Espondilitis, enfermedad autoinmune que robó el sueño a la médico Omarys

Omarys Carolina Sánchez ha logrado superarse a pesar de su padecimiento. Aquí se muestra en su habitación. /LD

Omarys Carolina Sánchez ha logrado superarse a pesar de su padecimiento. Aquí se muestra en su habitación. /LD

“Fue muy frustrante tener que renunciar a mi sueño por una condición que me tocó, yo no la elegí, me tocó en la lotería genética”, fueron las palabras de Omarys Carolina Sánchez García, una médico de profesión de 34 años, a quien la Espondilitis Anquilosante le robó la posibilidad de ser cirujana vascular.

Su infancia estuvo marcada por muchos dolores, caídas y limitaciones físicas, desde los 10 años acudiendo a terapias, utilizando fajas y usando zapatos para dormir ya que los dedos de sus pies se estaban deformando y torciendo.

A los 26 años fue intervenida quirúrgicamente por primera vez, y 6 cirugías después entre las rodillas y los pies y de una muñeca, tras unas pruebas fuera del país y un daño articular muy avanzado, la doctora Sánchez fue diagnosticada en el 2019 con esta condición autoinmune en la que su organismo desarrolla células que atacan sus grandes articulaciones como cadera, columna, rodillas y pies.

“Yo me gradué de médico en 2013, mi sueño era ser cirujana vascular, pero por no poder estar mucho tiempo de pie por mis caídas frecuentes, familiares, amistades y médicos me recomendaron estudiar otra especialidad porque yo no lo iba a tolerar. En uno de mis procesos de mejora, cuando me hicieron la reconstrucción de la rodilla derecha, tenía muchas esperanzas, tomé el examen, me fue muy bien pero volví a complicarme y al final no lo pude hacer”, narra Omarys.

“Eso fue una de las cosas que más trabajo me ha dado aceptar, tuve que renfocar mi vida, cambiar mi norte, porque básicamente ninguna especialidad quirúrgica yo no la toleraría, porque no puedo estar mucho tiempo de pie”, agregó.

Actualmente trabaja en investigación clínica en manejo de estadísticas, en el Hospital Regional José María Cabral y Báez, realizó una maestría en lo que desempeña y se encuentra haciendo otra.

“He tratado de no limitarme en mi avance profesional dentro de lo que mi capacidad me permite, haciendo uso más de mi cerebro que de mi parte física, porque no puedo moverme mucho”, indica Omarys.

La joven está dentro del programa de alto costo por el valor elevado de sus medicamentos. Se ayuda además con muestras médicas y, sin embargo, “lleva una renta mensual de entre 15 y 20 mil pesos” en fármacos. Asimismo alrededor de 8 mil pesos en taxi para movilizarse, ya que en su condición, el transporte colectivo la lastimaría.

En la situación de salud en la que se encuentra, los bloqueos normales no le funcionan y necesita un tratamiento llamado rizólisis con radiofrecuencia, basado en “una máquina especial que da una corriente específica, entran unas agujitas en la espalda, en la parte más afectada, en los nervios que están más dañados, para tumbar la sensibilidad”, según explica la médico Omarys.

Esto en dos sesiones con un costo de 1,500 dólares cada una, por lo que ha tenido que recurrir a la ayuda de familiares, amigos y personas en general que se interesen en su caso para poder costear el tratamiento.

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