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Grupo extorsionaba bancas y máquinas por 30 millones mensuales

Segun el interrogatorio del Ministerio Público, solo a Jiménez Collie le entregaban 17 millones de pesos “limpios”, al mes

Negocios de bancas de lotería y máquinas tragamonedas fueron áreas presuntamente controladas por los imputados para amasar ilicitamente sumas millonarias. / Archivo

Negocios de bancas de lotería y máquinas tragamonedas fueron áreas presuntamente controladas por los imputados para amasar ilicitamente sumas millonarias. / Archivo

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Carolina PichardoSanto Domingo, RD.

Ramón Emilio Jiménez Collie (Mimilo) confesó que la estructura que realizaba los cobros irregulares a las bancas deportivas, de lotería y las máquinas tragamonedas en los colmados les generaba de entre 15 y 30 millones de pesos al mes.

“La estructura cobraba entre 15 y 30 millones de pesos al menos, eso era lo que Fernando Crisóstomo reportaba, lo reportaba de manera bruta, pero Fernando le metía 8,000.000 y hasta 9,000.000 millones en gastos de operaciones y lo otro me lo entregaba”, dijo el principal delator del caso Calamar.

Segun el interrogatorio del Ministerio Público, solo a Jiménez Collie le entregaban 17 millones de pesos “limpios”, al mes.

“En promedio me entregaban unos 17 millones de pesos limpios al mes”, dijo Jiménez Collie como parte del interrogatorio, al que Listín tuvo acceso.

Al ser cuestionado sobre en qué consistía el proyecto que le presentó al entonces ministro de Hacienda, Donald Guerrero, para la gestión de las bancas de lotería, deportivas y máquinas tragamonedas, dijo era 'un proyecto para evitar todo el contubernio del espectro de las bancas que había en el país, que incluía a las bancas deportivas y de lotería, y los colmados, donde habia máquinas tragamonedas. Nosotros tratábamos de llevar eso lo más posible a la regularización y que se mejoraran las entradas por ese concepto en hacienda y en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), para esos fines Fernando Crisóstomo elaboró un plan que incluyó contratación de camionetas y la participación de inspectores del Ministerio de Hacienda. Se quería que más adelante se hiciera una gestión de cobro con beneficio; ese, en principio, era el objetivo¨.

El proyecto no se materializó como se pensaba. ¨Una cosa fue lo que se planificó y otra muy distinta como terminó sucediendo¨, dijo. Señaló que la idea de crear “el programa” de las bancas de apuestas fue de Fernando Crisóstomo, quien se la dio tanto a él como a José Arturo Ureña, y que luego él se la compartió a Donald Guerrero.

¨Fernando era el que llevaba todo el programa completo, realmente eran muy hermético, lo que me enteraba era porque lo investigaba y encima de eso Chalas Guerrero (primo de Donald Guerrero, según Mimilo) sabía lo que le daba la gana y como tenía acceso con el ministro de Hacienda, Donald Guerrero, los recursos iniciales para el proyecto los trajo Fernando Crisóstomo de un señor que se llama Rafael Rodríguez (Neno), pero quien tuvo contacto con esa persona fue Fernando Crisóstomo, se acordó que fuera 25 millones, no tengo detalle de cómo acordó la entrega¨, dijo el principal delator.

Sin embargo, la inversión inicial fue de 21 millones, de los cuales tanto él como Fernando y José Arturo se repartieron entre 6 y 7 millones de pesos.

Cuando el MP le cuestionó cómo se repartían las ganancias de la estructura, dijo que Crisóstomo obtenía entre un millón y 1.7 millones, misma cantidad que recaía en Ureña, por lo que casi siempre sobraban entre 8,000,000 y 11,000,000 millones ¨que yo (Mimilo) me quedaba con ellos, eso era limpio para mí, yo eso lo cogía para mí. Este esquema que les estoy narrando duró realmente como 12 o 14 meses, en esa primera etapa¨.

El dinero se lo entregaba Crisóstomo, en su oficina de la avenida Winston Churchill, y durante cuatro o cinco meses comenzó a entregarle a José Arturo Ureña, que había sido contratado para que ayudara con el negocio.

Pero cuando Crisóstomo salió de la estructura, todo se desvaneció, porque él tenía los documentos vinculados al negocio. Luego, contactaron a Sergio Moya, a quien conoció en los años cuando también apostaba en juegos de azar, pero cuando él se encargó del negocio, bajó los gastos y a Mimilo le entregaba unos tres millones de pesos al mes.

Negocios de bancas de lotería y máquinas tragamonedas.