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Capital es cuna de violaciones a las normas municipales

Palabra nueva. En el Distrito Nacional y los municipios de la provincia Santo Domingo, las funciones a las que son llamados los cabildos son obviadas por los gobiernos municipales, levantando las quejas de los residentes.

La exhibición de mercancías en aceras obstruye el paso de peatones. Raúl Asencio/LD

La exhibición de mercancías en aceras obstruye el paso de peatones. Raúl Asencio/LD

La Constitución de la República y la Ley 176-07 del Distrito Nacional y 1os Municipios indican que los gobiernos municipales están llamados por a utilizar los recursos que captan en el mantenimiento y embellecimiento de sus jurisdicciones.

Sin embargo, en el Distrito Nacional y los municipios de la provincia Santo Domingo, las funciones a las que son llamados los cabildos son obviadas por los gobiernos municipales, levantando las quejas de los residentes en sus demarcaciones.

Se asume con normalidad recorrer una calle o avenida de cualquiera de los municipios y que estén “decoradas” a ambos lados por decena de vehículos estacionados, aún cuando está prohibido el estacionamiento en paralelo. Lo mismo acontece con la deplorable condición de las aceras, calles y contenes, con los inmensos cúmulos de basura, e incluso la repetitiva ocupación de esos pasos con todo tipo de mercancía.

Aceras como tiendas

Como un ejemplo directo se tornan barrios del Distrito Nacional, como Villa Consuelo, donde decenas de comercios ponen límites al paso peatonal al ocupar no solo sus establecimientos, sino también las aceras y, en la mayoría de los casos, las calles.

Juegos de sillas y comedores, neumáticos, camas, lavadoras, ventanas, hierros, inodoros, desperdicios de negocios de ebanistería, entre otros, colocados fuera de las tiendas, son el más común de los escenarios en el sector.

Ubican juguetes, ropa y todo lo que les parezca, que pertenezca a sus negocios, bajo toldos habilitados por ellos mismos para proteger la mercancía, todo eso asegurando no haber recibido ningún reclamo o llamado de atención reciente por parte de la Alcaldía del Distrito Nacional, que establece en su descripción que están instruidos para “normar y gestionar el espacio público, tanto urbano como rural”, y que en más de una ocasión se supone que intentó la recuperación de estos espacios.

La prohibición de ocupar las vías públicas para habilitar negocios es bien conocida por la ciudadanía, sin embargo el cumplimiento de la ley es mínimo y el seguimiento de las alcaldías por igual; porque no es solo en el Distrito Nacional donde se da el quebranto sin consecuencias, también sucede en el Gran Santo Domingo donde muchos, incluso, realizan trabajos pesados fuera de los locales.

Ordenamiento vial

Aunque hay otras autoridades encargadas de la regulación de la circulación en la vía pública, los alcaldes están dictados a trabajar por el “ordenamiento del tránsito de vehículos y personas en las vías urbanas y rurales”, así como “ordenar y reglamentar el transporte público urbano”, no obstante Santo Domingo sufre la falta de educación de sus choferes y la poca calidad del régimen de seguimiento de las peticiones establecidas en la Constitución y las leyes.

El problema inicia desde la pobre señalización de las calles, hasta la libertad de estacionarse donde quieran, aún en espacios que se supone son penalizables, poniendo en peligro a otros conductores, o simplemente dificultando el paso tanto de ellos como de los peatones, porque además se parquean en las veredas.

Asimismo, se tornan poco eficientes las normas que regulan el uso de las áreas verdes, parques y jardines, sobre todo por la débil gestión del mantenimiento de la mayoría, como ejemplo podríamos señalar el parque del sector Cancino Adentro, en Santo Domingo Este.

El área verde tiene un estadio de béisbol en mal estado, una cancha de baloncesto en condición deplorable y un área de entretenimiento infantil en la que ninguno de los artefactos funciona.

Entre tanto, el problema de higiene que se ha reportado desde antaño parece tener a los alcaldes dispuestos a permitir que consuman sus circunscripciones.

La labor de limpieza en Invivienda, San Isidro, Los Mina, avenida San Vicente de Paul y otros barrios es crítica, además de generar constantes reclamos al actual alcalde de Santo Domingo Este, Manuel Jiménez. Lo mismo pasa en el municipio Santo Domingo Oeste y en el Distrito Nacional.

Donde menos quejas de este tipo se registran es en el municipio Santo Domingo Norte.

Pocos espacios dejan comerciantes para la circulación de los ciudadanos, que se ven precisados a tomar las calles, a riesgo de ser atropellados. Raúl Asencio/LD

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