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María Virginia Pineda: Un talento de Venezuela a Chavón

Alfredo Padrón, fotógrafo y profesor en los programas de Educación Continua en Chavón La Escuela de Diseño y en la Escuelas de Cine y de Comunicación Social y Medios Digitales del Instituto Tecnológico de Santo Domingo realizó está interesante entrevista a una artista venezolana.

María Virginia Pineda.

María Virginia Pineda es una artista visual venezolana, egresada de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE) quien resultó favorecida con una Residencia Artística en Altos de Chavón, la Escuela de Diseño de la República Dominicana

AP. Revisando tu trayectoria, llama la atención tu exposición “Paisaje a Máquina” desarrollada a partir de textos de crítica que ciertamente son de otros autores. ¿Por qué el arte visual y no la narrativa?

MVP. Esa historia comenzó a raíz de mi participación en el proyecto de archivo digital de textos críticos, llamado “Documentos de Arte Latinoamericano del siglo XX”, llevado a cabo por el Museo de Houston en países como Brasil, México, Argentina... Tuve la oportunidad de ejercer el otro rol: el de investigadora, aproveché la asistencia técnica y la investigación para vaciarlo todo en mi rol de artista.

Se repetían mucho los juicios de valor, lo que servía, lo que no y me concentré en el aspecto despectivo de la crítica; en cómo desde lo profesional, un crítico, curador o investigador, tenía el aval para desbaratar el trabajo o el discurso de un artista, de una época, de una exposición o de lo que fuera. Eso queda plasmado en el papel y quien lo consulte cien años más tarde, se verá influido por esas ideas. Abordé el tema de la crítica de arte, pero yendo al núcleo del asunto: al uso de la palabra y el sentimiento que hay detrás de ellas, obviando autores o nombres. Jamás traté de acusar a nadie. Revisé entonces mucho contenido, pero no desde la posición de quien tiene que decir algo como investigadora o como escritora, sino desde el punto de vista de la artista visual.

AP. Qué trabajo estás desarrollando aquí en tu residencia de Altos de Chavón. ¿Continúa vinculado a tu preocupación por el texto?

MVP. Es una serie llamada “Su majestad vegetal”. Es un homenaje a ese reino y nace de pensar, o más bien de preguntarme desde qué punto de vista le damos importancia a la naturaleza. Y parece que la respuesta apunta hacia el consumo humano. Tal o cual especie: animal, mineral o vegetal, es importante porque la consumimos de la forma que sea, creemos. Cuando en realidad todas importan porque sí, más allá de cualquier evaluación humana. Punto.

A los tres días de llegar aquí a Chavón sucedió lo del huracán y el paisaje luego de Fiona, era realmente dramático. Por lo menos así lo sentí. Aunque los lugareños dicen que “no fue nada”, apenas categoría uno” y “se cayeron unos arbolitos”, para mí se cayeron unos “arbolotes”. Yo escuché su crujir. No me hizo falta una categoría más para escuchar también la furia del viento.

Fue impactante, a pesar de lo leve que objetivamente haya podido ser. Entonces decidí trabajar con los árboles caídos. En el momento lo que tenía a mano era el celular, con el que hice el registro.

La denominé: “156 km/h. After Fiona”, para distinguirla de otras obras de la serie “Su majestad vegetal”. 156 kilómetros por hora fue la velocidad del viento que registraron por esta área del sureste de Dominicana.

AP. ¿Por qué el vínculo entre heráldica y naturaleza?

MVP. Expreso mi admiración por la naturaleza, por la disciplina de sus procesos, por la abundancia que representa, por la belleza que manifiesta ¡Por su ejemplo de servicio! Jamás escucharemos al agua quejándose por alimentar la tierra, o al sol por brindar su luz. A eso me refiero. Eso es amor. Amor a gran escala, del verdadero. De ese que no podríamos comprender totalmente desde lo humano. Cayendo en cuenta de esto, una de las vías que tengo para retribuir tal amor es a través del arte. Orientada por la palabra “reino”, investigué los elementos que me ayudaron a sintetizar la idea. Fue entonces que apareció la heráldica como referencia. Así como en el medioevo se configuraron signos e imágenes para distinguir familias, ciudades, legiones; así quiero desarrollar esta serie, distinguiendo a modo de realeza cada especie seleccionada. Tal como los frailes ilustraban los libros, me siento haciendo los banderines y diseños para los escudos del Reino Vegetal