Ciudad

Enfoque

La aplicación de malas políticas públicas

Luis Manuel Piantini M.Santo Domingo, RD

El 27 de febrero del 2021 este diario publicó un artículo que titulé “Hacía donde va el Norte”, donde expresaba mi preocupación sobre varias medidas tomadas por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que podrían provocar serios problemas en el futuro.

Efectivamente, mi percepción no ha resultado ser incorrecta, sino que han sido dos de las causas de los problemas económicos más angustiantes que hemos venido sufriendo la población de este planeta. Porque sus perversos efectos han resultado ser universales.

Iniciándose su gobierno, el presidente Biden decidió suspender las exploraciones de la extracción del petróleo y del Gas Natural en tierras federales, perforando las rocas y arenas con contenido bituminosos. De esta forma envió una potente señal, de que su gobierno estaría empeñado en impulsar la industria de la energía renovable, penalizando los fósiles.

Con este mensaje, las compañías petroleras norteamericanas dejaron de invertir, reduciendo su producción. Este país de exportador rápidamente se convirtió de nuevo en importador de petróleo. Advertí que esa política podría entregar de nuevo el mercado energético al cartel de los países árabes, lo que efectivamente ha sucedido.

El presidente Biden pensó que su propio deseo iba a modificar en su período de gobierno, la matriz energética mundial de los últimos 100 años basada en los productos fósiles, a productos renovables, los cuales muchos de estos, y posiblemente los más rentables y eficientes, se encuentran en periodo de experimentación como es el caso del hidrógeno.

Frente a esa decisión y al riesgo que ella implicaba, estas compañías americanas decidieron aumentar su rentabilidad, no en la expansión de su producción en nuevas inversiones, sino apoyadas en los elevados precios que ahora fijaban de nuevo el cartel del petróleo, fortalecido con Rusia como nuevo socio.

Los precios han llegado hasta niveles de 120 dólares el barril, y el consumidor y las industrias no petroleras han sentido en la pérdida del poder adquisitivo y en sus costos, los adversos efectos de esa política, inclusive efectos políticos no esperados.

En un viaje inexplicable que realizó el presidente Biden a Arabia Saudita solicitando la cooperación de los gobernantes de ese viejo aliado para aumentar la producción de petróleo y así presionar la reducción de los precios, la reacción no esperada de ese Reino, fue la de un recorte en la producción para que aumentaran más los precios. Ese no solo fue un mensaje de rechazo a la antigua alianza económica y militar, sino que los países árabes están ahora más cerca de Rusia y de China, y también de Irán, como en ningún momento histórico anterior.

Un cambio total en la geopolítica de los intereses norteamericanos, ha logrado una mala política pública aplicada. El gobierno dominicano sube sus costos, en la pérdida de miles de millones de pesos en subsidios que pudieron ser destinados para el desarrollo, evitando con ellos que el aumento de los precios internacionales se reflejara en mayores aumentos de la inflación en el país.

En dicho artículo al que hice referencia al inicio, también hubo una advertencia sobre el posible impacto negativo que iba a tener la tercera ayuda federal fiscal aprobada por el gobierno de Biden para financiar a los hogares y empresas norteamericanas del costo del COVID-19.

Expresé la posición de los economistas Summer y Blanchard sobre las posibles consecuencias de ese nuevo apoyo de febrero del 2021 en inflación y recesión, cuando ya la administración Trump había aprobado uno reciente en diciembre del 2020. Con ese tercer paquete se duplicó en solo dos años el pasivo monetario de la Reserva Federal, (banco central estadounidense), financiando un déficit fiscal que en sólo un año representó el 26% del PIB norteamericano.

De esta política llamada Teoría Monetaria Moderna, que venía siendo aplicada por más de una década, con tasas de interés cercanas a cero y ofertas expansivas hasta que los precios reaccionaran se gestó las tasas de inflación más elevadas de los últimos cuarenta años. Esta inflación que en un inicio fue llamada como inflación transitoria, una denegación a sus propias malas políticas, ha resultado en lo que si dijimos desde un principio en artículos publicados y en nuestros programas semanales televisivos de Agenda Económica, que esta era una inflación con efectos a extenderse en el mediano plazo por las fuentes que le dieron origen.

Pero no solo han tenido efectos inflacionarios sus políticas, sino que con el giro de 360 grados en su política, la Reserva Federal aumentando sus tasas de interés en 450 puntos en sólo un año, no solo está reduciendo el incremento en el volumen de la producción y el comercio, sino que a la vez ha introducido un factor de elevado riesgo en el sistema financiero norteamericano e internacional.

Efectos

Las altas tasas de interés no solo desalientan la expansión del crédito bancario afectando el consumo y la inversión, sino que préstamos otorgados a tasas flexibles entran en mora, mayormente los hipotecarios, y aquellos otorgados a tasas fijas que ahora son inferiores que las del mercado presente, le provocan una pérdida efectiva al banco, si tiene que ir al mercado a venderlo para obtener la liquidez que las políticas de la Reserva Federal le está extrayendo al mercado, reduciendo a su vez la captación de depósitos.

Igualmente sucede con los valores públicos de mediano y largo plazo con tasas fijas inferiores al del mercado, por lo que su valor de compra ha perdido valor y le genera pérdidas si se realiza su venta, como sucedió con el Sillicon Valley Bank que cayó en bancarrota. Y eso precisamente está ocurriendo en el sistema bancario norteamericano. Según una reciente publicación del diario The Wall Street Journal, más del 50% de los 425 bancos norteamericanos están descapitalizados, algunos de ellos con la pérdida total del capital.

Frente a esta situación delicada de ese sistema, se espera que se endurezca el mercado de crédito y de liquidez, provocando una caída y letargo en la recuperación de dicha economía sino se produce una crisis como la del 2008, consecuencia de la aplicación de malas políticas públicas, situación adversa que afectará a nuestra economía.

El presidente del JP Morgan Chase Bank Jamie Dimon declaró que el efecto adverso de las medidas de políticas sobre la banca se mantendrá durante el mediano plazo.

Tags relacionados