Dolor, lágrimas y nostalgia en adiós a Aristy Castro
El cuerpo de quien fue legislador por 38 años y de afianzada devoción altagraciana, fue depositado al caer la tarde de este martes en la cripta familiar
La ciudad estaba triste, casi lloraba por el sempiterno senador de la provincia La Altagracia, Amable Aristy Castro, quien se ganó el mote de “el Cacique de Higüey”, y se despidía del lugar donde había permanecido los últimos 38 años de su vida. Las manifestaciones de duelo, lágrimas, y nostalgias no cesaron en la despedida del legendario político, dejado en su última morada, a la altura de lo que fue su trayectoria y aportes en su natal provincia La Altagracia, en el nuevo cementerio de esta ciudad.
El cuerpo de quien fue legislador por 38 años y de afianzada devoción altagraciana, fue depositado al caer la tarde de este martes en la cripta familiar, en medio de sentidas manifestaciones de pesar y anécdotas sobre su vida como político excepcional y veterano.
Esta vez, desde la humilde señora a la que acostumbró en Villa Nazareth a darle ayuda y que visitaba su casa, hasta el limpiabotas al que dejaba la mejor propina, hasta quienes fueron sus colegas como legisladores y el presidente Luis Abinader, expresaron sus condolencias a quien gravitó de forma contundente en el espectro político nacional.
Sin que faltaran los honores de estilo por su condición de expresidente del Senado, ni las palabras del obispo Jesús Castro Marte de la diócesis de La Altagracia, los restos del exsenador Amable Aristy Castro, que falleció el pasado domingo a los 73 años a consecuencia de un infarto, fueron objeto de una calurosa despedida. Quedó claro que el recuerdo de Aristy Castro quedará vivo en la memoria de mucha gente por bastante tiempo. Su paso deja la nostalgia de lo que fue su impronta de jamás pasar desapercibido, atento, pendiente y tal como expresaron familiares y amigos, cercanos y fraternos.