Enfoque
Sangre nueva en las políticas públicas
En días recientes he estado en contacto con muchos jóvenes economistas dominicanos, a algunos los conocí en las aulas universitarias, a otros en el ejercicio profesional. En cada conversación, fui notando características muy especiales en la nueva generación de profesionales que está surgiendo en el país, sobre todo un marcado interés por los temas sociales que afectan a la República Dominicana.
En particular, me llamó la atención un grupo de mujeres economistas que están realizando estudios de doctorado en temas relacionados a políticas públicas, todas menores de 32 años. No pude dejar de pensar cuánto podrían aportarle al país estas jóvenes que, como muchos otros, combinan alta formación profesional con vocación de servicio público.
Astrid Pineda está realizando un doctorado en economía de la educación en la Universidad de Columbia, con investigaciones enfocadas en políticas educativas para promover el desarrollo económico. Carmen Maura, también economista, estudia un doctorado en educación en la Pontificia Universidad Católica de Chile y su área de investigación es la política docente. Marialejandra Guzmán está en la Universidad de Ohio realizando un doctorado en políticas públicas con énfasis en educación inicial y política familiar.
Marie Chantel Montas estudia economía de la salud a nivel doctoral en Harvard, y sus investigaciones se concentran en evaluación de impacto, embarazo en adolescentes y mortalidad materna. Patricia Mones está en la Universidad de Georgia realizando un Phd en políticas públicas y economía urbana, con investigaciones en viviendas sociales y reducción de la pobreza.
Asimismo, en los últimos diez años he podido observar que muchos economistas que han realizado maestrías en políticas públicas o administración pública, luego de concluir sus estudios expresan un gran interés de servir a su país. De igual forma, tenemos en la diáspora dominicana muchos jóvenes talentosos que tienen un gran deseo de trabajar en la tierra de sus padres y abuelos.
Entonces, la pregunta obligada sería, ¿cómo podemos ser más efectivos captando ese talento joven que desde hace años se va decantando por la administración pública?
En primer lugar, las entidades del gobierno deben ser más proactivas incorporando a sus filas a estos recién egresados con alta calificación técnica, independientemente de la vinculación partidaria.
En este punto, es justo reconocer que el actual gobierno ha reclutado muchos profesionales con ese perfil en diversas entidades gubernamentales, y en otros casos ha mantenido a técnicos altamente especializados que venían desempeñando funciones desde administraciones pasadas.
Una vez hayan sido integrados a entidades estatales, los equipos de trabajo deben hacer un esfuerzo por apreciar las visiones y sugerencias de los jóvenes profesionales, pues los enfoques y paradigmas novedosos que aportan las nuevas generaciones complementan todo el conocimiento y el saber de la planta laboral vigente.
No obstante, es también deber de la nueva cohorte de profesionales el valorar y respetar la experiencia de las generaciones anteriores, sabiendo que la combinación de juventud y veteranía es la que produce los mejores resultados. En especial, esta experiencia laboral representa para los jóvenes talentos una gran oportunidad de aprendizaje, sobre todo en lo relativo a la sensibilidad social y el saber hacer que son tan importantes en la administración pública.
En segundo lugar, cuando los medios de comunicación resaltan la opinión de estos profesionales noveles en sus áreas de especialización, enriquecen el debate nacional al balancear lo técnico y lo político.
Un tercer elemento podría ser el apoyo del empresariado en el financiamiento de equipos de investigación y análisis de temas sociales, no para validar o promover los intereses del sector privado, sino para fortalecer el proceso de políticas públicas. Tanques de pensamiento como Fedesarrollo en Colombia, CIPPEC en Argentina y México Evalúa en el país azteca, son excelentes ejemplos de cómo grupos técnicos independientes sirven de necesario contrapeso a las entidades del gobierno.
En definitiva, nuestra República Dominicana cuenta con una abundancia de recursos humanos que cada día va creciendo, y aunque en el presente artículo me limité a ejemplos del área de economía, estoy seguro que eso mismo está pasando en diversas disciplinas y ramas del saber. Dar mayor oportunidad a la sangre nueva y generar sinergias con los servidores públicos de mayor experiencia ayudaría al país a fortalecer los procesos de políticas públicas.