimos haberlos declarado desertores y fusilarlos, sin embargo, se los entregamos a sus madres el Día de las Madres, a sabiendas que podían volver al otro lado y combatirnos de nuevo.

7) ¿Cuáles fueron las verdaderas causas de la Guerra de Abril?

En el transcurso de la entrevista se pueden extraer algunas causas. Voy a mencionar una importante. Juan Bosch chocó con todos los poderes fácticos de la época. Se abrió todos los frentes posibles: los empresarios, los EE.UU., la Iglesia Católica, las FF.AA., los sindicatos abolidos, intelectuales, campesinado, etc. Todos esos sectores participaron de una forma u otra en el golpe de Estado. Los políticos que llegan al poder deben aprender a legitimarse con acciones concretas dentro del sistema democrático. Eso le faltó a Bosch.

8) ¿Es posible que se repita un acontecimiento como ese que divida a la sociedad dominicana?

No son las mismas condiciones. Antes había dos polos de poder político EE.UU. y la URSS, después de la II Guerra Mundial. La paradoja es que hoy hay más división solo que la misma es de otra naturaleza política y económica, lo que tenemos que evitar es que se siga ahondando.

La Guerra Fría parió ese tipo de conflicto aquí y en otras partes del globo. Hoy el mundo político es otro y no tenemos las mismas amenazas.

La guerra que hoy se libra en el país no mata con balas, pero sí con la lengua; esto es, con la diatriba. Además, se siguen dando tumbos para enfrentar la pobreza que es el enemigo común, que afecta a las mayorías.

9) ¿Fue necesaria la intervención de Estados Unidos en el conflicto?

El CEFA tenía control de las hostilidades, no hicimos una ofensiva profunda e intensa, atacábamos, con previo aviso y esporádicamente objetivos militares. Contuvimos el ataque de artillería pesada, que quedó con sus lonas en todo el tiempo de la revuelta. Vaya a ver si las casas y edificaciones de Ciudad Nueva y Zona Colonial sufrieron una pizca de destrucción. Si los norteamericanos no intervienen hubiéramos vencido, pero a un costo muy alto en vidas humanas.

Otra mentira que quiero aclarar es, decir que aquí desembarcaron 40,000 marines, cuando no pasaron de 12,000. Tropas que al entrar el 28 de abril a Santo Domingo dieron un ultimátum: “No queremos a San Isidro del lado oriental del Puente Duarte y tampoco a los constitucionalistas del lado occidental del mismo Puente.”

El CEFA se replegó hacia las proximidades del Darío Contreras y Ensanche Ozama. Ahí es cuando los rebeldes ponen un ‘catarey’ (patana) a mitad del Puente, y se inventan la “famosa Batalla del Puente Duarte”. Una batalla imaginaria, hija de la propaganda falaz. Tampoco se puede hablar “científicamente” de que aquí hubo una revolución, aquí hubo una sedición armada que se escenificó en 15 cuadras de la capital, el país estaba en tensa calma, unos alentaban al CEFA y otros a los denominados constitucionalistas, el pueblo no estaba de un solo lado, como ha querido vender la izquierda con argumentos y descripciones de hechos, claramente sesgados por sus prejuicios políticos y odio ideológico.