Abinader y Fernández “se robaron el show”
Las muestras de cortesía y don de gente mostradas por el presidente Abinader y el ex presidente Fernández, pudieran o deberían ser buenas señales para la mayoría de los dominicanos que se aferran a las malas costumbres, al uso de palabras soeces y a la falta de consideración con sus vecinos.
En los últimos años el país se ha llenado de malhechores de aquí y desde el extranjero, quizás prevalidos de la irresponsabilidad de los funcionarios que desde los organismos de represión como la Policía y Migración se han hecho de la vista gorda ante el tráfico de sustancias, de ilegales y de trata.
Eso ha hecho que exista una dualidad de percepciones sobre la RD, al mismo tiempo que se ve desde fuera al país por su belleza natural, su amabilidad, los tesoros históricos, la gastronomía y la paz política y social, hechos criminales esporádicos como el asesinato de un niño en Santiago, hacen daño.
Abinader y Fernández “se robaron el show” como se suele decir, durante el acto del 75 aniversario de El Caribe, al cual acudieron personalidades del gobierno, del empresariado y los medios de comunicación. Esas coincidencias solo se ven en mortuorios o bodas de famosos.
Los dos presidentes, uno ex y el otro actual, el doctor Fernández esperando turno para su desafío en las elecciones del año 2024, si algo tienen en común es el buen sentido del humor, que los dominicanos casi en general han abandonado y el dar las gracias, algo casi perdido.
Laura Castillo, de LD relata la ocurrencia así: “A la llegada de Abinader todos aplaudieron y en medio de la ovación, Fernández avisó: “Ha llegado el presidente de la República y me toca el honor de presentarle”. La cronista agrega que mientras se calmaban los aplausos, el ex presidente Fernández dijo a Chinchilla (Laura, ex presidenta de Costa Rica): “Presidenta Chinchilla, eso solamente tal vez ocurra en República Dominicana, que el líder de la oposición presenta al presidente de la República”.
Hubo carcajadas en el momento de las presentaciones porque Abinader dijo: “Señor Leonel Fernández, ex presidente de la República, gracias por su presentación, pero tenemos que negociar la mía hacia usted después….”. Añade la crónica: “Lo que provocó que todos se rieran nuevamente y aplaudieran de manera efusiva”.
Muerte de niño consterna al país
El asesinato de un niño de 9 años, Luis Feliz Camilo, tiroteado después de salir del aeropuerto Cibao tras llegar con su familia desde Estados Unidos, llamó la atención del presidente Abinader, quien contrario a lo habitual informó públicamente que el director de la Policía Nacional le había notificado sobre la detención de cinco hombres envueltos en ese caso.
La muerte del niño ha consternado al país y se une a los asesinatos de otras personas en los últimos días entre ellos crímenes pasionales y otros desconocidos, particularmente en Santiago y sus vecindarios. Los sucesos mantienen intranquilizada a la población que se queja en privado, por los medios y las redes sociales de la ineficacia de la Policía en prevenirlos y con frecuencia, en descubrirlos.
Del lado de los reclamantes, el presidente Abinader no quisiera que la situación empeore y sea un tema de campaña electoral cuando se abra la misma extraoficialmente en las próximas semanas. Su preocupación se une a los reclamos que proponen grupos populares en las provincias del Cibao, que denunciantes creen buscan quitarle estabilidad al régimen con un paro la semana que viene.
Tiempos de campaña
Son tiempos de campaña y los candidatos tienen que mostrar su mejor cara ante los electores. La gente en sentido general ya conoce que el doctor Fernández será el candidato presidencial de la Fuerza del Pueblo, y que Abinader lo sería por el Partido Revolucionario Moderno, PRM, hacia el 2024.
Fernández es el líder sin discusión de su partido y Abinader es el del PRM. Si las encuestas lo colocan bien posicionado para ganar no ya la candidatura sino la Presidencia en primera o segunda vuelta, hay que suponer la euforia que causará entre sus seguidores al momento en que se proclame.
El presidente Joe Biden, también con las encuestas a su favor, anunciará el martes venidero que buscará un segundo mandato. En los Estados Unidos a veces suelen ser más sutiles que en otros países y los aspirantes lo primero que hacen es formar un equipo de trabajo que sondeará sus posibilidades.
Cuando se es presidente como el caso de Biden, ya que la reelección está garantizada constitucionalmente, lo que se espera que haga el presidente en ejercicio es simplemente anunciar su decisión de buscarla, como él ha anticipado. Lo hará en momentos en que no tiene contrincante.
El contrincante de Biden se supone que lo sería el ex presidente Donald Trump, inculpado por más de 30 causas ahora en discusión entre sus abogados hasta que los jueces de Nueva York llamen a las audiencias de aquí a septiembre. Con todo, Trump espera que el Partido Republicano lo postule.
Mientras algunos de los mencionados tienen en mente la reelección, el presidente de Argentina, Alberto Fernández anunció ayer que no se presentará a buscar un segundo término en las elecciones de octubre próximo, dejando el camino abierto para otro candidato que de seguro no será la ex presidenta y vicepresidenta actual, Cristina Fernández de Kirchener.
Con una inflación interminable y un desánimo popular marcado, Argentina no parece en vías de su recuperación. En un video por las redes sociales el presidente Fernández dijo: “El próximo 10 de diciembre de 2023 es el día exacto en que cumplamos 40 años de democracia. Ese día entregaré la banda presidencial a quien haya sido legítimamente elegido en las urnas por el voto popular. Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político”.
Mientras Abinader lo piensa, el presidente Bukele, de El Salvador, tiene ya la maquinaria aceitada para lanzarse por un segundo período, con el estandarte de haber limpiado el país de las maras y el bandidaje callejero, con lo cual su popularidad ha traspasado las naciones, al punto que lo proclaman en otros países vecinos como quien puede resolver los problemas.