Educación

Los daños del Covid afectan futuro jóvenes

La evaluación del Banco Mundial es que los programas a distancia de educación no resultaron efectivos. Archivo

La pandemia de Covid-19 provocó un colapso masivo del capital humano en momentos clave del ciclo de la vida, lo que altera negativamente el curso del desarrollo de millones de niños y jóvenes de países de ingreso bajo y mediano, según el primer análisis de datos mundiales sobre personas que tenían menos de 25 años al inicio de la pandemia.

En un nuevo informe del Banco Mundial, “Colapso y recuperación: Cómo la Covid-19 erosionó el capital humano y qué hacer al respecto”, se analizan datos mundiales sobre los impactos de la pandemia en los jóvenes en etapas clave del desarrollo: la primera infancia (de 0 a 5 años), la edad escolar (de 6 a 14 años) y la juventud (de 15 a 24 años). Advierte que los estudiantes de hoy podrían perder hasta el 10 % de sus ingresos futuros debido a la crisis educativa provocada por la Covid-19. Y el déficit cognitivo en los niños pequeños podría traducirse en una disminución del 25 % en sus ingresos cuando sean adultos.

El capital humano —los conocimientos, las habilidades y la salud que acumulan las personas a lo largo de su vida— es clave para desplegar el potencial de los niños y ayudar a los países a lograr una recuperación resiliente y un crecimiento futuro sólido. Sin embargo, la pandemia provocó el cierre de las escuelas y los lugares de empleo e interrumpió otros servicios específicos que protegen y promueven el capital humano, como la atención de la salud materno infantil y la capacitación laboral.

En América Latina y el Caribe, los datos muestran una fuerte caída del empleo juvenil. Estas caídas fueron especialmente pronunciadas en el inicio de la pandemia en Brasil y México, con tasas de 6% y 7%, pero hacia fines de 2021 el empleo juvenil se había recuperado totalmente e incluso había superado los niveles anteriores a la pandemia en ambos países.

Para los niños en edad escolar el estudio encontró que, a nivel global, entre marzo de 2020 y marzo de 2022, un niño promedio perdió alrededor de un año de educación presencial debido al cierre de escuelas; en América Latina y el Caribe, los niños perdieron 1,7 años debido a cierres de escuelas particularmente prolongados.

Además, los niños más pequeños sufrieron interrupciones de los servicios relacionados con el COVID cuando aún estaban en el útero, mientras sus madres se preparaban para sus nacimientos. Por ejemplo, en relación con los niveles observados en 2019, los nacimientos que tuvieron lugar en una institución sanitaria cayeron más de 25% en Haití. A escala regional, la pandemia también agravó la caída de las tasas de cobertura de vacunas infantiles, especialmente entre los pobres.

“Los cierres de escuelas han sido una amenaza que podría destruir décadas de avance en la generación de capital humano. Las políticas específicas para revertir las pérdidas de aprendizaje, salud y habilidades básicas son fundamentales para no poner en peligro el desarrollo de varias generaciones”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Los países deben trazar un nuevo rumbo para aumentar las inversiones en capital humano a fin de ayudar a los ciudadanos a ser más resilientes ante las amenazas superpuestas de las crisis sanitarias, los conflictos, el crecimiento lento y el cambio climático, y a sentar bases sólidas para un crecimiento más rápido e inclusivo”.

Debido a la pandemia, los niños en edad preescolar de varios países han perdido más de 34 % del aprendizaje en lengua y alfabetización tempranas y más de 29 % del aprendizaje en matemáticas, en comparación con las cohortes anteriores a la pandemia. En muchos países, incluso después de la reapertura de las escuelas, la matriculación preescolar aún no se había recuperado para fines de 2021; en varios casos, se mantenía en más de 10 puntos porcentuales por debajo de lo normal. Los niños también sufrieron una mayor inseguridad alimentaria durante la pandemia.

En el caso de los niños en edad escolar, en promedio, por cada 30 días de cierre de escuelas, los estudiantes perdieron alrededor de 32 días de aprendizaje debido a los cierres y las medidas ineficaces de aprendizaje a distancia.