Ciudad

Desalojados llevan dos años esperando

Las familias desalojadas esperan una respuesta.

Hace un año y nueve meses desde que viven en la miseria, entre los escombros de un plantel escolar sin terminar, pero sobre todo, entre promesas sin fundamento por parte de las autoridades que no hacen más que dar esperanza a quienes hasta eso han perdido.

Son 389 familias las que forman parte de “los desalojados del barrio Freddy Beras Goico”, conformadas por cientos de adultos, jóvenes y niños que vivieron el 6 de marzo de 2021 la peor noche de sus vidas.

Lo que definen como “una traumatizante escena, digna de una película”, inició a correr la madrugada de aquel día cuando se despertaron despavoridos ante el incesante ruido de las maquinarias traídas para derribar sus casas, que fueron construidas sobre terrenos de los que aseguran tener registro de compras al Consejo Estatal del Azúcar.

Desde entonces, en la desesperación de haber perdido sus casas propias, negocios y pertenencias (que fueron saqueadas por un grupo supuestamente traído por las fuerzas policiales que hicieron el servicio), muchos se vieron en la necesidad de refugiarse en casas de familiares cercanos y, la gran mayoría, tomó la decisión de atrincherarse en una escuela en Los Alcarrizos que solo les ha dejado depresiones, enfermedades y unas seis muertes.

No es la primera vez que el Listín Diario escribe la historia del inmenso grupo de desdichados que perece en condiciones deplorables, sin embargo algo no ha cambiado y es que continúan recibiendo promesas vacías de funcionarios en los que han buscado respuestas sobre la devolución de sus hogares, incluido el presidente de la República.

Una espera que mata

“Hemos sido olvidados por las autoridades, sólo hemos recibido promesas y falsas esperanzas. Nos dicen que esperemos, esperemos y mientras esperamos nos estamos muriendo”, dijo Manuel Trinidad, que ha recibido el cargo de vocero de quienes se ven así mismos reflejados como “los 200 rostros de la miseria”.

El reclamo de Trinidad se atribuye a que hace tan solo quince días desde que el fiero de una inminente depresión provocó el fallecimiento de Eugenia Lapo, una de las residentes de uno de los tres edificios que conforman el espacio que se supone sería dedicado a fines pedagógicos.

Aparentemente, la señora de 54 años, había coexistido desde que les fueron arrancadas sus propiedades con unos intensos sentimientos de tristeza debido a sus pocas posibilidades de recuperación de los bienes materiales, sobre todo cuando en ese lugar también tenía un negocio del que vivía.

Falsas promesas

Según narraron los dolidos, su dificultad y las millones de escenas de trabajo y malos tratos que han pasado viviendo ahí, hace tiempo que son de conocimiento del presidente Luis Abinader, “desde que le entregaron un levantamiento original con la situación detallada”, y la primera respuesta que supuestamente recibieron es que “el no tiene que ver con eso”.

No obstante, parece ser que tiempo después Abinader designó al senador Antonio Taveras para que brindará solución al problema y que les fuera entregado un proyecto de viviendas “que había sido preparado para ellos”, sin embargo refieren que no hizo más que ir a entregarles raciones de comida en el pasado mes de mayo.

“Nosotros no estamos pidiendo comida, no necesitamos raciones, lo que nosotros queremos es una vivienda digna, como muchos habíamos logrado construir antes de que vinieran y nos la destruyeran”, dijo también Trinidad, con evidente molestía.

Asimismo, afirmó que los documentos que resguardan el levantamiento también fueron entregados al ministro administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, así como a Ney Rafael García, ministro de Vivienda, nada de esto surtiendo un efecto mayor más que un “esperen, vamos a ver lo que hacemos”.

El alcalde municipal, Cristian Encarnación, quien les cedió cuatro baños móviles para que realicen sus necesidades, ha sido su vocero ante el presidente durante estos casi dos años, pero la última promesa que obtuvieron de él fue que no volvería hasta no tener una respuesta contundente de parte del gobierno.

“Nosotros vamos a todas las actividades que hace el presidente en Los Alcarrizos, si no va uno va otro, tratando de llamar su atención, y cuando se va siempre nos manda a decir con uno de los suyos que se va a resolver y ahí queda”, contó uno de los desalojados.

Asimismo, relató que hace unos días desde que el jefe de Estado estuvo en una “entrega de títulos mobiliarios”, donde su alcalde supuestamente le dijo frente a algunos de ellos “no se olvide de los desalojados de Fredy Beras Goico” y solo movio la cabeza en un gesto afirmativo.

Entre los afectados

Entre las 64 familias que al momento hacen vida en la escuela, se encuentra Rigoberto Cuevas Felix, exguitarrista del fenecido bachatero dominicano Yoskar Sarante.

Por lo relatado por el ex músico, se encontraba viviendo en el barrio que tenía más de 20 años de fundado desde hacía tres años cuando aconteció el hecho, sin embargo la situación no le dió para más debido a una afección en sus piernas que dificulta su caminar.

Tags relacionados