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“Amor de Dios”, un centro educativo donde priman los valores

Las hermanas carmelitas de esta congregación crearon una escuela distinta en el Palmar de Herrera para niños especiales.

Se estudia y se aprende con la asesoría pedaógica y sicológica.

Se estudia y se aprende con la asesoría pedaógica y sicológica.

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Ángel ValdezSanto Domingo, RD

La educación en República Dominicana durante los últimos años ha sido afectada por los intereses políticos y las incompetencias gubernamentales.

Una escuela donde los niños pueden obtener conocimientos culturales e históricos acompañados de valores, principios y un estilo de paz, cada vez es más difícil encontrar para los padres, sin embargo, existe un centro educativo en el Palmar de Herrera, donde todavía los niños tienen sueños y la cruel realidad parece no impactar.

La “Escuela Amor de Dios”, es un centro educativo dedicado a reclutar menores con ciertos problemas de conducta y socialización, la directora Sor Clara Figueroa es la directora de este lugar de aprendizaje donde, más que enseñar, se encargan de otorgar las bases para una educación basada en el respeto y el amor a la sociedad.

“La base de la enseñanza se caracteriza por impregnar los valores humanos y morales en los niños, desde los cursos iniciales hasta los más avanzados”, aseveró Sor Clara resaltando además el compromiso que tiene la escuela con los padres y sus hijos de “preparar y capacitar para el futuro profesional y la convivencia social”.

En días pasados, un equipo del Listin Diario visitó las instalaciones del plantel educativo y, con alegría y cortesía, fue recibido por los directivos del lugar que les llevaron en recorrido por los diferentes espacios, avistando las aulas, los niños, maestros y demás recursos.

Buenos días, maestra

“Buenos días, maestra, ¿cómo se siente?”, vociferaban todos los estudiantes al entrar a uno de los salones de clase, como si se tratara de un coro orquestal.

La directora, quien conoce e identifica a cada uno de los alumnos, preguntó qué piensan de sus maestras y del colegio, cada niño indicó algo diferente, sin embargo, todos resaltaron la dedicación de sus profesoras y guías.

Durante el acercamiento, salió a relucir el respeto de los estudiantes a profesores y a ellos mismos.

“A mi no me gustan mucho las matemáticas y mi profesora, sin importar eso, toma todo su tiempo para ayudarme y enseñarme”, expresó Juan Torres, de 4to de básica, mientras miraba fijamente a su encargada de curso.

En Amor de Dios, los docentes manifestaron que se interesan en que los menores crezcan en todos los ámbitos de su desarrollo, no sólo que sepan mucho de una u otra materia, sino de que adquieran competencias para la vida: que sepan relacionarse, comunicarse y disfrutar.

Las pedagogas, con su mejor sonrisa, buscan educar desde el respeto y amor para lograr que los niños obtengan una experiencia humana y trascendental en la vida.

Aunque todavía a los infantes les falta un largo camino por recorrer para llegar a la etapa universitaria, desde su corta edad han visualizado cuál será su profesión en el futuro, entre todas las carreras sobresalieron la medicina, ingeniería, derecho y pedagogía.

“Yo quiero ser doctor”, exclamó uno de los pequeños, mientras que otro expresó su interés por ser ingeniero: “Yo quiero ser ingeniero para construirle una casa a mi mamá”.

Fuera de las carreras universitarias cotidianas, otro grupo de niños mencionó su interés por integrar las filas de la Policía Nacional, con el objetivo de servir a la sociedad, mientras que otros anhelan ser brillantes deportistas.

Sin obviar la importancia de los ideales de los pequeños, la maestra les recordó que antes de ser profesionales, deben trabajar en ser unos futuros hombres y mujeres de bien.

“Que bueno que quieran ser peloteros, policías, y mecánicos pero, quiero recordarles que no importa la profesión, hay que estudiar mucho, para ser policía hay que estudiar mucho también”, indicó Figueroa puntualizando la importancia de nunca desvalorizar la educación.