Enfoque
Ucrania, un año después

Con más de 300 mil fallecidos, millones de personas desplazadas y decenas de ciudades y pueblos en ruinas, la invasión militar rusa a Ucrania arriba a su primer año, enseñoreada como el mayor conflicto bélico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que junto a la pandemia del COVID 19, ha perturbado la economía mundial, con repercusiones negativas para todos nuestros países.
Aun cuando aquel 24 de febrero del 2022, nos sigue pareciendo un hecho de ayer, en un contexto de conflicto donde citando a nuestro buen amigo Ignacio Ramonet: “Los medios de masas estuvieron combatiendo –y no informando- en favor de lo que podríamos llamar la posición occidental”, llegar al primer año sin vencedores ni vencidos definitivos, vuelve a colocar el factor tiempo como la variable clave, para que la verdad de los hechos ocupe su justo lugar en la viva realidad de lo que acontece.
Ni la Rusia de Vladimir Putin ha resultado tan fuerte y poderosa militarmente, como el imaginario colectivo pensaba, ni Ucrania con su presidente, el exactor televisivo Volodimir Zelenski, en pie de guerra, ha resultado tan débil como se creyó, y que ayudada por los Estados Unidos y Europa iba, no solo a resistir, sino hasta presentar batalla al gigante euroasiático invasor, al punto de obligarlo a retroceder y quizás a replantearse su plan de invasión, haciéndolo menos ambicioso y abarcador para una Ucrania que no le ha sido fácil dominar.
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