Patronato arriba a 58 años siendo luz para quienes pierden la visión

Educación. Anualmente, esta institución gradúa a unos 2,000 invidentes en diversos cursos formativos.

Alexandra Ventura, presidenta  del Patronato Nacional de Ciegos, junto a Milka Morales, vicepresidente. Glauco Moquete

Alexandra Ventura, presidenta del Patronato Nacional de Ciegos, junto a Milka Morales, vicepresidente. Glauco Moquete

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Jazmín DíazSanto Domingo, RD

Perder la vista o nacer sin ella puede tronchar los caminos de quienes enfrentan está discapacitante condición. Ante esa realidad, el Patronato Nacional de Ciegos ha sido la luz en el oscuro mundo de los que por alguna razón perdieron ese vital sentido.

Un grupo de ingenieros pensó en crear una institución que le permitiese ayudar a un amigo en común que había perdido la vista, organización que más tarde reunió a las personas con ceguera más vulnerables de la sociedad.

La entidad tiene 58 años llevando a los hogares de las personas invidentes las oportunidades de un nuevo comienzo, a través de clases y métodos de aprendizaje que puedan ayudarles a adaptarse a su condición.

Mediante operativos de la vista, con el apoyo de maestros y otros invidentes, el Patronato identifica los dos tipos de personas con problemas en la visión y determina la clase de ayuda que necesitan. Los primeros son personas ciegas de nacimiento a quienes se les enseña a vivir plenamente a pesar de su condición, y segundo a los que van perdiendo la vista paulatinamente.

Algunos son sometidos a operaciones costeadas por el patronato para que puedan recuperar al ciento por ciento de la visión.

El Patronato Nacional de Ciegos ha llegado con sus programas de inclusión a las familias dominicanas más pobres.

Anualmente, esta institución gradúa a cerca de 2,000 personas de cursos formativos que les enseñan a vivir con su discapacidad.

Manejo del bastón, caminar, bañarse, comer, leer, estudiar, limpiar, cocinar y desplazarse en la ciudad son parte de las clases que reciben los invidentes por seis u ocho meses.

Además, formación especial en cursos como manualidades, artesanía, elaboración de productos, manejo en call center, secretariado y masajes, que se imparten para reinsertarlos en el mercado laboral.

Mercado laboral

“No ser una carga para sus familiares”, es el objetivo de algunos pacientes que llegan por ayuda a este patronato, pero, “lamentablemente chocan con la dura realidad de que algunas empresas no confían en su potencial”, expone Alexandra Ventura, presidenta del Patronato Nacional de Ciegos.

Al igual que su vicepresidenta Milka Morales, Ventura asegura que lo más difícil de esta labor es ver las caras tristes y las palabras llenas de decepción de los cientos de no videntes que una vez formados y especializados en cualquier área, no pueden insertarse en el mercado laboral por su discapacidad.

“Formamos muy bien a todos esos ciegos que deciden no caer en depresión, sino que ponen la frente en alto y quieren ser útiles para la sociedad, pero cuando tratan de buscar un trabajo nadie se los quiere dar porque no confían en su potencial”, explicó Morales.

Ventura y Morales fueron entrevistadas en la Redacción de LISTÍN DIARIO durante una visita con ocasión del 58 aniversario de la fundación del Patronato y con motivo de ser noviembre el Mes del Ciego.

Debido a esta problemática en el ámbito laboral, el Patronato creó un centro de masajes donde 25 jóvenes completamente invidentes laboran para ganarse el sustento de cada día.

“Recuerdo la primera vez que vi a uno de los chicos que habíamos formado trabajando, él estaba de recepcionista en el hospital pediátrico Hugo de Mendoza y cuando llegamos nos acercamos a él y le dijimos que teníamos una cita con la directora, no nos identificamos, pero él nos atendió, nos guió hasta el ascensor y tocó el piso al que nos dirigíamos, nos dejó en la puerta de la oficina y se fue”, recordó Ventura.

La visita a este hospital fue para procurar un acuerdo que permitiera a los no videntes laborar en las instalaciones del centro médico.

La directora del centro hospitalario hizo alusión a que en sus instalaciones ya laboraba un no vidente, quien la había dejado sorprendida en la primera ocasión que coincidieron.

“Cuando ella dijo eso, yo me pregunté qué había hecho ese chico para llamar la atención de la directora, pero me sorprendí cuando la escuché decir que mientras mantenían una conversación el joven le había expresado que no quería ser una botella del gobierno, sino que deseaba trabajar y demostrar de lo que es capaz”, contó Ventura.

Al ser una institución benéfica, se sustenta a través de las donaciones anónimas que realizan algunos buenos samaritanos.

Además de algunos beneficios otorgados por el gobierno que se destinan a mantener el costoso programa de rehabilitación.

Después de 58 años de servicio, el Patronato Nacional de Ciegos sigue más fuerte que nunca y con el deseo de ayudar a las personas invidentes que lo necesiten.

Claves

Recursos.

Al ser una institución sin fines de lucro, el Patronato Nacional de Ciegos se sustenta a través de las donaciones anónimas que realizan algunos buenos samaritanos. Además de algunos beneficios otorgados por el gobierno que se destinan a mantener el costoso programa de rehabilitación.

Optimismo.

Después de 58 años de servicio, Ventura y Morales afirman que el Patronato Nacional de Ciegos sigue más fuerte que nunca y con el deseo de continuar ayudando a las personas invidentes del país que lo necesiten.