Enfoque

Luis Rodolfo Abinader: un lujo de Presidente

Pocas veces la República Dominicana se ha dado el lujo de tener a un Presidente de la talla, reciedumbre moral, y vocación de servicios y capacidad de trabajo como lo tenemos ahora con Luis Rodolfo Abinader Corona.

El comportamiento que exhibe de su lucha contra la corrupción, por la transparencia, el ejercicio honrado del poder y su preocupación por mejorar las condiciones de vida de las personas de escasos recursos económicos, es genuino.

Nos conocimos a través de su padre, el patriota doctor José Rafael Abinader, cuando el actual gobernante tenía quizás unos 20 años de edad y a la sazón yo ejercía como Jefe de Redacción de uno de los noticiarios más influyentes de la época, “Rahintel en las Noticias”, que en ese momento tenía al doctor J. A. Bruno Pimentel como director, en los Canales 7 y 11 de Rahintel.

Desde entonces era evidente su preocupación por los problemas nacionales e internacionales, algo curioso para un joven de su edad que generalmente está pensando en discotecas y rumbas. Sosteníamos amplios diálogos tanto en Rahintel como en su oficina privada, que ya tenía para entonces. Me impresionaban sus inquietudes políticas, su capacidad de analisis, sus planteamientos sobre lo que pasaba en ese momento y su preocupación por el destino del país, que caminaba rumbo a las Elecciones Presidenciales de 1986, las cuales fueron ganadas en condiciones muy discutidas y cuestionadas por el doctor Joaquin Balaguer y su Partido Reformista Socialcristiano.

La corrupción administrativa, la represión política, las amenazas a las libertades públicas de la época preocupaban notablemente al joven Luis Rodolfo, como le decía su padre, el doctor Abinader, cuando hacía referencia al hijo que se inclinaba vertiginosamente a la vida política, siguiendo sus pasos.

El doctor Abinader, quien recorrió varios países del mundo pronunciando conferencias sobre las luchas contra la corrupción en América Latina, me decía con frecuencia que su hijo Luis Rodolfo era más político que él, y en varias ocasiones me repitió que en algún momento éste iba a ser Presidente de la República. Un pronóstico cumplido.

La reciedumbre del doctor Abinader, su lucha radical contra la corrupción y su moderna visión de una nueva República Dominicana se los inculcó a sus hijos Rita, José Rafael y Luis Rodolfo desde niños, como un sacerdocio, lo cual, además de su ejemplo de conducta, constituye una garantía para este país del compromiso de este gobernante de liderar un gobierno honrado, honesto, (redundancia incluida), democrático a carta cabal, luchador incansable por las prácticas decentes del ejercicio político así como encabezar un gobierno que marque un hito, con un antes y un después, que lo conviertan en un Presidente histórico pero en lo positivo para la República Dominicana

Por todo esto, pienso que al pasar balance en 2024, Luis Rodolfo podrá exhibir muchos logros, no hay dudas. Por ejemplo, la exitosa lucha y triunfo sobre la pandemia del Covid 19, su incansable trabajo por resolver los principales problemas de los sectores más pobres de la sociedad, sin venir de ese segmento social, así como convertirse en el mayor desarrollador de la industria del turismo en nuestro país, en todos los tiempos, entre otros éxitos. Pero creo que el mayor legado de este joven líder, que tomó la decisión de trabajar gratis desde la Presidencia, es demostrar que se puede ejercer el poder de manera honrada, sin robar, ni abusar, de manera decente, y a la vez ser un centinela y garante del respeto irrestricto de la Constitución de la República y sus leyes para el fortalecimiento institucional de nuestro país.

Quienes conocemos al Presidente Abinader estamos seguros de que no nos desfraudará.

El autor es Periodista