El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) estableció, de forma preliminar, que el deceso de Esmeralda Richiez Martínez, se debió a un “desgarro vaginal con hemorragia severa e interna y a un shock hemorrágico”.

A raíz de la autopsia, el Inacif catalogó el fallecimiento de la adolescente de 16 años como una muerte de causa violenta y de manera indeterminada, basándose en los estudios realizados hasta el momento y estando aún pendiente los resultados de los estudios toxicológicos.

Esta conjetura fue presentada tomando en cuenta las circunstancias que rodearon el hecho, la muerte en un escenario violento desordenado, y la realización de la autopsia en la que se determinó la presencia de lesiones en diversas partes del cuerpo e indicadores de violencia física.