Desilusión por sanciones internacionales a haitianos

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Jean Garry DenisHaitiano, Haití

Hablar de las sanciones internacionales en contra de la elite económica y políticos corruptos implica realizar una radiografía para entender la raíz de esta cúpula económica.

Nos remontamos al ascenso de Francois Duvalier en 1957 que ha heredado un periodo económico de 10 años relativamente prósperos, conocido como el milagro económico haitiano.

Según Webert Lahens: “Era la época en que Haití era una perla brillante del Caribe... La construcción de hoteles e infraestructuras permitió al país ubicarse a la cabeza de la industria del turismo en el Caribe, con Cuba en la segunda posición”.

Con su política de sangre y represión para mantener el poder a toda costa, François Duvalier puso fin a este periodo de progreso al quebrar la producción nacional y los intentos de fortalecimiento de una burguesía criolla.

Esta burguesía criolla tenía cierta vinculación con la realidad nacional, lazos familiares, sociales, y culturales fuertes con el país, a diferencia de la actual elite en gran parte de origen levantino (Oriente Próximo) que muestra poco interés por los intereses superiores de la nación.

Este grupo nunca había ocultado sus pretensiones de jugar un papel relevante en la política del país. Uno de los contrincantes más valiosos de Duvalier en las elecciones de 1957 fue el Senador Luois Dejoie, un representante de esta burguesía que tenía muchas inversiones en la producción agrícola.

La presencia de esta elite económica criolla era una amenaza para las ambiciones totalitarias de Duvalier, que los exilió y despojó a casi todos. Ha sustituido esta tentativa de burguesía criolla por sus círculos de amigos e inmigrantes de origen levantino mayoritariamente, otorgándoles privilegios y monopolios.

Infelizmente, los beneficiarios del maná duvalierista se consideran hasta este momento como meros pasajeros en esta tierra a pesar de una presencia secular.

De hecho no podían realizar inversiones productivas de largo plazo. Es la raíz de este espíritu depredador de la actual elite económica calificada como la más repugnante que nos ha llevado a la actual situación de caos con los políticos corruptos.

Esta elite económica nunca se identifica con los valores patrios, el desarrollo económico y la herencia cultural de este país.

Es incapaz de realizar actividades productivas a largo plazo e insertarse en un proyecto de tipo capitalista en un ambiente de competitividad. Es la razón principal por la que busca siempre la asociación con los políticos corruptos para debilitar al Estado y adentrarse en una economía criminal con todos los corolarios de secuestros, contrabandos y saqueos de recursos públicos.

Entusiasmo inicial

La sociedad haitiana ha acogido con mucho entusiasmo los anuncios de sanciones de la ONU y las tomadas por los gobiernos de Canadá y de Estados Unidos en contra de la oligarquía económica y de los políticos corruptos.

Ante el control absoluto de las instituciones republicanas por esta alianza mafiosa del sector empresarial y de los políticos corruptos, estas sanciones, aunque sin detalles precisos, fueron consideradas como una alternativa a las debilidades y a la casi inexistencia de una justicia local para enfrentar la instauración de una economía criminal con todos sus corolarios de secuestros, apoyos a bandas armadas, narcotráfico, comercio de órganos, saqueos de recursos públicos, entre otros.

“Dèyè Mòn Gen Mòn” es un dicho haitiano que se traduce literalmente por “después de un monte, hay un monte”. Para el pueblo haitiano, eso quiere decir que existe en la actual coyuntura un poder superior al nivel internacional que podrá detener a la omnipotencia de las elites corruptas que obstaculizan el progreso de Haití.

Durante estas últimas semanas, la esperanza de la opinión pública sobre estas sanciones para depurar el escenario político y el mundo empresarial de delincuentes de cuello blanco se está ahogando como los cigarrillos en el humo.

El poder actual designado por la misma comunidad internacional a través del Core Group no ha tomado ninguna medida para dar seguimiento a estas sanciones en los tribunales competentes, además ha recorrido los mismos pasos que nos llevaron a la actual situación de caos.

Ahora quieren forzar la realización de elecciones como en 2011 donde los corruptos mafiosos serán los nuevos dueños del juego. Basta analizar el apoyo de los diplomáticos del Core Group al improductivo acuerdo del 21 de diciembre sobre la crisis y la influencia de los diferentes grupos de la misma oligarquía que firmaron este acuerdo.

Sanciones selectivas en República Dominicana

Muchos observadores estiman que estas sanciones tienen un carácter partidista. Castigan unos corruptos y se hacen de la vista gorda con otros según la agenda internacional.

Es en este marco que hay que analizar las sanciones tomadas por la República Dominicana que es después de los Estados Unidos el segundo destino de las riquezas provenientes de la economía criminal en Haití y del defalco de los recursos públicos del Estado haitiano.

En un enfoque en el Listín Diario el lunes 10 de abril del 2023, hemos resaltado la timidez del gobierno dominicano del Presidente Abinader sobre las sanciones por los lazos tradicionales y a veces familiares entre los sectores privados de los dos lados de la Isla.

De hecho, las sanciones impuestas por la República Dominicana en contra de los políticos y empresarios haitianos fortalecen aun más nuestras preocupaciones sobre sus utilidades para el pueblo haitiano.

Las sanciones dominicanas fortalecen la idea de la opinión pública haitiana de que cada país trata de hacer uso en función de sus intereses particulares.

Los observadores se preguntan por qué sancionan al responsable de las más importantes organizaciones de Derechos humanos, Pierre Esperance, y dejan fuera de la lista a varias personalidades públicas sancionadas ya por Canadá y Estados Unidos, especialmente el poderoso empresario Gilbert Bigio y los expresidentes Michel Martelly y Jocelerme Privert.

Muchas personas quieren tener más detalles sobre la sanción a Pierre Esperance y hacen resaltar los lazos entre consejeros y empresarios poderosos cercanos al Presidente Abinader y la omisión en la lista dominicana de personalidades sancionadas por Canadá y Estados Unidos.

Martelly y Petrocaribe

El exsenador Antonio Cheramy, uno de los sancionados por la República Dominicana, afirmó: “Abinader habría fallado en sancionar a los barones del partido de Michel Martelly que desviaron los fondos del programa Petro Caribe, la mayor parte de las cuales serían invertidos a República Dominicana”.

Las sanciones de Canadá y Estados Unidos se desarrollan en un ambiente de desorden institucional total.

Estos países están fortaleciendo este ambiente con el Core Group a través de su apoyo al actual gobierno.

República Dominicana, el país con más intereses estratégicos para apoyar la estabilidad política en Haití, da la impresión de privilegiar otros intereses que no sean la persecución de los verdaderos delincuentes de cuello blanco. En este marco, Las sanciones internacionales están desatando una ola desilusión de casi todos los sectores y se necesitan medidas más concretas para que Haití saque algún provecho.

*El autor es Director Ejecutivo del Instituto Haitiano de Observatorio de Políticas Públicas (INHOPP)