La República

Tribunal condena a 30 años de prisión a vigilante por muerte a otro en empresa automotriz Ensanche Paraíso

Imagen ilustrativa / Fuente externa

Ramón Cruz BenzanSanto Domingo, RD.

El Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condenó este viernes a 30 años de prisión al vigilante Ángel Emilio Santana Martínez, tras ser encontrado culpable de la muerte de un miembro de la seguridad de la empresa Santo Domingo Motors, en el Ensanche Paraíso, Distrito Nacional.

El tribunal presidido por la magistrada Keila Pérez Santana, e integrado por Elías Santini y Arisleydi Méndez, dispuso que Santana Martínez, cumpla la pena impuesta en la cárcel de Najayo, por la muerte de Ofelio Ernesto Ventura, empleado de la empresa Seguridad y Garantía (Segasa).

El tribunal adoptó la decisión al acoger el dictamen presentado por el ministerio público, presentadas por las fiscales litigantes Cinthia Bonetti y Angie Castro, quienes habían pedido declararlo culpable y en consecuencia condenarlo a la pena máxima.

De acuerdo a la acusación, el crimen se registró en la madrugada del pasado 16 de julio del 2022 en las instalaciones de la compañía automovilística, en el Ensanche Paraíso.

Los fiscales investigadores determinaron que ese día, Ángel Emilio Santana Martínez, quien laboraba como vigilante nocturno en un edificio en construcción contiguo a la empresa, sorprendió a su amigo Ofelio Ernesto Ventura, empleado de Segasa, mientras dormía, y le propinó varios golpes en la cabeza con un pedazo de block, provocando la muerte instantánea.

Tan pronto cometió el hecho, el agresor despojó a la víctima de su cartera y una pistola Caranday calibre nueve milímetros que utilizaba para desempeñar sus labores y luego lanzó el pedazo de block hacia afuera de las instalaciones de la empresa.

Luego del hecho, el imputado huyó del lugar, acciones que quedaron registradas en cámaras de video que funcionan en el lugar, lo que facilitó su identificación y posterior apresamiento.

Destaca la instancia que Ángel Emilio Santana Martínez admitió los hechos, explicando que la pistola sustraída de la escena del crimen la había empeñado por la suma de RD$10,000 a Pedro Luis Brito, quien dos días después, el 18 de junio, devolvió el arma voluntariamente a las autoridades.