Pastoral de la Salud concluye Jornada Mundial del Enfermo

Llamado. El arzobispo Monseñor Francisco Osoria hizo un llamado a cultivar la solidaridad con el prójimo y superar desafíos estructurales para garantizar el bienestar común.

Monseñor Francisco Osoria celebra la eucaristía.

Monseñor Francisco Osoria celebra la eucaristía.

La Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo conmemoró la trigésima primera Jornada Mundial del Enfermo en el país, con actividades que se realizaron desde el 11 de febrero y concluyeron con la celebración de una eucaristía en la Catedral Primada de América, presidida por el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria.

“Cuida de él” es el mensaje del santo padre Francisco para la jornada de carácter global que aboga por los enfermos, en su edición 2023, y se sustenta en la compasión como ejercicio sinodal de sanación. El papa Francisco invita a “reflexionar sobre el hecho de que, es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura”.

“Los años de la pandemia han aumentado nuestro sentimiento de gratitud hacia quienes trabajan cada día por la salud y la investigación. Pero, de una tragedia colectiva tan grande, no basta salir honrando a unos héroes. El Covid-19 puso a dura prueba esta gran red de capacidades y de solidaridad, y mostró los límites estructurales de los actuales sistemas de bienestar. Por tanto, es necesario que la gratitud vaya acompañada de una búsqueda activa, en cada país, de estrategias y de recursos, para que a todos los seres humanos se les garantice el acceso a la asistencia y el derecho fundamental a la salud”, indicó el santo padre.

Monseñor Ozoria recordó que el papa Juan Pablo II instituyó hace 31 años esta jornada anual en el Día de Nuestra Señora de Lourdes, protectora de los enfermos.

“El punto clave del mensaje de este año es que lo hagamos como una comunidad, como pueblo de Dios, como sociedad civil, en general, que pensemos en los enfermos, seamos sensibles a la enfermedad y al dolor. El papa Francisco nos hace ver que debemos tomar una acción, una actitud. Puede extenderse a un cuidado organizado, institucional”, indicó el prelado.

Agregó que “toda la comunidad debe estar de frente al enfermo cumpliendo el mandato: cuida de él. Esto es un desafío para la sociedad entera, y es un mandato también para que los recursos de la humanidad se pongan a los servicios de los enfermos, que se invierta en salud, en el cuidado de los enfermos. Debemos salir de la indiferencia ante el dolor y la enfermedad, pues, ese peligro es muy común”.