Homicidios: El mayor delito de las reclusas en Najayo Mujeres

Durante una visita al centro penitenciario, los periodistas de Listín Diario pudieron comprobar la disciplina y el rigor profesional que allí impera.

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Cibely RamírezSanto Domingo, RD

Allí todo es orden y disciplina. Las custodias persiguen educar y reeducar. Desde la entrada se puede ver la seriedad en los trámites de ingreso, tanto de los visitantes como de los profesores y personal externo que allí labora.

Ese ambiente de respeto pudo ser comprobado en una visita breve, pero intensa.

Esa mañana, los asistentes no eran familiares ni turistas, sino periodistas de Listín Diario que durante varias horas conocieron las instalaciones de ese centro penitenciario, datos importantes sobre las reclusas y el estilo de vida que llevan.

La directora del penal, Virlenis Aquino Encarnación, presidió el recorrido. Durante varias horas, los visitantes conocieron de cerca el clima de rigor y laboreo que allí impera, así como la limpieza, el orden y el esmerado tratamiento disciplinario que reciben las internas.

Uno de los aspectos que más llamó la atención fue que los homicidios, definidos en el artículo 295 del Código Penal como “matar voluntariamente a alguien”, es la razón principal por las que privan de libertad a mujeres en Najayo.

Según datos recogidos en la visita, ciento siete féminas permanecen encarceladas por este motivo. Además, en el tope de la lista figuran cincuenta y ocho condenadas por drogas, veintiocho por golpes y heridas, veinticinco por asesinato y dieciséis por violencia de género. También, dos de ellas sufren privación de libertad por practicar abortos.

Ahora bien, en la cárcel no solo hay dominicanas privadas de su libertad, sino que también permanecen recluidas cuarenta y una extranjeras de países como Colombia, Estados Unidos, Haití, Holanda y Jamaica.

Dentro del reciento la vestimenta es peculiar. Cada reclusa usa ropas de dos tonalidades: azul y verde. Por un lado, el azul hace alusión a que ya están condenadas, mientras que el verde significa que están en prisión preventiva.

Najayo mujeres no es un hotel, ni un albergue para veranear. Allí ingresan con el propósito de reeducarse. Y para ello, realizan programas y actividades para alcanzar cambios de conducta, acorde a palabras de la directora del centro. Sin embargo, algunas de ellas no son de las que inclinan la frente, pero las custodias se encargan de mantener el orden.

Desde el momento del ingreso, las autoridades las mantienen en observación por un plazo entre diez a treinta días, para conocer su condición actual tanto legal, física,de conducta y psicológica.

Áreas de la cárcel El trabajo cotidiano en Najayo Mujeres es una especie de engranaje donde todo apunta a la reeducación de las reclusas. Está conformado por diferentes áreas, donde, si alguna falla, las demás también salen perjudicadas. En primer lugar, está el departamento de seguridad, el cual acompaña a las reclusas en todo momento. También está la subdirección de tratamiento, que se encarga de lo relacionado a lo legal, así como de los informes de conducta.

El área psicológica trabaja con las internas en lo relacionado a la salud mental. El área de salud garantiza el buen estado físico. Un dato importante es que todas las presas, en caso de ser necesario, visitan hospitales públicos, pero, si poseen recursos económicos, pueden ser transferidas a clínicas privadas.

Por otro lado, el departamento social es el encargado del contacto con sus familiares y toda persona que se encuentre en el exterior. Entre otras tantas áreas, también está la subdirección administrativa, encargada de suplir las necesidades indispensables para la sobrevivencia cotidiana.

Educación Las féminas de Najayo tienen acceso a las tres etapas básicas de educación: primaria, secundaria y universitaria. En un trabajo en conjunto con el Ministerio de Educación (MINERD) se da un seguimiento para determinar si ya finalizaron sus estudios o si aún les falta. A paritr de esa evaluación, se incorporan al sistema previsto dentro del reclusorio. En el caso de que les falte alguna comprobación académica, la administración de la prisión se pone en contacto con su antiguo centro de estudio para aportar la certificación correspondiente. De esa forma, ellas pueden continuar sus estudios dentro de ese lugar.

Existen dos tandas educativas: matutina y vespertina. En la matutina se imparten cursos de primero a sexto y en la vespertina de séptimo hasta octavo. Los sábados se convoca el bachillerato.

En el caso de la Educación Superior, se imparten las carreras de Psicología, Derecho y Contabilidad. Además, si la economía individual de cada una permite cubrir la matricula, estas pueden estudiar de manera virtual en la Universidad Abierta Para Adultos (UAPA), así como en la Universidad de la Tercera Edad (UTE).

Actualmente, hay siete estudiantes en la UAPA y cuatro en la UTE. De esta última se han graduado dos y otras están en proceso de tesis.

Oportunidades para las reclusas Dentro de la cárcel se lleva a cabo un sistema conocido como “terapia ocupacional”. Consiste en la impartición de cursos y talleres que, de alguna manera, enseñen a las internas a invertir su tiempo en algo productivo.

Una de las instituciones que más trabaja de la mano con el recinto penitenciario Najayo Mujeres es el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep). Entre los cursos que ofrece se pueden destacar los de repostería, belleza, bisutería, manicura y pedicura, entre otros tantos más. Resaltando que, aparte de estas actividades, se imparten charlas de convivencia, superación personal y proyecto de vida.

La mayoría de las reclusas entrevistadas aseguraron que durante el tiempo en prisión han aprendido a transformar su carácter. Asimismo, otras destacaron que se aprende bastante en la parte humana y que hay muchas oportunidades para crecer en lo personal.

Carpinteros Carpinteros es una película dominicana de 2017 dirigida por José María Cabral, la cual se apoya en el estilo de vida que llevan los reclusos en las prisiones adyacentes de Najayo Hombres y Najayo Mujeres.

Debido al ocio y la necesidad de establecer relaciones interpersonales, los internos crearon un “lenguaje de señas” como una forma de comunicarse a larga distancia “picoteando” mensajes con la mano. Como si una escena de la película, durante la visita se pudo observar a varias internas en la cancha deportiva conversando con hombres de la otra prisión, quienes, encaramados en una verja, se comunicaban con ese lenguaje.

Cabe destacar que esa acción ha sido prohibida dentro del centro penitenciario debido a los problemas que se han desarrollado entre los prisioneros.